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De los distintos nutrientes que los cultivos necesitan, el nitrógeno, el fósforo y el potasio son los tres minerales que más habitualmente deben añadirse a los suelos cuando no se encuentran en cantidad suficiente. La carencia de potasio, que se da habitualmente en suelos ligeros, arenosos, yesosos y bajos en arcilla, debilita la capacidad de las plantas de mantener su actividad fisiológica. Además, las plantas tienden a marchitarse más fácilmente en los días secos, se inhibe el crecimiento de las hojas y sus láminas foliares son de menor tamaño.

Fecha: 12-Apr-2017

Fuente: Euroganadería