Tecnología Blockchain para rastrear el origen de un aceite de oliva

La tecnología blockchain está permitiendo al sector del aceite de oliva incorporar un código QR en cada botella, de modo que el consumidor pueda comprobar, de un modo absolutamente garantizado, el origen —el olivar en el que se cultivó, la almazara donde se prensó, la tienda en que se vende…— de la botella concreta de aceite de oliva que está comprando.

Fecha: 17-Nov-2020

Se trata de la plataforma IBM Food Trust puesta en marcha por la compañía estadounidense para ofrecer trazabilidad y garantía de calidad a las marcas de aceite de oliva a través de IBM Blockchain, un tipo de tecnología que permite a las empresas trasladar una mayor confianza a los consumidores y dar respuesta a la demanda de transparencia y la desconfianza generada por determinadas acusaciones de falsificación y adulteración de algunos aceites. Una tendencia que, según un estudio reciente del IBM Institute for Business Value, se refleja a su vez en un contexto más amplio, ya que —siempre según este estudio— el 73 % de los consumidores pagaría un extra por conocer más sobre el origen de los productos que compran.

Tecnología blockchain

La aplicación de este tipo de tecnología tiene como objetivo principal cerrar la brecha existente de información de cara a los clientes. De este modo, y con tan solo escanear un código QR que figura en cada botella de aceite de oliva, los consumidores pueden rastrear su producción desde los olivares donde se cultivaron las aceitunas, hasta las almazaras donde se procesaron para obtener el aceite, y hasta las tiendas, supermercados o hipermercados donde se vende.

Y no solo eso sino que, además, pueden ver también imágenes del lugar donde las aceitunas fueron recogidas y prensadas, conocer a los agricultores y trabajadores implicados en esas labores manuales, e incluso revisar qué criterios se cumplieron para elaborar cada botella de aceite. Tan solo por poner un ejemplo ejemplo, el rastreo mostrará, entre otros muchos datos,si las aceitunas fueron procesadas según los estándares requeridos para ser etiquetadas como aceite de oliva virgen extra.

Pero, además, del consumidor, también se beneficia el proceso de producción, ya que los miembros de la cadena de suministro pueden trabajar juntos con mayor confianza y eficiencia, creando un registro digital permanente de las transacciones que puede ser fácilmente compartido con las partes autorizadas, unos datos que igualmente pueden utilizarse para ayudar a garantizar la frescura de los alimentos, controlar los tiempos de almacenamiento y reducir los desechos.