La Confederación Hidrográfica del Ebro (Ministerio para la Transición Ecológica) ha licitado dos proyectos que tienen como objetivo incrementar el conocimiento y mejorar el diagnóstico y también mejorar la eficiencia y control de los recursos de la cuenca del Queiles (varias localidades de Navarra y Zaragoza), líneas de acción para una gestión eficiente del agua definida por la Planificación Hidrológica en la Demarcación del Ebro.

El primer proyecto se centra en la instalación de caudalímetros en los aprovechamientos del río Queiles (varias localidades de Navarra y Zaragoza), por un presupuesto de 281.489 euros.

Este proyecto se integra en las acciones para la explotación de los sistemas de la cuenca, mejorando el conocimiento de los usos y el seguimiento del sistema El Val- Queiles, aplicando la tecnología y los sistemas de telecontrol.

En concreto se aplicará para el seguimiento de 15 aprovechamientos en un sistema que está formado por el azud del río Queiles, que deriva aguas al embalse de El Val y las tomas que regulan el caudal del río y suministran el agua a los diversos usuarios del embalse.

Monitorización

A este se suma el proyecto para la monitorización de la cuenca y el embalse de El Val mediante la instalación de sensores in situ en puntos críticos de esta cuenca para obtener información en tiempo real sobre caudales y nutrientes. Se quiere integrar esta información en un sistema de simulación de alta resolución cuya finalidad es tomar medidas correctoras que permitan revertir el proceso de eutrofización del embalse. El presupuesto de licitación es de 99.995 euros.

Ambos responden a las principales líneas del Plan Hidrológico de la Demarcación del Ebro. El nuevo ciclo de planificación está revisando este documento clave en la gestión del agua que se marca, entre otras, estas direcciones: la mejora de la información (cuanta mayor y mejor información, mejor diagnóstico y por tanto, más acertadas las medidas), la mejora de la gestión y la eficiencia a través de un mayor conocimiento de los consumos (que se traduce en mejoras técnicas en la explotación de las grandes infraestructuras hidráulicas) y la aplicación de medidas para alcanzar el buen estado de las masas de agua.