Un paso adelante hacia una vacuna del nuevo coronavirus

Virólogos del IRTA participan en uno de los primeros estudios moleculares para diseñar una vacuna contra el nuevo coronavirus, que acaba de publicarse en la revista F1000Research. · La investigación da pistas sobre la proteína implicada en el proceso de infección del nuevo coronavirus, lo que podría ayudar a desarrollar una vacuna. · El siguiente objetivo del equipo se centra en consolidar las colaboraciones en el ámbito internacional y conseguir la financiación necesaria para avanzar en esta línea.

Fecha: 24-Feb-2020

Fuente: IRTA

Pocos días después del brote del nuevo coronavirus de Wuhan varios centros de investigación de todo el mundo identificaron y publicaron la secuencia genética del virus. Con esta información, el equipo de investigadores de la línea de investigación de coronavirus del Centre de Recerca en Sanitat Animal del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA-CReSA) ha empezado a trabajar junto con científicos del Laboratorio Nacional de Galveston y del Centro Médico de la Universidad de Texas de los Estados Unidos para ampliar información sobre el origen y la evolución de la enfermedad.

Por experiencia previa con otros coronavirus que se parecen genéticamente con el de Wuhan, como el coronavirus del SARS y el de la MERS, los científicos ya sospechaban qué proteína diana tenían que buscar en el nuevo coronavirus para trabajar en una posible vacuna. Se trata de la proteína S, que forma parte de la envoltura de todos los coronavirus. En este estudio, los investigadores han identificado la región concreta de esta proteína, que sería clave para hacer una vacuna del nuevo coronavirus.

«El siguiente paso es comprobar la eficacia de estas moléculas en el laboratorio para ver si serían buenas candidatas para hacer una vacuna; una vez hecha, se debería comprobar en modelos animales», explica Júlia Vergara-Alert, investigadora y veterinaria del IRTA-CReSA. No se ha confirmado todavía si el origen del nuevo coronavirus es animal, pero las predicciones del estudio apuntan que los pollos y las civetas son los más sospechosos de entre todas las especies animales disponibles en las bases de datos de genomas. «Para tener la certeza será necesario comprobarlo experimentalmente, aunque no se descarta que haya otras especies de animales potencialmente susceptibles al nuevo virus”, explica Joaquim Segalés, investigador del IRTA-CReSA y catedrático de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Ahora, uno de los objetivos del equipo es consolidar las colaboraciones en el ámbito internacional y conseguir la financiación necesaria para avanzar en esta línea.