Insectos, de villanos a útiles protectores del ecosistema
Los insectos posiblemente componen el grupo de animales más mal interpretados. Son vistos como asquerosos, peligrosos y agresivos, y usualmente la primera reacción es pisarlos. Al fin de cuentas, para la mayoría de la gente, los escarabajos son lo mismo que las cucarachas.
Fecha: 02-May-2018
Tags: ecosistema , insectos
Fuente: Mundo agropecuario
Los insectos posiblemente componen el grupo de animales más mal interpretados. Son vistos como asquerosos, peligrosos y agresivos, y usualmente la primera reacción es pisarlos. Al fin de cuentas, para la mayoría de la gente, los escarabajos son lo mismo que las cucarachas. Y más aún, en tiempos de dengue, chikungunya y zika, los insectos son vistos como villanos transmisores de enfermedades. Y, sin embargo, la gran mayoría de insectos es, en realidad, prestadora de muchos servicios ecosistémicos, además de ser fundamentales para el equilibrio de la vida terrestre.
Con cerca de un millón de especies descritas y estimaciones de entre seis a 30 millones de especies existentes, los insectos contribuyen notablemente a la diversidad. Sin embargo, en los últimos años los científicos han alertado que la tasa de extinción es 1.000 veces superior al valor natural, y muy superior a la tasa de descripción de nuevas especies. Esto supone que el ser humano causa directa e indirectamente gran impacto en la cantidad de seres vivos del planeta, propiciando la extinción de especies más rápidamente de lo que puede describirlas.
En esta biodiversidad, la cantidad de “bichos de seis patas” supera ampliamente al ser humano, por lo que si la mayoría de los insectos fuera enemiga de las personas, la población viviría en estado de calamidad.
Pese a ser ornitólogo, elegí dedicar mi tiempo libre a los insecto s para acercarlos a la población. Motivado por su importancia e incomodado por la discriminación que sufren, decidí retratarlos para resaltar su belleza y diversidad. Para eso uso una técnica de procesamiento digital de imágenes, llamada apilamiento de enfoque, cada vez más empleada en publicaciones científicas por su capacidad para revelar secretos y detalles.
A diferencia de la tradicional fotografía de alta magnificación —que tiene como limitación su pequeña profundidad de foco, es decir, el área nítida de la foto es acotada—, el apilamiento no presenta esta dificultad al combinar una serie de exposiciones en posiciones diferentes. Esta agrupación de múltiples imágenes resulta en una foto que enfoca toda el área deseada.
La cámara y la lente que se utilizan se montan en un riel controlado por un micrómetro, luego se calculan los “pasos” del carril entre fotos, generalmente de 10 μm a 75 μm, entonces se coloca el insecto y se colocan las luces y difusores. Cuando todo está listo se toman de 100 a 300 fotos, y después de algunas horas de disparos, las exposiciones se importan a una computadora y se unen mediante un programa especializado.
Se trata de un proceso informático bastante largo y exigente, que puede extenderse de una hasta cinco horas, según la cantidad de imágenes que se tomen. Al final se hace una revisión para evitar errores y un posprocesamiento tradicional de la imagen.