Olona pone en valor el papel de la trashumancia en la conservación de los paisajes y el mantenimiento de las razas autóctonas

El consejero acompañó esta semana a los ganaderos altoaragoneses en su tradicional subida desde Bujaruelo al Ibón de Bernatuara España y Francia firmaron en 1862 el Tratado de Bayona, gracias al cual las reses aragonesas tienen derecho a pasto hasta el mes de septiembre

Fecha: 29-Jul-2019

Fuente: Aragón Hoy

Más de un millar de cabezas de vacuno de la Mancomunidad Ganadera del Valle de Broto ya pastan desde el pasado 22 de julio en los puertos franceses del Pirineo central, en torno al ibón de Bernatuara, un terreno francés con hierba española.

Como cada año desde hace más de un siglo, a las 6.00 horas del pasado miércoles, el ganado altoaragonés partía desde Bujaruelo hacia el ibón de Bernatuara acompañado por ganaderos, vecinos y, en esta ocasión, también por el consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón, Joaquín Olona. Desde el Valle de Ossau y a la misma hora, también se ponía en marcha otro grupo de vecinos, visitantes y representantes políticos galos para darles la bienvenida y revivir una tradición fuertemente arraigada a esta tierra: la trashumancia desde el Valle de Broto a Francia.

“Se trata de un recorrido paisajísticamente espectacular que, partiendo de Bujaruelo alcanza el ibón y el paso de Bernatuara para llegar a unos increíbles pastos cuyo aprovechamiento corresponde al Valle de Broto, a pesar de que se ubican en territorio francés. Un paisaje piscícola que no existiría sin el aprovechamiento ganadero secular que lo ha generado”, explica el consejero Olona, quien destaca la hospitalidad con la que los galos, incluidas sus autoridades, reciben a los ganaderos aragoneses.

Hasta el 22 de septiembre, las reses permanecerán pastando en el Ibón Bernatura. Así lo acordaron Francia y España el 14 de abril de 1862, a través de la firma del Tratado de Bayona, y así se revive cada año desde entonces. Sin embargo, más allá de ser un traslado ganadero, el evento se siente en la zona como una auténtica fiesta que atrae a muchas personas y que se concibe como un acto de hermanamiento.

En su artículo XV, el tratado especifica que: "... Los rebaños de estos valles podrán disfrutar en común los siete quintos de la montaña de Usona hasta el 11 de junio de cada año; pero desde este día quedan vedados los pastos para toda clase de ganado hasta el 22 de julio, desde cuya época sólo los arrendatarios o los subarrendatarios tendrán derecho de apacentar en los quintos que les correspondan.

Los ganados de Broto, con exclusión de otros cualesquiera, tendrán facultad de pacer con los del valle de Bareges en los terrenos comunales de Gavarnie desde el 22 de julio hasta la estación en que regresen a las vertientes de España...".

Desde entonces, este día es concebido por los habitantes de ambas partes de los Pirineos como un acto de hermandad que celebran con una comida y con un encuentro en el Ibón de Bernatuara. 

“La trashumancia que llevan a cabo los ganaderos del Valle de Broto a los pastos franceses de la zona de Garvarnie pone de manifiesto la existencia de importantes valores que debemos proteger, conservar y cultivar”, apunta Olona. “Los ganaderos lo vienen haciendo desde hace siglos y su continuidad parece asegurada por la juventud y entusiasmo de quienes en estos momentos ya han recogido el testigo habiéndose producido, además, la incorporación visible y activa de las mujeres”, añade.

Durante el ascenso a los puertos franceses, el consejero también quiso poner en valor el papel de la transhumancia en la conservación de los paisajes y el mantenimiento de las razas autóctonas, ya que lleva asociada a ella toda una cultura y un patrimonio histórico. En este sentido, agradeció la labor y el "meritorio empeño" que durante los últimos años están poniendo los ganaderos para dar a conocer a la sociedad su valor invitándola a participar en actos como este. “Esta socialización resulta esencial para la adecuada comprensión de las diferentes dimensiones de esta tradición secular que, en sí misma, configura una auténtica institución por la que todos debemos velar y a la que desde luego comprometo mi apoyo, al tiempo que agradezco su invitación, así como la hospitalidad y cordialidad que me dispensaron”, concluye el consejero.