La Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged) y la Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados (Aces) han mostrado esta tarde su malestar por las declaraciones efectuadas por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien ha señalado que “es evidente que las grandes distribuidoras tienen que hacer un examen, una autocrítica, en la formación de precios”.

“Tenemos que introducir más transparencia para defender al pequeño y mediano agricultor y a los ganaderos, quienes, desgraciadamente, ven cómo los precios bajan y bajan, algo que es inaceptable para el Gobierno”, ha afirmado esta tarde Sánchez, que se encuentra en Bruselas, donde se ha reunido con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel (en la imagen).

“El presidente del Gobierno ha dicho que debemos hacer autocrítica; nosotros estamos encantados de colaborar y nos ponemos a disposición del Ministerio de Agricultura para analizar el funcionamiento de la cadena agroalimentaria y trabajar todos juntos”, ha respondido el secretario general técnico de Asedas, Felipe Medina, en declaraciones a infoRETAIL.

“Existe un gran entramado de factores que afectan a las rentabilidades agrarias, como los volúmenes de producción, la política agraria común, los aranceles de Trump o el veto ruso”, prosigue Medina, para quien “no hay que reducir el debate a la formación de precios, ya que eso es desviar la atención de los problemas reales que tienen los agricultores”.

Desde Asedas se recalca “el daño que se infringe en la confianza de los consumidores, trasladando la falsedad de que el sector no funciona; el sector agroalimentario español funciona muy bien, dando empleo a dos millones y medio de personas y generado el 10,4% del PIB”.

Y tras subrayar que “la distribución alimentaria no es la causante de los problemas, sino un aliado para encontrar soluciones y para ayudar a la vertebración del medio rural”, Felipe Medina ha enfatizado que “no podemos hacer pagar al consumidor por las ineficiencias de la cadena (ante un hipotético incremento de los precios en destino)”, deseando más estabilidad en los precios y volúmenes de los proveedores, ya que “esta volatilidad no beneficia a nadie”.

Compromiso colaborador
Por su parte, desde Anged también han mostrado la disponibilidad del retail alimentario a colaborar en la búsqueda de soluciones para la cadena agroalimentaria: “Confirmamos nuestro compromiso a colaborar con el Ministerio de Agricultura y el resto de eslabones que componen la cadena de valor para ayudar a mejorar la situación del sector agroalimentario español”.

Sin embargo, desde la entidad dirigida por Javier Millán-Astray, y dada la complejidad del debate, se aboga por “situar bien el papel que pueda jugar la distribución comercial, como uno de los principales clientes del sector primario español, pero no el único ni el más importante en el caso de muchas producciones; somos un interlocutor muy importante, pero no puede recaer sobre nosotros todo el peso de solucionar los problemas estructurales del campo”. En este sentido, conviene recordar que, y según datos ministeriales, el 52% de la producción agraria española se destina directamente a la exportación, mientras que el resto de la producción agrícola se dirige casi a partes iguales a la industria transformadora y el comercio interior, sin olvidar el peso de la restauración y bares (consumen alrededor del 10%).

“Las soluciones a los problemas estructurales del campo en España requieren el compromiso de muchos actores y las grandes empresas de distribución son las primeras interesadas en ayudar al campo para que mejore su dimensión empresarial y pueda orientar su producción a las nuevas tendencias del consumidor nacional e internacional”, se incide desde Anged, insistiendo en que “es importante buscar soluciones de futuro, que permitan a los agricultores ser más competitivos, aprovechar economías de escala y ofrecer a sus clientes mayor estabilidad”.

El futuro del sector agrícola español se debe edificar sobre una mayor competitividad, la optimización de los costes, la resolución de los problemas de sobreproducción y la reducción de los eslabones intermedios. “Nuestras cadenas de aprovisionamiento, con carácter general, son más cortas y eficientes, lo que implica que no se encarezcan los productos artificialmente, porque la obligación de cualquier empresa de distribución, en un mercado competitivo, es la de mejorar el poder adquisitivo de los ciudadanos”, se concluye desde Anged, recordando que el margen neto de las empresas del sector oscila entre el 2% y el 2,5%.

Voluntad de ayuda
Al presidente de Aces, Aurelio del Pino, le preocupa y sorprende “la simplificación del diagnóstico y de las soluciones a problemas tan complejos, como los del sector agrario en general, más aún cuando vienen de personas o agentes que, por su posición, deben conocer bien el funcionamiento de la cadena alimentaria”.

Asimismo, el directivo remarca que las compañías pertenecientes a su asociación “han demostrado sobradamente, durante los últimos años, su voluntad de ayudar a la mejora de la comercialización de los productos agroalimentarios, colaborando en numerosas iniciativas con las administraciones públicas y las organizaciones de productores agrarios en mesas y observatorios, firmando además convenios con los agentes del sector, que han servido para mejorar la comercialización”.

Por último, desde las tres asociaciones se desconoce “cómo terminará esto”, lamentando que se prolongue más tiempo del necesario. “Nos han trasladado un problema que no es nuestro, que tenía el foco puesto en otro sitio, y no sabemos cómo y cuándo finalizará”, concluyen.