Un informe destaca el escaso efecto de la ganadería extensiva en el cambio climático

La afirmación de que la producción y consumo de carne es una de las grandes responsables de la crisis climática que vivimos se ha convertido en un ‘leitmotiv’. Sin embargo, el informe ‘Ganadería y su contribución al cambio climático’ que presenta Amigos de la Tierra en colaboración con el Basque Centre For Climate Change (BC3) en un evento digital inaugurado por Valvanera María Ulargui Aparicio, directora general de la Oficina Española de Cambio Climático, aporta una perspectiva nueva en el debate sobre el impacto de la ganadería en la emergencia climática.

Fecha: 23-Oct-2020

Fuente: Interempresas

El informe detalla cómo las metodologías que actualmente se utilizan para la estimación de Gases de Efecto Invernadero (GEI) causantes del calentamiento global presentan limitaciones para atribuir el calentamiento que causa la ganadería y no permiten discernir la contribución entre los distintos modelos de ganadería existentes.

 

“Las acusaciones a la ganadería se centran principalmente en las emisiones de metano por la fermentación de la celulosa que comen los animales y en las emisiones de dióxido de carbono por el cambio del uso del suelo. Ambos factores asocian estas narrativas en gran medida a la ganadería extensiva” ha explicado Agustín del Prado, investigador del BC3 y coautor del informe. “Sin embargo, este tipo de análisis no tiene en cuenta la contribución de la ganadería en su conjunto, obviando las emisiones de GEI en todas las fases de producción y consumo incluyendo la fabricación, procesamiento y transporte de los insumos, como pueden ser los piensos, mucho más utilizados en la ganadería intensiva. Igualmente, este modelo de estimación de emisiones tampoco distingue entre especies ganaderas”.

El informe plantea así un cambio de paradigma que tenga en cuenta dos elementos: estimar la cantidad de carbono fósil que se incorpora a la atmósfera por el conjunto de toda la actividad ganadera (no solo las emisiones en la granja, sino también lo que se genera en la fabricación, procesamiento y transporte de los insumos) y evaluar los impactos de las distintas especies ganaderas y de los diferentes modelos productivos.

“La ganadería industrial se basa en la importación de piensos (maíz y soja) sobre todo para animales monogástricos (como cerdos y pollos). Esta producción normalmente requiere la conversión de suelos naturales (pastizales y bosque) en cultivos, mediante deforestación de zonas de bosque tropical principalmente en Suramérica, con su consecuente huella de carbono. Las actuales estimaciones no nos permiten visualizar estos graves impactos frente a los efectos benignos para el clima de la ganadería extensiva y ecológica” ha declarado Andrés Muñoz Rico, Responsable de Soberanía Alimentaria de Amigos de la Tierra.