Calanda embolsa ya su melocotón

La D.O. Melocotón de Calanda se encuentra en pleno proceso de embolsado, en una campaña que prevén positiva, y con previsiones de aumentar la exportación.

Fecha: 27-Jul-2018

Los agricultores de la Denominación de Origen del Melocotón de Calanda se muestran optimistas esta temporada. En pleno proceso de embolsado del amarillo tardío, el presidente de la D.O., Samuel Sancho, comenta que el año pasado fue «una campaña positiva» y que la previsión de recolecta «será similar». En 2017, la producción de frutos certificados rondó los cuatro millones de kilos. Sancho asegura que «no hay nada reseñable» y valora como positiva la falta de noticias, sobre todo aquellas referidas al pedrisco.

El granizo no ha supuesto una preocupación para los agricultores esta temporada porque apenas ha perjudicado la cosecha. Ha habido alguna pequeña afección en Valmuel y Puigmoreno pero «no será significativa para el global de la producción». Cabe recordar además que la D.O. del Melocotón de Calanda está en el Consorcio Antigranizo de Aragón, un sistema que consta de «quemadores» que emiten yoduro de plata y reduce entre un 30 y un 40% el riesgo de granizada. Este sistema, no exento de polémica, resguarda la zona de Valmuel, Puigmoreno y la ciudad de Alcañiz. «La piedra que ha caido no ha afectado, por el momento, a la producción», aporta Arsenio Rújula, gerente de la Cooperativa San Miguel de Puigmoreno (Cofruval), que prevé certificar en torno a 2,8 millones de kilos de melocotón.

A pesar de que las predicciones para esta temporada son buenas, todavía es pronto para saber si habrá variaciones de calibre, dulzura o dureza respecto al año anterior. Los productores insisten en que el tiempo tiene la última palabra, apuntando a que la climatología es el principal factor que podría hacer variar estas predicciones.

A este respecto, el presidente de la D.O. espera que no sorprenda el pedrisco y que llueva de manera continua mientras se lleve a cabo la recolección para que la calidad del fruto sea mayor.
Las temperaturas y las precipitaciones serán también factores decisivos que marcarán los niveles de exportación de este año. Sancho señala que además de la calidad de producto, «la climatología local y también la de los países a los que se exporta» determinarán qué porcentaje de los frutos certificados traspasarán nuestras fronteras. El pasado 2017 la mayoría del Melocotón de Calanda se quedó en el mercado español, haciendo que la exportación «no fuera una necesidad». A pesar de esto, Sancho asegura que se está «trabajando para mejorarla» y llegar a un porcentaje del 40%. En estos momentos, se está exportando entre el 25 y el 30%.

La Unión Europea sería el principal destinatario de los frutos marcados con la etiqueta negra de la D.O. de Calanda. Esto se explica por dos cuestiones: la distancia que debe recorrer el fruto desde su lugar de origen y también el tiempo que aguanta en óptimas condiciones. Se trata de dos aspectos que dificultan la exportación a otros países más alejados del lugar de producción. Sancho recuerda que en años anteriores se han realizado algunas pruebas con Hong Kong y que se están barajando «todas las alternativas». A pesar de que la D.O. está decidida a apostar por la exportación, Sancho señala que el desarrollo de estas estrategias «lleva su tiempo» y que es algo que «hay que ir modelando año tras año».

Nuevas variedades

Este año la D.O. ha iniciado un proyecto junto al Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón que persigue mejorar las actuales variedades del Melocotón de Calanda. José Manuel Alonso pertenece a la unidad de hortofruticultura del CITA y concreta ese objetivo indicando que se buscan «variedades más productivas, más dulces, que puedan manejarse mejor tras la cosecha y con mayor vida útil una vez recolectado el fruto».

Para poder desarrollar el proyecto se han preseleccionado 25 árboles de diferentes familias con los que llevar a cabo los cruzamientos. Para realizar el proceso de cruzamiento se selecciona un árbol padre y otro madre. El árbol madre se castra eliminando de la flor los pétalos y las anteras y posteriormente se poliniza manualmente con el polen extraído del árbol macho. Una vez se obtenga el melocotón, fruto del cruzamiento, su hueso servirá para dar lugar a una nueva planta.

Alonso calcula que las primeras cosechas comerciales podrán obtenerse «de aquí a tres años», pero habrá que esperar otros tres más para tener los resultados y saber «cuáles de las 25 preselecciones pueden convertirse en nuevas variedades de Melocotón de Calanda».