El azúcar oculto en los alimentos

Fecha: 21-Apr-2017

Esta semana me han sucedido dos situaciones muy similares relacionadas con las dudas que suscita el tema de los azúcares presentes en los alimentos. La primera me sucedió en la tienda que hay al lado del cine que suelo frecuentar:

Yo estaba en la cola de la caja para pagar mis compras. Había una mujer delante de mí rebuscando entre los chupachups y me pregunta “¿Cuáles son los que no llevan azúcar?” Le indico cuáles son y le señalo la leyenda «sin azúcar» que figura en el envoltorio. Me pregunta “¿Y cómo sé si realmente no llevan azúcar?” Le contesto que si pone «sin azúcar» es que son sin azúcar, sin duda, que puede confiar en el etiquetado y que, de hecho, esos caramelos son aptos para diabéticos. La mujer se lleva uno de esos chupachups, me da las gracias y me dice “Habrá que confiar, pero a saber qué ingredientes llevan ocultos”. “Las etiquetas dicen la verdad, por ley”, le digo. No tenía tiempo de explayarme, la película estaba a punto de empezar.

La segunda anécdota me sucedió en la sección de yogures del supermercado. Una señora me dice “Nena, ¿me puedes mirar si estos yogures llevan azúcar? El médico me ha dicho que los compre sin azúcar y no encuentro ninguno”. La señora me enseña la tabla nutricional del yogur natural que ha cogido y señala los azúcares: 5,3 g por cada 100 g de producto. Le digo que ese azúcar no es el azúcar al que se refiere su médico, que ese azúcar es el que contiene la leche del yogur y es distinto al azúcar común. Le digo que mire en la lista de ingredientes del yogur y, si en esa lista no está el azúcar, puede estar tranquila. Le señalo la lista de ingredientes: leche desnatada, proteínas de la leche, lactosa y fermentos lácticos. ¿Ve? No aparece el azúcar, este es un yogur natural desnatado, sin azúcar añadido. “Podrían ponerlo más claro”, me dice. Le doy la razón.


Información nutricional y lista de ingredientes de un yogur.

Cuando coloquialmente hablamos de azúcar realmente nos referimos a una sustancia en concreto: la sacarosa. La sacarosa es el azúcar de mesa, el de los terrones.

En rigor, existen varios azúcares, como la lactosa (leche), la fructosa (frutas y miel), la maltosa (cerveza), la sacarosa (azúcar de mesa), etc. Todos ellos son hidratos de carbono. Como metabolizamos unos y otros de forma diferente, es bueno tener en cuenta que existen diferentes azúcares a la hora de interpretar correctamente la información del etiquetado de los alimentos.



En la etiqueta de un alimento figuran dos datos: la información nutricional y la lista de ingredientes. Cuando nos fijamos en la información nutricional de un alimento se nos indica qué hidratos de carbono son azúcares, y ahí no se hace distinción entre lactosa, sacarosa, fructosa… sino que se suman todos ellos. Por eso un yogur natural sin azúcar puede tener 5,3 g de azúcares, porque esa cantidad se corresponde con la lactosa de la leche, no con azúcar común añadido para endulzar. En cambio, en la lista de ingredientes sí se especifica si el alimento lleva azúcar añadido, ya que figuraría como un ingrediente más. Por eso, para saber si un alimento lleva azúcar añadido, hay que fijarse en la lista de ingredientes.

En la actualidad se ha puesto el foco en los denominados azúcares libres. La recomendación de la Organización Mundial de la Salud es que el consumo de azúcares libres se debería reducir a menos del 10% de la ingesta calórica total, es decir, a un máximo de 25g de azúcares libres al día (el equivalente a 6 terrones).

¿Qué es el azúcar libre? Según la OMS, el azúcar libre es:

1. Azúcar añadido. Aquí entra el azúcar común (sacarosa) que añadimos al café o a los postres, por ejemplo; y el azúcar que figura en la lista de ingredientes de un alimento, como el que contienen los refrescos, las galletas, los cereales, la bollería, el cacao soluble, algunos panes blancos, etc.

2. Azúcar naturalmente presente en algunos alimentos y que tiene efectos similares en nuestro organismo al azúcar añadido. Este es el caso de la miel, los siropes y los zumos.

No se considera azúcar libre a los azúcares presentes en frutas y verduras, y por eso no hay ninguna restricción nutricional recomendada para estos alimentos. De ahí la recomendación de los nutricionistas de consumir frutas enteras (o batidos con frutas enteras) en lugar de zumos (aunque sean caseros).