La recría es una asignatura pendiente y una gran oportunidad (por Alex Bach)

Fecha: 01-Jun-2017

La producción de leche es un modelo de negocio con una inercia y un tiempo de preparación para alcanzar el mercado muy largo en comparación con la mayoría de otros modelos de negocio, tanto en ganadería como en otros sectores. Desde que el ganadero inicia la inversión en su nuevo producto (la ternera) hasta que ésta empieza a generar facturación suelen pasar, en España, más de 25 meses de media.

Con esta cifra en mente, resulta sorprendente observar que menos del 80% de las terneras nacidas vivas paren antes de los 24 meses en las explotaciones españolas (en otros países el valor puede ser incluso inferior). Lamentablemente, esta pérdida de animales (>20%) no obedece a una estrategia de selección y eliminación de animales proactiva por parte del ganadero, sino más bien a bajas por patología, accidentes, crecimiento deficiente, o fallos reproductivos (que terminan en baja o bien en edades al parto más allá de los 24 meses).

También resulta sorprendente observar que alrededor del 17% de las terneras en España (Bach, 2011), y el 21% en Inglaterra (en prensa) que inician la primera lactación no alcanzan la segunda. Estos datos y las pérdidas consiguientes serían difícilmente asumibles en cualquier otro sector de actividad.

Sin embargo, el sector productor de leche lleva conviviendo con estas cifras durante muchos años sin que eso, aparentemente, ocasione ningún cataclismo. Y aunque pueda resultar paradójico, esta situación representa una gran oportunidad de mejora en muchos sentidos de la producción de leche. Por un lado, la mejora de esta situación resultaría en un incremento de la rentabilidad de la explotación y, por otro, disminuiría el impacto ambiental asociado a la producción de leche, por lo que mejoraría la imagen del sector como actividad sostenible.

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