Agricultores de la UE esperan un cambio de política comercial con Biden

El Comité de Organizaciones Agrarias Comunitarias espera que Biden favorezca un cambio en la política comercial y una solución a los aranceles

Fecha: 26-Jan-2021

Fuente: Valencia fruits

El Comité de Organizaciones Agrarias comunitarias (COPA) espera que la llegada a la presidencia de EEUU de Joe Biden favorezca un cambio rápido en la política comercial y una solución a los aranceles que gravan alimentos españoles y de otros países.

El vicepresidente del COPA, el español Pedro Gallardo, subraya, en una entrevista, que Biden “abre la esperanza” de que mejore la relación comercial actual entre la Unión Europea (UE) y EEUU.

Alude a Washington dentro de un repaso a las perspectivas para el campo en 2021, en vísperas del primer Consejo de Ministros de Agricultura de la UE del año, que se celebrará el próximo lunes por videoconferencia, y que abordará la reforma de la Política Agrícola Común (PAC) y la política comercial.

Además de ejercer una de las vicepresidencias del COPA, Gallardo es vicepresidente de la organización agraria Asaja, pertenece a la cuarta generación de agricultores -que tiene asegurada un quinta con su hijo, asegura-, en una explotación dedicada a cereales y girasol cerca de Puerto Real (Cádiz).

Entre las prioridades, resalta el funcionamiento del tránsito agroalimentario tras el Brexit, para lo que pide “un corredor” como el que se estableció con las mercancías al inicio de la pandemia.

También lamenta que de los fondos de la UE para la reconstrucción poscovid las posibilidades de ayuda a la agricultura “sean frágiles”.

Por otro lado, alerta del envejecimiento en el campo de la UE donde, “por cada agricultor menor de 35 años, hay 5 mayores de 65”.

Esperanza en el final de los aranceles

“Entendemos que (Biden) abre la esperanza de que esto cambie y se supriman los aranceles cuanto antes”, recalca Gallardo, en alusión a los impuestos aduaneros que EEUU aplica a productos como aceituna de mesa, aceite de oliva o quesos de España, en represalia por el litigio comercial cruzado por las ayudas a los consorcios Airbus y Boeing.

“No tiene sentido que una disputa por dos multinacionales aeronáuticas provoque pérdidas al campo”, señala.

En cuanto a la idea de reactivar las negociaciones entre la UE y EEUU del Tratado de Libre Comercio e Inversión (TTIP, siglas en inglés), que ha circulado esta semana en foros como el Parlamento Europeo, el COPA no ha fijado su posición.

Sin embargo, en calidad de vicepresidente de Asaja, Gallardo ha recordado que en su momento esta organización sí apoyó impulsar estas conversaciones, por considerar que podrían favorecer a exportaciones como las de aceite de oliva, queso y jamón.

Reconstrucción para modernizar el campo

El COPA ha solicitado que los agricultores puedan acceder a los fondos de reconstrucción poscovid y, según Gallardo, el acuerdo de los Veintisiete supuso una dotación inferior a la que circuló durante las negociaciones.

Del total de 140.000 millones de la UE, 7.500 se fijaron para desarrollo rural, frente a 15.000 que se barajaron.

En estos momentos, Gallardo apunta que los Gobiernos deben aplicar programas para que esos fondos contribuyan a la digitalización y a mejorar la banda ancha o el regadío en zonas rurales: “Que vayan a los agricultores y no a arreglar las aceras de los pueblos o las fachadas”.

En relación a la PAC, insiste en la necesidad de que la UE cierre un acuerdo en el primer semestre, para dar certeza sobre el futuro de esta política en los próximos 10 o 20 años, y entre las cuestiones abiertas cita las obligaciones ambientales y las medidas frente a crisis de mercados.

El Consejo de Ministros de la UE (representantes de los Gobiernos) propone que los “eco-esquemas” (ayudas para cumplir prácticas beneficiosas para el medioambiente) alcancen el 20% de las subvenciones directas, tope que también defiende el COPA. Pero el Parlamento Europeo quiere elevar ese porcentaje al 30%.

Gallardo insiste en el incremento de obligaciones ambientales que incluye el Pacto Verde europeo y reclama que también se exijan a los productos importados.

Para combatir el cambio climático, defiende incluir en la agenda los avances en la edición genética y distinguirlos del trato de la UE hacia los transgénicos.