Los especialistas en melocotonero se encuentran en un estado de indefensión a la hora de recomendar variedades a los productores, debido a una serie de factores que brevemente enumero a continuación.

Excesiva oferta varietal de los programas de mejora.
El melocotonero es la especie frutal con mayor dinámica varietal entre todas las especies frutales. Los productores tienen a su disponibilidad un gran abanico de variedades en base a los distintos tipos de fruto existentes (piel pubescente o glabra (melocotónonectarina), fruto esféricoo achatado (melocotón y nectarina o paraguayo y platerina), color de la pulpa blanco, amarillo, naranja o rojo (variedades sanguinas), tipos de textura de la pulpa (fundente, no fundente o crocante…). A todo ello hay que añadir que en cada grupo existe una gran variabilidad en la época de maduración, que en España comienza en Andalucía a primeros de abril, con las variedades de muy bajas necesidades en frío (conocidas en el sector como “LowChilling”) y concluye en Aragón, conlas variedades de “Melocotón de Calanda” que maduran desde mediados de septiembre hasta mediados de noviembre.
Los programas de mejora de esta especie, que hasta hace poco primaban el aspecto exterior del fruto sobre todos los demás objetivos de mejora, están obteniendo ya muy buenos resultados en lo que se refiere a la calidad interna en las diferentes tipologías de fruto existentes. Actualmente se están haciendo esfuerzos importantes en la obtención de nuevas variedades y patrones tolerantes a enfermedades tan importantes como la lepra, la monilia o el oídio, por ejemplo y a plagas como el pulgón verde. La implementación de la mejora asistida con marcadores moleculares va a permitir en un futuro muy próximo la obtención de variedades tolerantes a plagas y enfermedades. La producción de estas variedades será sin duda mucho más sostenible y su la producción ecológica será más sencilla.

Imposibilidad de experimentación de nuevas variedades
La variabilidad en los tipos de fruto y en la época de maduración hace que en España se presenten unas veinticinco variedadesnuevas al año. Esta desorbitada oferta de nuevas variedades hace imposible una experimentación agronómica seria de ellas. Los productores se ven obligados a elegir la variedad a plantar de acuerdo al posicionamiento de precios de la variedad (o de un tipo de fruto y época de maduración similar) en el mercado o basándose en la información que el obtentor proporciona a sus viveristas licenciatarios. Estas variedades a veces se han seleccionado tras una rápida evaluación del mejorador, con lo que no es infrecuente la retirada del mercado de nuevas variedades por su inadaptación comercial.
Para evitar este fraude al productor sería necesaria una red estatal de experimentación de nuevas variedades de frutales que permitiese su recomendación por su valor agronómico. El problema en esta especies es que encuanto se comienza a tener resultados de la experimentación de las nuevas variedades y se conocen cuales tienen un alto valor agronómico, éstas mayoritariamente han dejado de tener interés para el mercado y por consiguiente para los productores, ya que los resultados de una experimentación seria necesita al menos 6 años desde la disponibilidad comercial de la variedad.

Fluctuación de los precios
La fluctuación de precios que se producen en melocotonero año tras año, hace que los pequeños productores basen sus nuevas plantaciones en el tipo de fruto, variedad o fecha de maduración que han tenido buenos precios los años previos a la plantación. El problema es que cuando estas nuevas plantaciones comienzan a producir, el mercado de esos frutos se satura y los precios se desploman por debajo de los costes de producción. Además, los precios no están directamente relacionados con la calidad de la producción, de hecho, las campañas que se producen condiciones óptimas para obtener producciones de calidad, se produce una saturación del mercado desde el inicio del periodo comercial que repercute a prácticamente en los precios de toda la estación.
Para más incertidumbre, el equilibrio entre la oferta y demanda del melocotón, puede ser alterado por otros actores políticos impredecibles, como el caso reciente del boicot ruso a los productos hortofrutícolas de la Unión Europea.
Sí que es verdad que,de momento, el precio del melocotón ecológico es menos fluctuante que el precio del convencional, ya que de momento hay un mayor equilibrio entre la oferta y demanda de este tipo de producto. La seguridad alimentaria que conlleva este tipo de producción, confiere al melocotón ecológico un mayor precio respecto al convencional, pero también el productor debe realizar una exhaustiva gestión ecológica su plantación (control de plagas, enfermedades, fertilización y riego) y obtener producciones rentables, lo cual no es sencillo. Este aspecto, junto con las previsiones de un aumento de la demanda del melocotón ecológico, por la creciente concienciación sobre los beneficios del consumo de los productos ecológicos sobre la salud y el medio ambiente, juegan a favor a los intereses de los productores de ecológico, ya que alejan el riesgo de que la demanda de ecológico pueda llegar a saturar el mercado, manteniendo más o menos estables los precios a medio plazo.

En resumen, y para finalizar, desde mi punto de vista, no parece conveniente avanzar en la producción ecológica del melocotón como único objetivo. El avance debe ser siempre proporcional al aumento de la demanda de este tipo de producto, para mantener los precios atractivos al productor, y este avance irá acompañado en un futuro próximo con la posibilidad de utilizar unas nuevas variedades y patrones con un amplio rango de tolerancia a enfermedades y plagas, que harán más sencilla la producción ecológica.


Respuestas de José Manuel Alonso Segura - Centro de Investigación y Tecnología agroalimentaria (CITA). Gobierno de Aragón