El bienestar animal mal entendido. Cuando el bienestar se convierte en malestar / Luis Miguel Ferrer

Fecha: 03-Dec-2020

Luis Miguel Ferrer 
Departamento de Patologia Animal
 Facultad de Veterinaria - Universidad de Zaragoza
Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2)
lmferrer@unizar.es

Sí, no ha leído usted mal. No es lo mismo. El pasado mes de marzo hablaba del bienestar animal bien entendido, aquellas prácticas pecuarias que mejoran la vida de nuestros animales y hacen que estos produzcan más y de mejor calidad.

Esta vez, la reflexión es más seria, hablamos del bienestar animal mal entendido, aquel que se ha legislado desde la comodidad del despacho, sin saber a ciencia cierta lo que se escribe. Vuelvo a insistir, por pesado que parezca, a CIENCIA cierta.

Que yo prefiera ser oveja de los Monegros antes que canario enjaulado o perrito al que sacan “a hacer pipí y caquitas” una vez al día, es una cosa subjetiva, es mi opinión, pero hay otras cosas que se pueden medir, valorar y comprobar, y eso es ciencia.

Hace tiempo que no comulgo con algunas doctrinas, legalmente establecidas, de bienestar animal. Manejos como el raboteo o corte de cola de la reposición de las corderas/os o corder@s (para parecer políticamente más correctos) los he visto realizar con una elegancia y soltura impresionante, cuando el ganadero era un verdadero profesional. Nunca me pareció que la técnica fuera tan estresante y dolorosa como para legislar la necesidad de utilizar anestesia en este procedimiento. Nunca lo he entendido, y eso que he practicado unos cuantos miles de procedimientos con anestesia en sus diferentes variantes (cosa que no recoge la ley). Siempre he visto cómo se comporta un animal tras el proceso de anestesia, cuando esta es necesaria, y los animales, al igual que las personas, no lo pasan bien.

Por suerte, el pasado año, tuve la oportunidad de poder colaborar con un veterano colega y amigo, de la Universidad australiana de Sydney, en un proyecto, realizado en España, sobre el estrés en el corte de rabos a corderas de reposición. Se trataba de evaluar, con todos los protocolos y legalidades de la UE, nacionales, autonómicas y universitarias el estrés y dolor provocado por el corte de rabo tradicional (sin anestesia ni florituras), con otro totalmente opuesto, la anestesia general y, a su vez, evaluando un producto anestésico local aplicado tras la amputación en ambas variantes.

Evaluación del comportamiento 

Se trabajó en una granja real, con ovejas reales y ganadero real y se midieron todos aquellos parámetros que pudieran modificarse en la fisiología o patología de esos animales y nos dieran datos científicamente objetivos. Los aficionados y profesionales de la ciencia lo pueden consultar en “Impact of a Topical Anaesthesia Wound Management Formulation on Pain, Inflammation and Reduction of Secondary Infections after Tail Docking in Lambs” publicado en la revista Animals 2020, 10(8): 1255. doi: 10.3390/ani10081255.

Bien, pues después del ingente trabajo realizado, que incluye la observación del comportamiento de los animales, grabaciones fotográficas y en vídeo, análisis de sangres, determinación de cortisol y amiloide séricos, fotografías de las lesiones durante las semanas posteriores y cumplimiento de todos los beneplácitos exigidos, paso a comentarles los curiosos resultados de la prueba.

  1. El comportamiento mostrado por las corderas sometidas al corte de cola mediante cirugía y bajo anestesia general reveló mayores signos de dolor y malestar que el corte tradicional.
  2. La anestesia tópica local proporcionada por el anestésico local en un procedimiento de caudectomía tradicional puede ser una alternativa a la anestesia general si se utiliza inmediatamente tras el procedimiento, al actuar directamente sobre las fibras nerviosas y los tejidos traumatizados, ya que ayuda a mitigar el dolor producido.
  3. El 82% de las corderas del estudio presentaron infección de la herida tras el procedimiento de caudectomía (no se utilizó antibiótico para no enmascarar los resultados). La incidencia fue superior en las heridas presentadas por las corderas sometidas al método quirúrgico con anestesia general.
  4. El cortisol parece ser un buen indicador de estrés, pero no es igual de fiable para el dolor, mientras que el amiloide sérico estaría más relacionado con el dolor y posterior evolución de la lesión. Los animales en los que se realizó la caudectomía con cirugía y anestesia presentaron niveles más altos de amiloide sérico, sufrieron más dolor y la evolución de sus heridas fue peor en comparación a los animales sobre los que se empleó el corte tradicional tratados con posterior empleo de un anestésico local.
  5. Es necesario investigar más sobre este tema ya que la legislación actual obliga a realizar anestesia y, como se demuestra en este trabajo, la anestesia general es un procedimiento más doloroso que el corte de cola tradicional.

 

Mi conclusión es lógica, la legislación del bienestar animal, mal entendido, nos obliga a estresar y hacer sufrir más a nuestros animales en comparación con los procedimientos tradicionales, aquellos que desde siempre aplicaban nuestros ganaderos que cuidaban a los animales que les sustentaban a ellos mismos.

Los cambios a la ligera, sin fundamento, sin el soporte de la ciencia, son absurdos y pueden derivar en malestar animal.