La red de vigilancia de Sanidad Animal permite la detección precoz y tratamiento de fiebre del Nilo en caballos

La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía está implementado los programas encaminados a la detección de los focos de encefalitis del oeste del Nilo (West Nile) en caballos en la comunidad autónoma.

Fecha: 25-Aug-2020

Gracias a ellos se han confirmado focos en las provincias de Sevilla, Cádiz y Huelva en los últimos días, lo que permite la detección precoz de la circulación de un virus que se detecta en España desde hace años como ha ocurrido en otros estados miembros de la Unión Europea como Italia, Francia, Austria, Alemania o Hungría en 2019.

En lo que va de año se han registrado un total de 19 positivos confirmados: 2 focos en Cádiz, uno en Puerto Real y otro en Jerez de la Frontera; 5 en Huelva (2 en Almonte y 1 en Moguer, San Bartolomé y Gibraleón); y 12 en Sevilla (4 en Lebrija, 3 en Los Palacios, 3 en Dos Hermanas y 2 en Las Cabezas de San Juan).

El sistema de vigilancia implantado por el departamento de Sanidad Animal de la Consejería permite la detección precoz de la enfermedad en los caballos para poder aplicar medidas de control e iniciar el tratamiento veterinario oportuno sobre aquellos ejemplares que la sufren, pero que en ningún caso la transmiten a otros animales.

Este programa, implantado desde 2010, supone una primera alerta sanitaria ante una posible incidencia del virus en seres humanos. Es por ello que la consejería comunica inmediatamente la detección de cuantos casos se confirman a la dirección general de Salud Pública de la Junta de Andalucía y al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

La aparición de estos brotes de la enfermedad, que se vienen detectando desde hace años, se debe a la particular situación geográfica de Andalucía como paso de aves migratorias, que juegan un papel reservorio del virus que transmite el mosquito culex y otros géneros de mosquitos. Apenas un 10% de los équidos infectados desarrollan síntomas y sólo el 1% muere como consecuencia de ella. Resulta aún más importante subrayar de nuevo que los caballos infectados son epidemiológicamente un “fondo de saco” y no transmiten la enfermedad a otros caballos.

Existen vacunas autorizadas para la enfermedad en caballos que son frecuentemente aplicadas por los veterinarios clínicos de équidos, especialmente en las zonas tradicionalmente afectadas.

En los équidos, la consejería establece un sistema de vigilancia pasiva, de forma que en aquellos casos con sintomatología neurológica en zonas geográficas consideradas de riesgo, los servicios veterinarios de la Oficinas Comarcales Agrarias (OCAs) toman las muestras necesarias para confirmar o descartar la enfermedad sin perjuicio de los tratamientos que los veterinarios clínicos aplican a los caballos enfermos.

De forma adicional, está constituida una red de vigilancia activa mediante caballos y aves centinelas de una relación de explotaciones repartidas por las zonas de mayor riesgo. Esto permite sacar muestras con cierta frecuencia para detectar si el virus circula por el territorio.