
La nobleza del campo. Antes y después del coronavirus / Viviana Kuncar

Fecha: 14-Apr-2020
Tags: COVID-19 , crisis , economía agraria
Viviana Kuncar
VKFood
vkfconsultoriaalimentaria@gmail.com
La agricultura y la ganadería juegan un papel importantísimo en la economía de cualquier país. Antes del Coronavirus, se estaba discutiendo cuanto contaminaba el planeta la ganadería, se ponía incluso a veces en duda el consumo de productos de origen animal, estábamos ante una transformación del consumo hacia productos no necesariamente más naturales pero sí, políticamente correctos con la información que recibíamos y los eslóganes de moda.
Hoy todo ha cambiado, ha llegado a nuestras vidas un organismo minúsculo llamado coronavirus y nos está obligando a reordenar nuestras prioridades completamente. Aparte de las horribles consecuencias sanitarias que está teniendo, nos ha obligado a parar, a parar casi toda la actividad, y aquí es donde quiero incidir. Estamos en un periodo de confinamiento casi mundial y por eso, comienzo mi artículo con la frase “La agricultura y la ganadería juegan un papel importantísimo en la economía de cualquier país”. Si, porque si no fuera por los agricultores y ganaderos ( por supuesto también las industrias relacionadas) no tendríamos frutas, verduras ni carnes en los lineales del consumidor. Además de esta tarea tan importante para el ser humano, los agricultores y ganaderos están ayudando con sus tractores en las tareas de desinfección a nivel mundial. Por otra parte, aun cuando la ganadería y agricultura siguen funcionando, se ha comprobado que los niveles de contaminación ambiental han sufrido una importante caída.
En este reordenamiento de prioridades y con la crisis económica que vendrá, tendremos el deber de pensar de forma previsora y haciendo prevalecer siempre el sentido común.
Nuestro amor a la vida debe predominar y nuestros hábitos de consumo deben tomar en cuenta que el hombre ha llegado hasta aquí consumiendo productos procedentes de la agricultura y la ganadería.
Si queremos hacer algo por mejorar nuestro planeta, deberíamos optimizar nuestros desplazamientos y preferir el consumo de productos producidos en zonas cercanas. Volver a la política de nuestras abuelas “hay que comer de todo”, no hace falta demostrar con estudios científicos que el estado de nuestro planeta en el tiempo de nuestros antecesores era mejor, no hace falta comparar en este artículo los casos de cáncer y otras patologías de hoy y los de hace cincuenta años. Por eso, creo que deberíamos aplicar esa inteligencia natural y ese sentido común de nuestras abuelas ¿dónde estaría la variación para ser sostenibles? en el “todo con moderación”.
Asimismo, sería una contribución importante, cambiar los hábitos de consumo en general. Antes del coronavirus, organizar las mejores vacaciones era sinónimo de destinos lo más lejanos posibles, esto debería cambiar. España tienen cosas maravillosas que hay que disfrutar, si además, contribuimos a las economías locales, ayudaremos a minimizar los efectos de esta amenazante pero inminente crisis.
Vamos a salir de esta crisis sanitaria pero desgraciadamente vamos a vivir una crisis económica que, como se viene diciendo, no tendrá precedentes. Los estados y ciudadanos tendrán que ser cautos y aplicar el sentido común para todo. Pienso que vamos a un escenario, por lo que nos está tocando vivir en estos angustiosos días, donde se va a poner en valor la salud y, en un contexto mucho menos manipulado que antes, el cuidado de nuestro medio ambiente. Hay que primar la protección de ambos estamentos cambiando la improvisación por la previsión. Debemos también garantizar el suministro de la cadena alimentaria cuidando nuestra agricultura y ganadería, que nobleza de sobra nos están demostrando.