Reforma de la PAC: La Comisión Europea sigue armándose en favor de una agricultura más verde

La Comisión Europea ha hecho público la pasada semana un estudio externo para analizar la relevancia, la eficacia, la eficiencia, la coherencia y el valor añadido que para la UE representa la PAC en su contribución a la lucha contra el cambio climático.

Fecha: 07-Jun-2019

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El estudio, elaborado por Alliance Environnment; una Agrupación de Interés Económico Europeo formada por grupos de expertos de reflexión sobre la sostenibilidad ambiental, repasa los efectos de hasta 24 medidas de la PAC, tanto en el primer pilar como en segundo, que guardan alguna relación con la acción contra el cambio climático.

Desde Unión de Uniones se interpreta como un elemento más que la Comisión pone sobre la Mesa para reforzar sus orientaciones hacia una Reforma de la PAC que impulse el protagonismo de una agricultura y ganadería más verdes. En palabras del propio Comisario de Agricultura Phil Hogan sus propuestas “para la Política Agrícola Común posterior a 2020 establecen mayores ambiciones ambientales” para responder a los desafíos climáticos, teniendo también en cuenta que “el sector agrícola y las zonas rurales se encuentran entre los más vulnerables a los efectos del cambio climático” y que se debe asegurar que los “agricultores sean recompensados por el trabajo que realizan”, al tiempo que se les ofrecen “herramientas adecuadas para enfrentar los efectos del cambio climático”.

Unión de Uniones considera que afrontar esos nuevos e importantes desafíos y poner en marcha esas herramientas necesarias para compensar a los agricultores y ganaderos no casa bien con los recortes significativos que contiene la propuesta de la Comisión para los presupuestos de la Futura PAC… unos recortes que recordamos son en conjunto del 5%, pero que en el caso de las medidas de desarrollo rural superan el 15%.

Contribución actual de la PAC a los objetivos de cambio climático.
El estudio presentado destaca que, en la UE, las emisiones de GEI de la agricultura son (el estudio se refiere a 2016) un 20,7% más bajas que en los niveles de 1990; aunque haya aumentado ligeramente desde el 2012.

La cuantificación que el informe hace, siguiendo modelos de simulación, de la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero que aportan las 24 medidas PAC estudiadas asciende a 26,2 millones de toneladas de CO2eq por año. La mayor parte de esta reducción (19,8 Mill.Tm. CO2eq/año) se realiza desde las medidas de greening del primer pilar de la PAC y, sobre todo, de la línea de conservación de los pastos permanentes (15,9 Mill.Tm. CO2eq/año) y, en menor medida, de la línea de mantenimiento de Superficies de Interés Ecológico (que aporta una reducción de 4 Mill.Tm. CO2eq/año, de los cuales el 92% lo representa la implantación de cultivos fijadores de nitrógeno.

En cuanto a las medidas de los Programas de Desarrollo Rural, el impacto estimado es de una reducción de 6,4 Mt CO2eq/año, de la cual, más de la mitad de esta reducción provendría de los pagos al amparo de la Red Natura 2000 o de la Directiva de Aguas.

El informe va más allá y evalúa también el gasto que representa en el contexto de la PAC esta contribución a la reducción de los Gases de Efecto Invernadero (GEI). Así, por ejemplo, cada tonelada de CO2eq/año reducida gracias a las medidas del primer pilar supone un coste para la PAC de 274 €, con una gran disparidad según actuaciones, ya que en la conservación de pastos el coste (44 € tm. CO2eq/año) sería muy inferior al del ocasionado en el mantenimiento de superficies de interés ecológico (437 € por tonelada de CO2 eq/año).

Por lo que respecta a las medidas del segundo pilar sobre desarrollo rural, reducir 1 Tm. CO2 eq/año, representaría un desembolso en la PAC de 195 €.

A estos costes habría que añadir, además, según el estudio, los que representa la carga administrativa de gestión de estas medidas. No obstante, los autores también subrayan que debe tenerse en cuenta que la mitigación del cambio climático no es el objetivo principal y específico de las medidas estudiadas y que las cifras relativamente altas de “coste por tonelada” reflejan el hecho de que también se logran otros beneficios además de reducir las emisiones de GEI.

Algunas incoherencias y apuestas correctas.
Aunque de la lectura del informe puede entenderse que se valora positivamente en general la aportación de la PAC a los compromisos de la UE en materia de cambio climático, a Unión de Uniones le preocupa que los autores pongan el acento en algún caso en lo que identifican como incoherencia de ciertas medidas con los objetivos climáticas.

De esta manera se considera en el informe que las ayudas acopladas en el primer pilar a los sectores ganaderos pueden haber inducido una cierta intensificación de la producción, mientras que se trataba de favorecer la extensificación a través del desarrollo rural. Este hecho es considerado importante, ya que la ganadería intensiva conduciría a un aumento neto en las emisiones de GEI. En el informe se cita también que los Estados miembros podrían haberse frenados en sus decisiones de tinte climático sobre el sector ganadero debido a las crisis importantes que varias de estas producciones han atravesado en los últimos años.

Algo parecido sucede, según el informe, con ciertas medidas de desarrollo rural que fomentan actuaciones que implican un aumento de las demandas de agua para la producción agraria.

Por el contrario, la apuesta en los últimos años, tanto en el primer pilar como en el segundo, de favorecer la producción local (a nivel de la UE) de materias primas para la alimentación del ganado, estaría en la dirección correcta al reducir el impacto climático.

Una PAC con más ambición ambiental.
Los autores del estudio señalan también que, si bien la coherencia de la PAC con la lucha contra el cambio climático es notable, su aportación no ha sido mayor debido a la ausencia en el vigente modelo de objetivos específicos en relación al compromiso de la UE en este campo y de medidas diseñadas a alcanzarlos.

Además, se citan en el informe ámbitos de acción que hasta ahora la PAC no ha tocado y que tienen un impacto significativo sobre el cambio climático, como los patrones de consumo, la investigación y la bioeconomía. Concretamente, se critica desde el estudio que los esfuerzos innovadores vayan en la actualidad más en el sentido de mejorar la eficiencia y los rendimientos en las producciones que de resolver problemas ambientales como el exceso de residuos ganaderos y el desarrollo de cadenas que valoricen todo tipo de residuos y subproductos en el contexto de la bioeconomía.

Respeto a los principios originales de la PAC
Unión de Uniones valora el informe presentado por la Comisión como un nuevo elemento para reforzar la posición del Ejecutivo Europea a favor de encarrilar una Reforma de PAC con una orientación más verde, más medioambientalista. Frente a esto, la organización considera que, en cualquier caso, los nuevos desafíos y objetivos que se planteen para la futura Política Agraria Común deberían estar acompañados de la financiación suficiente… no se puede hacer más cosas, con menos presupuesto.

Además, para Unión de Uniones, estos retos que se pretenden abordar no deben hacer olvidar los principios originales de la PAC asentados en el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea y, entre ellos, sobre todo, los de garantizar un nivel de vida equitativo a la población agrícola y estabilizar los mercados. Sin conseguir esto, será imposible que la agricultura asuma otros compromisos.