Las 1.100 hectáreas que la provincia de Almería tiene destinadas a la uva de vinificación entran en su fase final antes de la vendimia, que tiene lugar a mediados de agosto.

Las previsiones, teniendo en cuenta la sequía que atraviesa el territorio, “son aceptables, pues a pesar de que se reduce la producción por hectárea, su estado es excelente”, señalan desde Asaja Almería.

Como en otros sectores, la pluviometría es esencial para este cultivo, y al igual que en el almendro las lluvias caídas a finales de la primavera han conseguido dar un empujón a las plantas para poder sacar sus frutos.

En la provincia, el 91% de los viñedos están en un sistema de explotación de secano, lo que hace que este cultivo sea totalmente dependiente de las precipitaciones. En la campaña pasada, las principales zonas productoras alcanzaron los 600 milímetros por metro cuadrado.

Sin embargo, en esta campaña solo se han alcanzado los 300 mm de media de precipitaciones. Aun así, el momento en el que cayeron y de la forma que lo hizo, produjo que las plantas, que se encontraban en plena floración, absorbieran estas aguas de la mejor manera posible, lo que hace que pese a llevar la mitad de agua que el año pasado, la producción solo se haya reducido un 15%.

Ahora entramos en una fase crucial para este cultivo, ya que alguna incidencia climatología podría perjudicar las producciones actuales. Como viene siendo habitual, se estima también que el inicio de la vendimia se produzca a mediados de agosto, llegando en algunos casos, a finales de octubre con la recolección.

“Cruzaremos los dedos, para que el clima nos respete y podamos recolectar las producciones actuales que, pese a las bajas precipitaciones caídas, cuentan con una excelente calidad”, señala Adoración Blanque, presidenta de Asaja Almería.

Desde la asociación “también queremos destacar el excelente estado sanitario que tienen las viñas en esta campaña, lo que es una demostración más del buen hacer de nuestros viticultores”.