Vïtisad: estudio de la biodiversidad, fertilización y las cubiertas vegetales para mantener la calidad del vino ante el cambio climático

La conservación de la diversidad genética de la vid, la fertilización y el uso de cubiertas vegetales son algunos de los factores que estudia como coordinador, NEIKER, el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario, en el marco del proyecto VITISAD (Interreg-POCTEFA), con el objetivo de mantener la calidad de los vinos ante el cambio climático y evitar los riesgos medioambientales que provocarían estas futuras condiciones climáticas.

Fecha: 25-Feb-2021

Fuente: Sevi

Una de las consecuencias del cambio climático es el incremento de la temperatura, que provoca que la maduración de la uva se produzca en un período más cálido y puede modificar algunas de sus propiedades cualitativas, como su color o acidez.

Por otra parte, se prevé también un aumento de episodios de lluvia intensa, que podrían suponer un mayor riesgo de pérdidas del suelo por erosión.

Por ello, resulta fundamental adelantarse a esos posibles escenarios y contar con soluciones adaptadas a las estas nuevas condiciones, como emplear distintas técnicas agronómicas, como las que se propone evaluar en este proyecto, de modo que el viñedo se adapte a las nuevas circunstancias y se mantenga la calidad de la uva.

El proyecto Vitisad, de una duración prevista de 32 meses (se prolongará hasta mayo de 2022) está integrado por 5 socios dedicados a la investigación vitivinícola del Suroeste de Europa: NEIKER, que actúa de coordinador; la Dirección General de Agricultura y Ganadería del Gobierno de la Rioja, la Dirección General de Desarrollo Rural del Gobierno de Navarra; la Cámara de Agricultura de los Pirineos Atlánticos y el IFV (Instituto Francés de la Viña y el Vino).

Esta cooperación transfronteriza se basa en la experimentación, la evaluación conjunta y el intercambio de experiencias sobre cinco prácticas correspondientes a diferentes estrategias de adaptación al cambio climático en los viñedos del Suroeste de Europa.

Así, los socios del proyecto están estudiando el establecimiento de cubiertas vegetales como sistema de mantenimiento del suelo, para combatir la erosión, mejorar la calidad del suelo y equilibrar la componente vegetativa y productiva de la cepa.

En segundo lugar, se están llevando a cabo prácticas de eficiencia en la utilización del agua del riego, empleando diferentes técnicas (goteo aéreo, goteo enterrado y riego por superficie) y asociando también estas técnicas al empleo de cubiertas vegetales.

Asimismo, otro de los estudios tiene que ver con la reducción de la temperatura del racimo y control de la maduración, mediante el estudio de la topografía de las parcelas y la instalación de redes para sombrear a las vides.

Y también se está experimentando con la aplicación de fertilizantes orgánicos para aumentar el almacenamiento de carbono y nutrientes en el suelo, así como analizando el material vegetal adaptado al cambio climático, clasificando la variabilidad genética del viñedo, como las variedades antiguas, resistentes y de maduración tardía, la diversidad de clones, los portainjertos, etcétera.

Formación y apoyo a viticultores y bodegas

El proyecto contempla, asimismo, una segunda acción, como es la formación y el apoyo a los viticultores y bodegas en el uso y la adopción de estas prácticas.

Los grupos piloto estarán formados por una red de 20 viticultores y técnicos de viticultura en bodegas que hayan decidido modificar sus prácticas de cultivo a partir de las experimentadas en el proyecto para recoger las preocupaciones del sector y compartir los resultados obtenidos.

Hasta la fecha, existen 30 parcelas piloto en viñedos comerciales de Francia y España aplicando técnicas como cubiertas vegetales, integradas por diferentes especies de gramíneas y leguminosas y localizadas tanto en la línea de plantación, como en la calle;

También para la demostración de diferentes fechas de poda e influencia en el ciclo de la vid; la reducción del paso de la maquinaria agrícola (tractores) y estimación del ahorro energético y económico, así como la recuperación y la conservación de viñedos antiguos y la multiplicación del material vegetal de interés, mediante selecciones masales y sanitarias.

La transferencia de conocimiento es una de las actuaciones clave del proyecto Vitisad. Además, de la elaboración de una “Guía de prácticas vitícolas de adaptación al cambio climático”, está previsto que los resultados del proyecto se compartan con sindicatos, asociaciones profesionales y Administraciones regionales para ayudarles a establecer su futura estrategia y políticas de gestión frente al cambio climático.

De hecho, durante 2020 se han producido cerca de 100 vinos o vinificaciones con estas prácticas, impulsadas por una veintena de bodegas, que participan en experimentos y demostraciones en este proyecto. Entre ellas, Bodegas Bilbaínas, Bodegas Vivanco, La Rioja Alta S.A. y Bodegas Ontañón, desde La Rioja.

Programa Interreg-POCTEFA

El proyecto VITISAD, dotado con 657.587 euros, ha sido cofinanciado al 65% por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), a través del Programa Interreg V-A España-Francia-Andorra (POCTEFA 2014-2020).

El objetivo del POCTEFA es reforzar la integración económica y social de la zona fronteriza España-Francia-Andorra. Su ayuda se concentra en el desarrollo de actividades económicas, sociales y medioambientales transfronterizas a través de estrategias conjuntas a favor del desarrollo territorial sostenible en estos tres países.