La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha presentado su balance agrario de 2020, en el que aporta un dato preocupante como es el de que el 7 por ciento de las grandes empresas agrarias ha acaparado en este año la mitad del incremento del valor de la producción, poniendo en riesgo lo que hasta ahora ha sido el principal punto de apoyo para el desarrollo de la agricultura de invernadero, la explotación familiar agraria.

Para la organización agraria, los problemas del campo tienen solución, pero depende de la orientación que se le quiera dar a las políticas económicas y agrarias, que en 2021 deben ir orientadas a fomentar y desarrollar un modelo de economía social agraria.

"Futuro para el campo sí, pero para una agricultura con agricultores y agricultoras. Tenemos que hacer frente al proceso de 'uberización' del campo español; implantación de macroexplotaciones en manos de fondos de inversión multinacionales que representan un modelo ajeno al social y profesional, lo que amenaza la continuidad de la explotación agraria independiente", ha señalado el secretario general de COAG, Miguel Blanco.

COAG ha pedido para 2021 la necesidad de garantizar precios justos, la adaptación al Brexit o el diseño del plan estratégico nacional de la nueva Política Agrícola Común (PAC), a lo que se suma la culminación de la reforma de la Ley de Cadena Alimentaria en el Congreso de los Diputados.

"La reciente reforma de la Ley de Cadena ha prohibido la destrucción de valor y obliga a que el precio pactado entre las partes en contratos de compraventa esté por encima del coste de producción del vendedor. Lo consideramos un importante paso adelante. Es preciso que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) desarrolle un amplio estudio de costes, que sirvan de referencia para las distintas producciones y junto con las CC.AA. haga cumplir la ley con el máximo rigor", ha indicado Blanco.

Señala también que se debe avanzar en las estrategias de regulación pública y autorregulación de los mercados, con "estricto" control de las importaciones. "De lo contrario los avances pueden quedar en papel mojado".

Menos agricultores

A pesar de la subida de un 3,6% de la Renta Agraria en términos reales por el aumento de la producción, (según la primera estimación del Ministerio de Agricultura), el sector ha perdido 67.000 activos en 2020, un descenso del 7,9% respecto a 2019.

Desde 2003, el sector agrario acumula una pérdida de renta de un 12,2% y una reducción de 235.000 ocupados, muchos de ellos profesionales autónomos que han tenido que abandonar la actividad ante la quiebra técnica de su explotación.

"A pesar de ello, los hombres y mujeres del campo hemos demostrado una gran capacidad de resiliencia, manteniendo las producciones y aumentando incluso las exportaciones en un año muy complicado", ha señalado el secretario general de COAG, quien ha añadido que, si 2020 ha sido el año del reconocimiento social del carácter esencial de la actividad agraria, 2021 debe ser el de la rentabilidad para el modelo social y profesional de agricultura.

"Si una parte de los fondos de reconstrucción de la UE se utilizan de verdad para apoyar la sostenibilidad y la digitalización de las pymes del campo, estamos preparados para impulsar el desarrollo económico y social pospandemia de nuestro país", ha indicado.