El aceite de oliva tendrá una nueva y específica norma de calidad

Parece que por fin va a ver la luz la nueva norma de calidad de los aceites de oliva y de orujo de oliva. La nueva versión que esperamos que se apruebe está en línea con la que comentábamos en 2018, aunque presenta algunas diferencias en cuanto a la forma y al contenido.

Fecha: 20-Feb-2020

Fuente: Ainia

La propuesta de 2020 mantiene la relevancia de la trazabilidad hasta el punto de establecer un Plan Coordinado de Control de la Trazabilidad por parte de las autoridades competentes de control de la calidad y defensa contra fraudes que será adoptado por la Mesa de Coordinación Alimentaria.

La nueva disposición detalla todos los aspectos inherentes a la trazabilidad a través del Anexo II Registros de Trazabilidad y, además, se complementa con lo planteado en el Anexo III. Información Mínima del Documento de Acompañamiento durante el Transporte. La trazabilidad es muy importante en la nueva norma y también su conexión para evitar posibles prácticas fraudulentas, tal y como se explicita en el preámbulo.

Se impone el carácter práctico

La actual versión, desde nuestro punto de vista, tiene un enfoque más práctico que estimamos facilitará su aplicación. Algunos ejemplos los vemos en cuestiones tales como, las tolerancias ligadas a las menciones facultativas. El legislador ha tenido en cuenta que algunos de los parámetros a los que se refieren determinadas menciones facultativas en el etiquetado varían con el tiempo y procede proporcionar un margen de tolerancia que permita tener en cuenta la evolución natural y la incertidumbre del método, siempre y cuando los valores obtenidos no excedan los límites legalmente establecidos en el «Anexo IV. Reglas en relación con la tolerancia admitida».

Además de lo comentado anteriormente, también reiteramos lo expuesto en el artículo que escribimos en 2018 en relación con la trazabilidad y la separación regulatoria:

  1. Trazabilidad, un punto clave para asegurar la autenticidad. La protección del llamado “oro verde” se basa en buena medida en los planteamientos de la nueva norma en materia de trazabilidad como ancla para mejorar el control de la calidad del producto. Todos los eslabones de la cadena de valor estarán supervisados a través del sistema de trazabilidad, desde la producción hasta la puesta a disposición del consumidor final.
  2. Separación regulatoria entre los aceites de semillas y aceites de oliva, con más claridad. El hecho de disponer de una norma propia en el caso de los aceites de oliva permite una mejor adaptación a los planteamientos de la nueva norma en materia de producción y autocontrol, envasado y etiquetado.

Ante esta situación, el legislador ha considerado oportuno separar la regulación de los aceites vegetales. Entendemos que, de esta forma, todos los agentes intervinientes salen ganando, tanto la industria, los consumidores, como las autoridades competentes. Si se logra que la norma sea aprobada, se habrá dado un gran paso para hacer progresar la legislación alimentaria y dotar al sector oleícola de un marco legal que contempla las diversas situaciones que pueden darse en la industria alimentaria y, además, recoger los intereses de todos los agentes de la cadena de valor.

Concluimos este somero análisis valorando positivamente la nueva norma de calidad de los aceites de oliva y de orujo de oliva. Ahora sólo nos queda esperar la aprobación y publicación de la norma. Por último, es de justicia reconocer el esfuerzo del legislador para recoger los intereses de todos los agentes de la cadena y darle un enfoque práctico (industria, autoridades competentes y consumidores).

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