
El cerdo como fuente de transmisión de Toxoplasma gondii / Mª Jesús Gracia

Fecha: 09-Oct-2019
Tags: porcino , Toxoplasma gondii , alimentación
Mª Jesús Gracia
Departamento de Patologia Animal
Facultad de Veterinaria - Universidad de Zaragoza
Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2)
mjgracia@unizar.es
Toxoplasma gondii, el agente etiológico de la toxoplasmosis, es un protozoo parásito ampliamente distribuido por todo el mundo que infecta a aves y mamíferos, incluidos los humanos. Se estima que el parásito infecta a un tercio de la población humana. Aunque la toxoplasmosis, es normalmente un proceso asintomático en personas inmunocompetentes, puede ser grave en personas inmunocomprometidas y cuando la infección primaria se adquiere durante el embarazo (infectados congénitamente).
Prácticamente todos los animales de sangre caliente pueden actuar como hospedadores, aunque el ciclo de vida solo se completa en los gatos y otros felinos. Los gatos son los únicos hospedadores definitivos y éstos normalmente se parasitan al ingerir presas infectadas (ratones, pájaros, etc.) con el parásito en su musculatura. Un gato infectado puede excretar con sus heces más de 20 millones de ooquistes durante un periodo de 1-2 semanas. Por lo tanto, los gatos contribuyen de manera importante a la contaminación del entorno y a la transmisión del parásito al hospedador intermediario. La infección en el hospedador intermediario se caracteriza por una fase aguda con multiplicación del parásito en casi todos los tejidos, seguido por una fase crónica con desarrollo de quistes que contienen el parásito y que están localizados principalmente en el sistema nervioso central y en la musculatura. Estos quistes pueden persistir durante toda la vida.
La infección del hombre se puede producir a través de tres rutas principales: ingestión de ooquistes eliminados por los gatos y presentes en tierra, agua, fruta o vegetales, ingestión de carne cruda o poco cocida procedente de animales infectados crónicamente y por transmisión de la madre infectada al feto.
El consumo de carne cruda o poco cocida infectada con Toxoplasma gondii está considerada como una ruta principal de transmisión para los humanos, siendo el cerdo una de las principales fuentes de toxoplasmosis humana.
Los cerdos pueden adquirir la infección principalmente por la ingestión de ooquistes en el alimento, el agua o el medio ambiente o por la ingestión de cadáveres de roedores infectados. El manejo de los animales va a tener un importante efecto sobre la tasa de prevalencia en cerdos. En este sentido, la presencia de gatos dentro o en el entorno de las granjas, la presencia de roedores y la entrada de aves en las instalaciones son importantes factores de riesgo que influyen en una mayor o menor parasitación. Asimismo, los sistemas de producción también influyen en la prevalencia de Toxoplasma; el acceso al exterior de los cerdos da como resultado una mayor probabilidad de infección, muy probablemente como resultado de un mayor acceso al suelo o al agua contaminada con ooquistes.
Se observan variaciones en las tasas de seroprevalencia en las diferentes áreas geográficas y entre las distintas granjas. Estas diferencias podrían deberse al clima, sistemas de producción animal y medidas de control específicas.
Se encuentran mayores tasas de infección en granjas con mala gestión o cría en libertad. Por otro lado, la implementación de unas buenas prácticas de gestión como son el evitar el acceso de los gatos a las instalaciones, control de roedores, colocación de mallas en ventanas que eviten la entrada de pájaros, buena higiene en las instalaciones, buenas prácticas en la fabricación y almacenamiento de los piensos y el abastecimiento de agua no contaminada puede conducir a una disminución significativa en la prevalencia de Toxoplasma gondii en cerdos.
La revisión de los estudios publicados nos permite detectar una disminución, en los últimas dos décadas, de la prevalencia en cerdos, posiblemente debido a que hay más granjas porcinas bajo manejo intensivo y a las mejoras en la bioseguridad de las mismas que dan lugar a menos oportunidades de exposición a Toxoplasma gondii. Actualmente, el riesgo de adquirir la infección se relaciona principalmente con el consumo de carne cruda o poco cocida procedente de cerdos criados al aire libre en sistemas orgánicos. Sin embargo, a medida que aumentan las demandas de los consumidores para mejorar el bienestar animal y los animales se críen en entornos más naturales, también existe la posibilidad de que aumente la proporción de animales parasitados.
En la actualidad aproximadamente una quinta parte de los cerdos domésticos son seropositivos a Toxoplasma gondii y confirma la importancia de la carne de esta especie como riesgo para el hombre, con consecuencias para la salud pública, en especial en poblaciones de riesgo. Por ello, se hace necesario que se implanten medidas para controlar o prevenir la infección de los cerdos en producción primaria, sobre todo cuando en la actualidad no existen medidas establecidas en matadero para el control de Toxoplasma gondii. La implantación de medidas adecuadas en este sector permitiría obtener menores tasas de infección e incluso granjas libres de Toxoplasma.