Esta estrategia forma parte del llamado Pacto Verde Europeo, cuyo objetivo es conseguir que la economía de la UE sea la primera neutra en carbono en 2050 a nivel mundial. Para ello todos los sectores económicos, incluido el agrario, deberán contribuir a este objetivo.

Ramón Armengol ha defendido que la agricultura y la ganadería europea representan menos del 1% de las emisiones mundiales de CO2, y que el sector ha realizado importantes esfuerzos para reducir el consumo de recursos naturales y a la vez ha incrementado su productividad, ofreciendo a los europeos los alimentos más seguros y sanos del mundo. Armengol ha destacado la apuesta del sector por fomentar la lucha biológica, la producción integrada, la reducción del uso de materias activas, la utilización eficiente del agua y de plásticos, la implementación de estándares de bienestar animal y un uso más razonable de los antibióticos, o la implantación de proyectos de energías renovables y la economía circular, etc., aspectos todos ellos presentes en la estrategia que lidera la Comisaria, Kyriakides.

Otra de las propuestas que incluye la estrategia es mejorar la posición de los agricultores en la cadena alimentaria, fundamental para lograr su sostenibilidad económica. Ramón Armengol ha propuesto a la Comisaria incentivar la integración de los productores en empresas cooperativas, adecuadamente dimensionadas, como una acción clave para alcanzar la sostenibilidad económica de sus explotaciones y una manera más eficiente de asimilar el nuevo modelo productivo medioambientalmente sostenible. Gracias a las cooperativas los agricultores aportan valor a sus productos adaptando su producción a la demanda de los clientes. El presidente de la COGECA ha resaltado que las intervenciones de la estrategia de la Comisión deben dirigirse a través de enfoques colectivos o cooperativas, para multiplicar el impacto positivo en el sector productor.

El modelo de producción de la UE es el más exigente y costoso a nivel mundial, tal y como ha señalado Ramón Armengol, por tanto, aumentar las exigencias implicará una pérdida de competitividad. Aumentar más restricciones en el marco del Pacto Verde Europeo podría poner en peligro la posición de la UE en los mercados exteriores, el empleo en las zonas rurales aumentando la despoblación rural y cualquier propuesta en este sentido debería ir acompañada de un estadio de impacto en las zonas rurales. Actualmente se debate la Reforma de la PAC donde se propone aumentar más restricciones medioambientales. La PAC debe ser la contribución de la agricultura al Pacto verde y no añadir más restricciones a los agricultores.

Ramon Armengol ha recordado, por último, que las manifestaciones de agricultores en Alemania, Lituania, Holanda, Irlanda, Francia y España ponen de manifiesto la falta de rentabilidad de una parte importante del tejido productivo y ha alertado sobre el impacto que provocaría una reducción del presupuesto de la PAC, que se suma a las consecuencias indirectas que sufre el sector por conflictos geopolíticos como el veto ruso o los aranceles impuestos por la administración de los EE.UU.