La ministra federal de Agricultura, Julia Klöckner, enfatiza: “Cada euro de este programa se utiliza para proteger el clima, el medio ambiente y la naturaleza, y está diseñado precisamente para los agricultores, incluidas las pequeñas y medianas explotaciones. Porque la agricultura tiene que lograr mucho: más biodiversidad, más diversidad de especies y más protección del clima y, sobre todo, salvaguardar las cosechas. Proteger el clima y asegurar las cosechas no son contrarios. Ambos son posibles: la solución es la tecnología más avanzada. Con más de 800 millones de euros, estamos proporcionando un impulso tecnológico clave al sector agrario ".

Al agricultor se le reembolsa el 40 por ciento de los costos, con una inversión máxima de 2 millones de euros durante los cuatro años. Para los proveedores de servicios agrícolas esas ayudas pueden situarse entre el 10y el 20 por ciento  de la inversión, según el tamaño de la empresa.

Julia Klöckner continúa: “Queremos alcanzar nuestros objetivos medioambientales con la última tecnología, por ejemplo, para la aplicación precisa de pesticidas o fertilizantes.

“Con la tecnología para la aplicación de estiércol líquido, es posible una reducción promedio del 30 por ciento en las emisiones de amoníaco. Cubrir los depósitos de estiércol líquido puede reducir las emisiones de amoníaco en un 80 por ciento. En el caso de la protección de cultivos, se puede esperar un ahorro de recursos, por ejemplo en fruticultura y viticultura, en un promedio del 30 al 50 por ciento”, aseguraba la Ministra federal