Artículos - Sanidad animal

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Herramientas sencillas para el autocontrol de residuos de antibióticos en animales vivos / Luis Mata

Luis Mata
ZEULAB, S.L.
lmata@zeulab.com

La presencia de residuos de antibióticos en los alimentos ofrecidos al consumidor, más allá de los problemas legales asociados, pueden causar la generación de resistencias a los antibióticos y otros problemas de seguridad alimentaria y sanitaria. Su presencia en los animales de una explotación puede tener diferentes orígenes y no siempre son fáciles de controlar (la entrada al cebo de animales tratados, piensos con contaminaciones por arrastre, fallos en la identificación de los animales y en los periodos de supresión, etc). Por ello, establecer planes de control de la presencia de residuos de antibióticos puede ayudar a una gestión mucho más eficiente de las explotaciones y sobre todo a garantizar que los alimentos que se llevan al matadero cumplen con la normativa vigente.

El control de residuos de antibióticos se puede realizar a 3 niveles:

-En la propia explotación, a través del análisis de la sangre del animal vivo, en este caso estaríamos hablando de un nivel PREVENTIVO, en el que podríamos analizar muestras de animal vivo a la entrada en cebo, el seguimiento de efectivo de periodos de supresión, antes de llevar a matadero, etc. Si tenemos una partida de animales que es positiva podemos retrasar el envío al matadero, obviamente esto tiene un coste, pero si se detecta el positivo tras el sacrificio este puede ser mucho mayor.

-También podemos actuar en la recepción del matadero. En este caso hablamos de ANTICIPACION y analizaríamos también muestras de sangre. No siempre va a ser fácil realizar este control ya que dependerá de los tiempos de espera en los corrales de reposo entre la descarga y el sacrificio.

-Post-mortem, tras el sacrificio en el matadero. Analizaremos muestras de músculo y en este caso el objetivo es el ASEGURAMIENTO de la calidad y del cumplimiento de la legislación.

Evidentemente, lo ideal sería poder hacer dichos controles en el primer nivel y así evitarnos todos los problemas derivados del hallazgo de un positivo en momentos posteriores del proceso.

Hasta hace poco los métodos de análisis de antibióticos se aplicaban solo en los alimentos (carne, leche, huevos, etc), es decir, solo eran útiles para el ASEGURAMIENTO de la calidad y el cumplimiento de la legislación. Sin embargo, en el marco del proyecto TESTACOS hemos desarrollado nuevas herramientas para el autocontrol de residuos de antibióticos en animales vivos.

Uno de los hallazgos más importantes del proyecto es la alta correspondencia entre los niveles de antibiótico presentes en el músculo y la sangre de los animales que han recibido un tratamiento. Por ello, al análisis de antibióticos en la sangre es representativo de lo que podemos encontrar en la carne del animal sacrificado.

Con esta información se han desarrollado 2 métodos complementarios que nos permiten detectar la mayor parte de los antibióticos que están autorizados para el tratamiento de animales de abasto. El sistema es capaz de detectar los antibióticos de las familias de penicilinas, cefalosporinas, tetraciclinas, sulfamidas, aminoglucósidos, macrólidos, lincosamidas y quinolonas. Tan solo es necesario obtener el suero sanguíneo y aplicarlo a 2 test muy sencillos, sin necesidad de un laboratorio ni de personal especializado. De hecho, sistemas similares se están utilizado de forma rutinaria en el sector lácteo tanto en las explotaciones ganaderas como en los centros de descarga de la leche.

Esta nueva herramienta permite analizar los antibióticos en los animales vivos antes de llevarlos al matadero o en otras fases del proceso productivo para conseguir una gestión más adecuada en la propia explotación ganadera. Gracias a este autocontrol se puede reducir y usar de forma más adecuada los antibióticos, evitar penalizaciones por fallos imprevistos y sobre todo reducir la generación de resistencias antimicrobianas que pueden tener un impacto en nuestra salud y en la de los propios animales frente a enfermedades infecciosas.

Proyecto cofinanciado al 65% por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) a través del Programa Interreg V-A España-Francia-Andorra (POCTEFA 2014-2020).

Otras pandemias que nos atacan / Luis Miguel Ferrer

Luis Miguel Ferrer 
Departamento de Patologia Animal
 Facultad de Veterinaria - Universidad de Zaragoza
Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2)
lmferrer@unizar.es

Este año, todo el mundo ha conocido la palabra “pandemia”. Lo que antes era un simple vocablo técnico del mundo sanitario, ha pasado a ser la palabra de moda.

No obstante, la información ha sido monodireccional y solamente se habla de coronavirus, ni tan siquiera eso, exclusivamente de COVID-19.

Los coronavirus son viejos conocidos en ganadería y con los que convivimos, con más o menos acierto, desde hace décadas. Las pautas vacunales, medidas sanitarias y programas de control generan ciertas discrepancias, pero se conocen con bastante fiabilidad. No obstante, la COVID-19 nos ha demostrado que va más allá de lo que esperábamos y nos ha puesto a todos bajo la espada de Damocles, llevándose toda la atención política y mediática y, con ello, toda la inversión en investigación (o casi toda), dejando al resto de enfermedades desatendidas.

Hemos actuado, como casi siempre, de apagafuegos y esa forma de actuar nunca ha sido la mejor forma de abordar los problemas. La prevención, como tal, no la teníamos, porque la enfermedad no existía, pero nuestro sistema sanitario se encontraba cada vez más descuidado y, al final, nos ha cogido el toro.

A pesar de lo que parezca, no voy a criticar el sistema, bastante tenemos con intentar salir de ésta. Lo que no es lógico, es que descuidemos “todo” para centrarnos solamente en la COVID-19. El problema es de gran envergadura y llamativo, pero pequeños avisos de “pandemia” nos están llegando por otros lados y no les hacemos demasiado caso.

Cada año, por el cambio climático o sin él, nos llegan nuevos problemas, como algunas enfermedades vehiculadas por vectores, tales como insectos, ácaros, arácnidos, etc., que nos invaden sutilmente y que vienen para quedarse, pero también ven incrementada su incidencia otras patologías que ya teníamos.

¿Quién no ha oído hablar de garrapatas o caparras, como les llamamos por estas latitudes? Estos pequeños “bichejos” están proliferando de forma impresionante y, resulta casi imposible hacer una excursión al campo, metiéndose por la monteriza y no salir con alguna garrapata pegada a la ropa o a nuestra propia piel.

Pues bien, ante el requerimiento de algunos compañeros veterinarios del mundo rural, el personal del Servicio Clínico de Rumiantes hemos estado estudiando, en estos últimos meses, un problema que se repite cada año en primavera y que está poco estudiado.

La alerta nos la dieron al comprobar que cada año, a finales de primavera y principio de verano, se incrementaba el decomiso de canales de cordero, por su coloración amarillenta. La conformación de estas canales no es mala, ni los animales en vida muestran signos de enfermedad. Simplemente, algunas canales tienen un tono amarillo que las inutiliza para la venta.

De la mano de los clínicos veterinarios hemos explorado, fotografiado, tomado temperaturas y muestras de sangre para acabar siguiendo a los animales y sus canales hasta el matadero. Se han realizado cientos de análisis de sangre, microbiológicos, toxicológicos y PCRs, gracias a la empresa de diagnóstico Exopol, para intentar acotar el problema y poner nombre al agente causante.

Al final, a falta de corroborar la información que estamos procesando y que seguiremos recogiendo y procesando durante este año, y especialmente en la próxima primavera, el “bichejo” responsable del proceso podría ser la garrapata, que transmite unos pequeños parásitos sanguíneos que se meten en los glóbulos rojos, los van rompiendo y los pigmentos liberados tiñen la canal.

Parece un problema suave que no mata en la granja, pero que provoca el decomiso de esas canales y resulta mucho más dañino desde el punto de vista económico.

Las garrapatas están en plena expansión y transmiten enfermedades muy graves a la especie humana y a otras muchas especies, pero no estamos prestando la suficiente atención al problema. El abandono del mundo rural, el embastecimiento de los campos, la monteriza y la falta de cuidados en nuestros montes, favorece la persistencia de estas plagas. Pueden ustedes preguntar a los pastores, pero también pueden preguntar a nuestros amigos urbanitas que han salido con su perro al campo y han recogido docenas de garrapatas en su propia mascota.

Hoy no les prestamos atención e investigamos más bien poco (aun teniendo en Zaragoza uno de los grandes expertos en este tema, como es el Dr. Estrada), mañana será tarde y como se ha comprobado con laCOVID-19, mucho más costoso.

 

Importancia del diagnóstico en el control de tratamientos antibióticos / Luis Miguel Ferrer

Luis Miguel Ferrer 
Departamento de Patologia Animal
 Facultad de Veterinaria - Universidad de Zaragoza
Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2)
lmferrer@unizar.es

Todo el día estamos escuchando malas noticias de resistencias a los antibióticos, pero ¿por qué? Obviamente, la respuesta es “porque lo hemos hecho mal”, e inmediatamente, todos comenzamos a quitarnos las culpas.

Realmente, todo el sector productivo tenemos la culpa, unos más que otros, pero la tenemos y tenemos que responder a los retos que nos exigen.

Durante las 5 o 6 últimas décadas, las necesidades de alimentos han ido aumentando y paralelamente ha aumentado la producción hasta satisfacer nuestras necesidades e incluso generar excedentes.

En este desarrollo de los diversos sectores primarios productores de alimentos hemos hecho progresos increíbles en diferentes áreas, desde la alimentación a la comercialización, pasando por la genética, el manejo y todo lo que queramos meter en este amplio saco.

Sin embargo, hemos sido poco cautos en algunos aspectos y quizás uno de los más despreciados y menos tenidos en cuenta ha sido la enfermedad, la patología en el sentido más amplio. Esa palabra resulta odiosa en producción animal y mejor ni nombrarla.

Durante décadas hemos preferido llevar la estrategia del avestruz, esconder la cabeza para no ver el peligro. Para no tener problemas sanitarios que nos mermaran la producción, hemos usado todo tipo de fármacos y aquí quiero excluir los ilegales, que esos siempre fueron fraude.

Los tratamientos se emplearon de forma preventiva y de forma indiscriminada, pero ¿contra qué? Eso no importaba, se utilizaban para no tener problemas “de forma preventiva”, pero sin, ni tan siquiera, haber visto los animales, ni haber pasado por la granja y por supuesto, sin un diagnóstico que nos permitiera trabajar con coherencia. De ese punto parte el problema.

De repente, ante la aparición de graves problemas de resistencias a los diferentes fármacos, aparecen informes de la Organización Mundial de la Salud y a algún erudito se le ocurre acuñar la frase “Un mundo, una salud” haciendo propia la frase “una medicina, una salud” de Rudolf Virchov (1821-1902) y que especifico Louis Pasteur (1822-1895) con su frase “la medicina cura al hombre, la medicina veterinaria cura a la humanidad” y se comenzó a hablar de la importancia de la salud universal.

Ha pasado el tiempo y seguimos con el mismo pensamiento: la salud y el bienestar de todos. El problema es que no entendemos que bienestar animal y humano son diferentes y humanizamos a los animales con tratos que a nosotros nos parecen lógicos. Nada más lejos de la realidad. El animal tiene un comportamiento propio y a eso debemos adaptar su bienestar.

Bienestar animal no es ir a despedir a los animales que van al matadero, sino que consiste en que vayan sanos y hayan vivido correctamente, no como humanos, sino como animales.

La salud es la base del bienestar para humanos y animales. No es posible hablar de bienestar con animales enfermos y para poder curar o prevenir, lo primero hay que saber diagnosticar. Sin un buen diagnóstico, no podemos aplicar tratamientos preventivos ni curativos adecuados, sino que más bien lo que hacemos es matar moscas a cañonazos.

Esto, que se ha hecho durante décadas, ha sido un error y una de las causas del problema. En cualquier especie, el tratamiento o la prevención debe ir precedida de un buen diagnóstico y esto es complicado. Pretender diagnosticar únicamente las enfermedades importantes es una estupidez; primero diagnostiquemos y a posteriori sabremos la importancia del proceso, si es un caso esporádico o una epidemia.

Desde el Servicio Clínico de Rumiantes del Hospital Veterinario de la Universidad de Zaragoza, intentamos diagnosticar lo que a nuestros compañeros les resulta difícil en su día a día por la escasez de medios que tienen y esto mejora la eficacia de los tratamientos y favorece una correcta prevención.

Dejar de tratar a los animales para evitar residuos en la carne no tiene ningún sentido. Ningún producto llega a la cadena alimentaria con residuos, nunca habíamos comido mejor ni tan sano. Los periodos de supresión aseguran la inocuidad y dejar de tratar a los animales, cuando lo necesitan, es cruento, inhumano y no garantiza la calidad de los productos sino la difusión de las enfermedades y empeora en gran medida el tan comentado bienestar animal.

Uso de las técnicas de diagnóstico por imagen para la detección de patología respiratoria en ovino / Luis Miguel Ferrer

Luis Miguel Ferrer 
Departamento de Patologia Animal
 Facultad de Veterinaria - Universidad de Zaragoza
Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2)
lmferrer@unizar.es

1 Introducción

Las técnicas de diagnóstico por imagen son métodos no invasivos para obtener imágenes utilizables para conocer mejor la anatomía y la fisiología y la patología de los animales.

En enfermedades respiratorias, las técnicas de DI más útiles son: ecografía, termografía, radiografía, tomografía computarizada y resonancia magnética nuclear. Las dos primeras son fácilmente accesibles a nivel de trabajo de campo, sin embargo, las tres últimas son de difícil su uso clínico, si bien se utilizan en diagnósticos para procesos colectivos importantes y en investigación algunas patologías respiratorias.

El examen ecográfico, utilizado en el diagnóstico gestación, no juega un papel importante en el diagnóstico de trastornos patológicos a pesar de que las nuevas publicaciones lo recomiendan.

La termografía infrarroja es una innovadora herramienta no invasiva que permite la medición a distancia de la temperatura de la superficie de un animal transformándola en una imagen de color equiparable.

Las imágenes radiográficas se basan en la absorción de rayos X al pasar por el cuerpo y su impresión en una placa u otro dispositivo. Los nuevos dispositivos portátiles se pueden utilizar perfectamente a nivel de granja.

La tomografía computarizada, basada también en la absorción variable de rayos X permite visualizar cortes axiales, sagitales, coronales o reconstrucciones tridimensionales de la zona estudiada. Se puede utilizar en diagnósticos complicados y con fines de investigación.

Por último, la resonancia magnética nuclear se basa en la alineación de los átomos de hidrógeno ante un potente campo magnético y su posterior vuelta a la normalidad al cesar el mismo. Son interesantes ante casos de afección de tejidos blandos.

 

  1. Patologías del tracto respiratorio superior

La localización específica de las más importantes facilita su diagnóstico mediante todas las técnicas, si bien, la ecografía solamente se puede utilizar en casos de rarefacción de los huesos o en aquellos procesos en los que se pueda acceder desde la incisura nasal.

2.1. Cabeza

2.1.1. Adenocarcinoma nasal enzoótico

El ANE es un crecimiento neoplásico de las células secretoras de la mucosa etmoidal causado por un retrovirus oncogénico ENTV-1. El crecimiento del el tumor provoca rarefacción del hueso, incluso desfigurando todo el cráneo, provocando exoftalmos y fistulas cutáneas.

2.1.2. Rinitis crónica proliferativa

La RCP es una inflamación de los cornetes nasales ventrales (de forma excepcional afecta a los dorsales) asociada a Salmonella enterica subsp. diarizonae serotipo 61: k: 1,5 (7) Causa secreción nasal seromucosa uni o bilateral, sibilancias y ronquidos característicos.

2.1.3. Oestrosis

La oestrosis es un parasitismo causado por las fases larvarias de la mosca Oestrus ovis. Las larvas durante su trayecto y alimentación provocan rinitis en el animal.

2.1.4. Absceso intranasal

Finalmente, hay otras causas de rinitis, como los abscesos nasales. Estos procesos generalmente son causados ​​por una infección bacteriana y pueden estar formados por pus o por material caseoso.

2.2. Faringe y laringe

Los trastornos a este nivel no son muy comunes en las ovejas. La condritis laríngea se ha descrito en animales de la raza Texel y la hemiplejia laríngea, publicada en Rasa Aragonesa y asociada a Sarcocystis. Las evaluaciones ecográficas son rápidas y fáciles de utilizar.

2.3. Cuello

2.3.1. Aplastamiento traqueal

El aplastamiento traqueal, común en nuestra área de estudio, y de causa aún no bien definida, parece estar asociada al manejo y al tipo de comederos durante los períodos de estabulación.

En esta patología, la radiografía sería la técnica de diagnóstico preferida, aunque la tomografía computarizada proporcionaría detalles adicionales.

 

  1. Patologías del tracto respiratorio inferior

En el estudio de las patologías del tracto respiratorio inferior, la termografía no es una herramienta valiosa para el diagnóstico de estos procesos y la RMN de zonas grandes requiere mucho tiempo de anestesia y los consecuentes problemas de timpanismo.

3.1. Enfermedad de Maedi-Visna

La enfermedad de Maedi-Visna es una patología ovina causada por el lentivirus que induce en pulmón una neumonía de tipo intersticial.

3.3. Complejo respiratorio ovino de animales adultos

El CRO se considera una enfermedad compleja, que implica la interacción entre el huésped (inmunológico y fisiológico), múltiples agentes etiológicos (bacterias y micoplasmas) y factores ambientales (factores de estrés) y, además, produce un patrón de lesiones neumónicas similares.

3.3. Adenocarcinoma pulmonar ovino

El APO es un tumor pulmonar transmisible de las ovejas, causado por el retrovirus jaagsiekte. En las etapas finales produce efusión de cantidades variables de líquido pulmonar seroso espumoso por las fosas nasales al descender la cabeza (prueba del descenso cefálico o de la "carretilla").

3.4. Neumonía verminosa

Esta neumonía es causada por la acción mecánica e irritante de nematodos pertenecientes al orden Strongylida. Causan lesiones en la parte dorsal y diafragmática de los pulmones. Estos nematodos inducen unos nódulos asociados con la neumonía granulomatosa.

3.5. Linfadenitis caseosa

La LAC es una enfermedad causada por Corynebacterium pseudotuberculosis que ocasiona lesiones piogranulomatosas que afectan principalmente a los nódulos linfáticos. Además, pueden afectar al parénquima de varios órganos, especialmente los pulmones.

3.6. Neumonía gangrenosa

La neumonía gangrenosa o neumonía por aspiración, es una infección caracterizada por inflamación y necrosis tras la inhalación de sustancias extrañas.

Un artículo detallado de todos los procesos y todas las técnicas está publicado en:

Diagnostic imaging techniques of the respiratory tract of sheep

Cambio Climático y Lengua Azul / Javier Lucientes

Javier Lucientes
Departamento de Patologia Animal
 Facultad de Veterinaria - Universidad de Zaragoza
Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2)
jlucien@unizar.es

Estos últimos años se habla mucho de cómo influye el Cambio Climático en las enfermedades transmitidas por vectores. Son muchas las enfermedades que emplean a los artrópodos como vehículos de transmisión entre los animales o incluso entre los animales y el hombre.

En ejemplo muy palpable que tenemos en España y aplicable a toda Europa es una enfermedad de los rumiantes denominada Lengua Azul o Fiebre Catarral ovina. En realidad la padecen todos los rumiantes tanto domésticos como silvestres pero es en la oveja donde muestra un cuadro más agresivo llegando a provocar la muerte de los animales afectados. Es una enfermedad producida por un virus del que se conoce hasta 24 variantes del mismo. Dependiendo de esta variante o serotipo puede originar un cuadro más o menos grave pero algunos de ellos pueden llegar a provocar la muerte de más de la mitad de los animales afectados. 

La Lengua azul es una enfermedad que se transmite por la picadura de pequeños dípteros de la Familia Ceratopogonidae y género Culicoides que en castellano reciben el nombre de Jejenes. Son dípteros muy pequeños pues tienen un tamaño entre 1,5 y 3 mm de longitud. Sus patas son muy cortas y tienen colores apagados  dejando las alas cruzadas sobre el dorso cuando están posados. Esto hacen que sean poco conocidos pues pasan muy desapercibidos. En España hay más de 80 especies diferentes pero solamente unas pocas como Culicoides imicola o el complejo de Culicoides obsoletus pueden transmitir esta enfermedad y otras como la Peste equina Africana que provoca importantes pérdidas en los caballos. Estas enfermedades no tienen tratamiento curativo pero existen vacunas en el mercado que son eficaces.

Morfología de una hembra adulta  de un Jején.  Dibujo de Jean Claude Delecolle 1998.

Los jejenes tienen una metamorfosis completa, como las mariposas, y menos los insectos adultos, que son voladores, desarrollan todo su ciclo en el barro. Machos y hembras se alimentan de azúcares vegetales para poder vivir y volar pero las hembras necesitan además chupar sangre para poder madurar y realizar la puesta de huevos. Las hembras depositan los huevos en zonas de barros o al menos con bastante humedad y abundante materia orgánica. Algunas de las especies los ponen incluso en zonas con estiércol o directamente en las mismas boñigas de las vacas y caballos. Una vez realizada la puesta de huevos vuelve a buscar a otro animal para realizar otra ingesta de sangre e iniciar el ciclo de nuevo. Una hembra a lo largo de su vida puede picar para chupar sangre entre 3 y 5 veces como mínimo.

Del huevo eclosiona una larva muy voraz que se alimenta sobre todo de microorganismo incluso pequeños nematodos del suelo. Se transforma en pupa y de esta emerge el adulto volador. El ciclo es rápido del orden de 7 a 10 días cuando las temperaturas son apropiadas por encima de los 25 ºC pero cuando llega el otoño y disminuye las horas de luz las larvas paran su desarrollo y entran en estado de hibernación para pasar todo el invierno hasta la primavera o verano siguiente que se reanuda su actividad hasta transformarse en adultos.

Las hembras tienen que buscar a un animal para alimentarse de sangre. En el caso de la Lengua Azul, al chupar sangre de una oveja enferma ingiere las partículas del virus que circulan por la sangre. Una vez dentro del insecto son captadas por las células del estómago y pasa a los órganos internos del insecto donde se multiplican activamente  hasta llegar a las glándulas salivares, de tal manera que cuando vuelva a picar sangre a otra oveja le inoculará el virus produciéndole la infección.

Modelo de transmisión del virus de La Lengua Azul por Jejenes del género Culicoides. En: Purse, B.V., Mellor, P.S., Rogers, D.J., Samuel, A.R., Mertens, P.P.C. & Baylis, M. (2005) Climate change and the recent emergence of bluetongue in Europe. Nature Reviews Microbiology, 3,171–181.

¿Cómo influye el Cambio Climático en todo este proceso de transmisión de la enfermedad? Pues de varias formas y además muy directas. Los Jejenes son insectos, por lo tanto animales ectotérmicos. Es decir son animales que su metabolismo no les permite producir una temperatura constante y por eso dependen de la temperatura ambiental para todos los aspectos de su ciclo vital.

Tienen un rango de temperaturas que les permite estar activos. Normalmente por encima de los 15 o 20 grados y hasta los 30 o 35 ºC  los Jejenes pueden volar y reproducirse. A mayor temperatura su metabolismo va más rápido y el ciclo es más corto. En una semana pueden realizar todo su ciclo larvario en los barros y en 3 a 5 días la digestión y puesta de huevos. Si las temperaturas descienden de los 8 o 10 grados no mueren pero tienen que permanecer ocultos entre las raíces de las plantas o en incluso dentro de las construcciones esperando que las temperaturas suban para entrar en actividad.  Si las temperaturas descienden por debajo de los 0º mueren en pocos días.

Es por eso que el aumento de temperaturas producido por el Cambio Climático influye directamente sobre este tipo de insectos y por lo tanto en las enfermedades que pueden transmitir. En primer lugar adelantan su inicio de actividad y sobre todo retrasan su desaparición. En muchas zonas han ampliado su actividad hasta el mes de Diciembre. De esta manera en el caso de que se produzca un brote de estas enfermedades pueden ser transmitidas durante mucho más tiempo. Incluso en algunas zonas del sur de Andalucía pueden estar activos durante todo el año con el consiguiente riesgo de transmisión.

Culicoides imicola que es una especie tropical que solo se encontraba en el suroeste de la Península en estos momentos se encuentra incluso en el norte de Cataluña y las Islas Baleares, es decir gracias al aumento de las temperaturas han podido colonizar otras regiones de España donde no estaban presentes y por lo tanto ha aumentado la zona de potencial presencia de estas enfermedades.

El servicio clínico de rumiantes de la Facultad de Veterinaria de Zaragoza: de la Universidad al campo / Luis Miguel Ferrer

Luis Miguel Ferrer
Departamento de Patologia Animal
 Facultad de Veterinaria - Universidad de Zaragoza
Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2)

Colaboradores: Delia Lacasta y Juan José Ramos
Departamento de Patologia Animal
 Facultad de Veterinaria - Universidad de Zaragoza
Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2)

El Servicio Clínico de Rumiantes (SCRUM) opera desde la Facultad de Veterinaria de Zaragoza y está adscrito al Hospital Veterinario de la Universidad de Zaragoza desde hace cinco años, aunque con anterioridad, desde el año 2003, ya venía colaborando con profesionales dedicados a la clínica y empresas relacionadas con la ganadería de rumiantes. El servicio está formado por tres Profesores titulares, firmantes del presente artículo, un becario de la Catedra Bantierra-Ruralia, una residente del European College of Small Ruminant Health Management y 20 alumnos internos de 4º y 5º curso del Grado en Veterinaria. Además, contamos con la colaboración de diferentes profesores especialistas de otras tantas áreas de estudio de nuestra Facultad y de otros centros de nuestra Universidad. 

Este servicio basa su razón de ser en cuatro pilares bien diferenciados, como son: la formación para los alumnos de los últimos cursos del Grado en Veterinaria y postgrado, el diagnóstico, como labor de apoyo a los veterinarios clínicos, la investigación aplicada al sector de los rumiantes y la difusión / divulgación de conocimientos generados para beneficio de los profesionales y empresas del sector: veterinarios, ganaderos, etc.

La actividad diaria del SCRUM se basa en el apoyo al diagnóstico clínico de los profesionales del sector, con una vocación clara de ayudar a los ganaderos, siempre a través de sus veterinarios, proporcionando un servicio de diagnóstico completo sin coste alguno. Desde que se creó el servicio, el número de casos clínicos recibidos en el SCRUM se ha ido incrementando año tras año y en la actualidad se reciben y estudian anualmente más de 300 animales, fundamentalmente pequeños rumiantes, procedentes de casos clínicos y de animales de desecho. La actividad investigadora deriva, por una parte, del estudio de los animales remitidos, que revierte de manera directa después tanto en los ganaderos como en los veterinarios clínicos, en forma de nueva información que permite mejorar diversos aspectos del sistema de producción del ganado ovino, y, por otra, deriva de los proyectos de investigación aplicada a problemas concretos o mediante la colaboración con empresas, cuyos resultados también trascienden al sector en forma publicaciones, patentes o aplicación directa de los nuevos conocimientos.

El SCRUM también pretende una labor de difusión y comunicación de la Universidad con la sociedad. Por una parte, tratamos de transmitir a nuestros alumnos el valor de la cultura, el saber hacer y el esfuerzo de nuestros ganaderos. Para ello, intentamos que conozcan de forma directa el medio rural a través de actividades como el trabajo en granjas ovinas, donde los estudiantes van a colaborar con los ganaderos en las temporadas de partos, o conviviendo con ganaderos trashumantes y recorriendo en su compañía y en la de sus ganados la Cañada Real Conquense, durante 24 días. 

Por otra parte, cada año, con toda la información generada, se elaboran artículos y hojas técnicas divulgativas, se organizan presentaciones para ganaderos y veterinarios en jornadas divulgativas, así como en congresos científicos nacionales e internacionales. En esta tarea de difusión tratamos de implicar a los alumnos internos para que adquieran práctica y destreza en la comunicación, siendo ellos los que exponen los casos que han trabajado de forma directa. Toda esta ingente cantidad de trabajo no podría ser llevada a cabo sin la colaboración de las 35 empresas e instituciones, ajenas a la universidad, que participan de una u otra manera en el funcionamiento del servicio.

Este es un sistema de trabajo que ha sido reconocido internacionalmente e incluso está siendo aplicado en algunas universidades europeas y americanas. Asimismo, en el año 2018, ha obtenido el reconocimiento, con el premio Francisco de la Reyna, del Ilustre Colegio de Veterinarios de Huesca y otro segundo premio, de la Alianza Agroalimentaria Aragonesa, por los servicios prestados y por la transmisión real de conocimiento e innovación que ha supuesto.

Finalmente, como muestra de los resultados, podemos afirmar que, prácticamente, el 100% de nuestros egresados están trabajando y que la primera residente formada en nuestra facultad ha sido la primera española diplomada en el European College of Small Ruminant Health Management mediante examen, siendo la más joven diplomada europea de este Colegio hasta la actualidad.

Ya hace años, Ortega y Gasset afirmó que las tres misiones fundamentales de la Universidad son: formar a los profesionales facultativos que la sociedad demanda; ser depositaria y difusora de la cultura de la época, y producir nueva ciencia y formar científicos. A estas misiones habría que añadir algunos planteamientos recogidos en nuestra legislación, como en la Ley Orgánica 4/2007 de Universidades, donde se indica que “las universidades, además de un motor para el avance del conocimiento, deben ser un motor para el desarrollo social y económico del país. Junto a la investigación básica, la universidad deberá impulsar la transferencia al sector productivo de los resultados de su investigación en coordinación y complementariedad con los demás agentes del sistema de ciencia y tecnología”. Esta misma Ley indica que “la investigación científica es fundamento esencial de la docencia y una herramienta primordial para el desarrollo social a través de la transferencia de sus resultados a la sociedad”. Nuestro equipo del SCRUM intenta seguir esta filosofía, formando profesionales preparados para trabajar en el mundo de la producción y sanidad animal, dando servicio y resolviendo problemas de la sociedad y generando ciencia y nuevos científicos.

Control de residuos de antibióticos en la cadena alimentaria: Soluciones para la reducción de la incidencia actual / Luis Mata

Luis Mata
ZEULAB, S.L.
lmata@zeulab.com

La presencia de antibióticos en alimentos es una preocupación por los problemas tecnológicos (inhibición de procesos fermentativos en la industria alimentaria) y de Salud Pública que provocan, especialmente debido al riesgo de aparición de cepas de microorganismos antibioresistentes. De acuerdo a la OMS, las antibiorresistencias se sitúan entre los tres riesgos sanitarios más graves a los que debe hacer frente la humanidad en las próximas décadas. Para controlar esta situación las autoridades europeas han establecido un marco legal que comprende la autorización de nuevos medicamentos veterinarios (Reglamento (CE) No 726/2004), los requerimientos de los métodos a utilizar en control oficial (Decisión de la Comisión 2002/657/CE), los límites máximos de residuos en los alimentos de origen animal (Reglamento (UE) No 37/2010) y los planes nacionales de vigilancia (Directiva 96/23/CE).

La utilización de antibióticos en producción animal es imprescindible, pero su uso debe realizase de forma adecuada y responsable. Una gestión adecuada de las normas de bioseguridad y otros elementos de manejo en las explotaciones puede permitir una reducción muy significativa en la utilización de antibióticos, pero esto no evita que en algún caso puedan pasar algunas cantidades de antibiótico a la cadena alimentaria, por lo que el control analítico de los alimentos se convierte en una herramienta fundamental para evitar que estos productos lleguen al consumidor.

La mayoría de los planes de control de residuos de antibióticos usan un sistema secuencial que incluye un primer análisis con un método de cribado que permite analizar un número elevado de muestras, en un tiempo relativamente corto y a un coste reducido. El objetivo de esta etapa es seleccionar exclusivamente aquellas muestras que contienen residuos de antibióticos del conjunto que deben ser conformes. Idealmente, los tests de cribado deben ser altamente sensibles (sin resultados falsos conformes) y de amplio espectro (deben detectar moléculas de familias estructuralmente muy diferentes: penicilinas, cefalosporinas, tetraciclinas, aminoglicosidos, macrólidos, quinolonas, etc).

Los tests mayoritariamente usados en la etapa de cribado se basan en la inhibición del crecimiento de microorganismos sensibles. Desde los primeros métodos desarrollados hace ya más de 40 años que combinaban varios microorganismos y medios de cultivo con los que se determinaba la presencia de antimicrobianos mediante la formación de halos de inhibición, los sistemas de cribado han ido evolucionando hacia el uso de un tubo (con un solo microorganismo y medio) con el que se detecta la presencia de antimicrobianos mediante un indicador de crecimiento.

En una segunda fase, las muestras positivas al cribado se someten a un post-cribado con el fin de identificar de forma rápida y a un coste razonable la familia de antimicrobiano presente en dicha muestra. Para ello, se suelen utilizar tests rápidos de base inmunoquímica. Este sistema de trabajo está implementado en la rutina de muchos laboratorios lactológicos y en en Francia incluso se ha implantado de forma oficial.

Finalmente, las muestras que resultan positivas en las etapas de cribado y post-cribado se pueden someter a un análisis de confirmación utilizando un método físico-químico instrumental, de acuerdo a la Decisión de la Comisión 2002/657/CE. Estas técnicas tienen como ventaja que son cuantitativas y permiten la identificación inequívoca de la molécula de antibiótico presente en la muestra. Pero requieren de inversiones en equipamiento muy elevadas y de personal altamente cualificado por lo que se limitan a laboratorios especializados.

En algunos sectores como el lácteo se ha establecido una metodología de trabajo bien definida para el control de residuos de antibióticos, que ha permitido reducir la incidencia de la presencia de residuos de antibióticos en muestras de tanque y de cisternas de leche desde niveles en torno al 5%, hace 15-20 años, a tan solo 0.1-0.2% actualmente. Sin embargo, en otros sectores como la producción de animales de abasto queda todavía mucho camino que recorrer. En un estudio realizado por nuestro laboratorio junto a otros grupos del CITA y la Universidad de Zaragoza se encontró una incidencia global de residuos de antibióticos en muestras de carne del 7.3% evidenciando la necesidad de establecer planes adecuados de control.

Hasta el momento los controles analíticos se han visto restringidos en exclusiva a laboratorios. Sin embargo, actualmente hay una tendencia hacia la implicación de todos los actores de la cadena alimentaria en el control de los residuos de antibióticos siguiendo el concepto de seguridad alimentaria “de la granja a la mesa”. Por ello, a los tradicionales puntos de control a nivel de los laboratorios y las industrias transformadoras se está sumando el auto-control en el sector primario.

ZEULAB ha desarrollado una nueva herramienta sencilla y robusta que permite el análisis de antibióticos in situ utilizando la tecnología e-Reader. Este sistema puede ser aplicado directamente puede utilizarse por los propios ganaderos sin necesidad de laboratorios para garantizar la seguridad de la leche que entregan, gestionar su explotación controlando a los animales en tratamiento y también como un control in situ en mataderos y salas de despiece o en los centros de recogida de leche, entre otros.

Dicho sistema integra la incubación del test y la medida en continuo del cambio de color en los ensayos, permitiendo establecer de forma autónoma el final del ensayo e interpretar de forma objetiva los resultados de la muestra analizada. De esta forma, el usuario tan solo necesita aplicar la muestra al tubo (test) e iniciar el ensayo aportando estandarización y seguridad a los análisis realizados.

Además de las aplicaciones mencionadas, actualmente se está trabajando en el proyecto TESTACOS financiado por el programa POCTEFA para el desarrollo de métodos de análisis de antibióticos en muestras de animales antes de su sacrificio. Esto permitirá a las explotaciones ganaderas una gestión más eficiente en el uso de antibióticos y aportará un nivel superior de protección al consumidor.

 

Brucelosis bovina: una grave enfermedad que ya es historia en Aragón / José María Blasco

José María Blasco Martínez
Unidad de Producción y Sanidad Animal
Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA)
Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2)

La brucelosis es una enfermedad de los rumiantes domésticos muy bien conocida en nuestra Región, en la que alcanzó su cenit de prevalencia a principio de los 80 y se mantuvo con incidencia muy elevada hasta mediados de la pasada década, provocando pérdidas económicas  muy cuantiosas en nuestro sector productivo de rumiantes. Actualmente es una enfermedad endémica en las economías emergentes y en los países pobres  y tiene un efecto particularmente importante en los pequeños agricultores, ya que los rumiantes constituyen una fuente esencial de sus ingresos. Además de las cuantiosas pérdidas directas e indirectas que provoca en la ganadería, la brucelosis se transmite de los animales al hombre, originando una de las zoonosis de mayor impacto en el mundo. Se ha estimado años atrás que cada año se producen aproximadamente 500.000 nuevos casos de brucelosis humana en el mundo. Sin embargo, el aumento de la intensificación en la producción de rumiantes en las economías emergentes (consecuencia del incremento del consumo) y los importantes cambios en las condiciones socio-económicas de los países pobres (provocados por conflictos armados, problemas estructurales y por el cambio climático), está agravando considerablemente el impacto de la enfermedad, por lo que la cifra anterior está claramente infra-estimada. De hecho, casi medio millón de casos humanos se han producido solamente en China a lo largo de la pasada década y se estima que de no intervenirse con rapidez y eficacia, aproximadamente el 10% de la población del Norte de China y Mongolia padecerá la enfermedad en los próximos 5 años. La brucelosis es un ejemplo representativo de las denominadas “zoonosis desatendidas” (Neglected Zoonoses) y debería dejar de considerarse como un problema local de los países pobres, pasando a ser tratado como un problema global que requiere de una atención adecuada por parte de los países con más recursos.

La enfermedad está producida por infecciones causadas por diversas bacterias del género Brucella, que están relacionadas filogenéticamente con patógenos y simbiontes vegetales, parásitos intracelulares de los mamíferos y con bacterias oportunistas y ambientales. Hasta hace muy poco tiempo dicho género incorporaba 6 especies consideradas “clásicas”:  B. melitensis (que infecta principalmente al ganado ovino y caprino, pero también al bovino), B. abortus (bovino), B. suis (porcino), B. canis (perro), B. neotomae (roedores) y B. ovis (ovino). Las dos primeras todavía no han sido erradicadas totalmente de nuestro país y representan el grueso del problema de la brucelosis como zoonosis tanto en España como el resto del mundo.  Además, otras 4 especies (que podemos considerar “nuevas”) han sido adscritas al género tras aislarse de mamíferos marinos (B. ceti -presente igualmente en nuestro país- y B. pinnipedialis), roedores (B. microti), y de un raro caso humano (B. inopinata). Finalmente, diversas cepas con características de Brucella pero diferentes de las descritas en las especies ya aceptadas se han aislado muy recientemente en roedores, zorros, babuinos, ranas, murciélagos y perros, pero ninguna de ellas ha sido aceptada todavía como nueva especie. En definitiva,  la caracterización definitiva de este complejo género bacteriano y su situación taxonómica precisa distan mucho de haber sido completadas. Estas bacterias son parásitos facultativos intracelulares de células fagocíticas y no fagocíticas cuyos mecanismos de patogenicidad no han sido totalmente aclarados.

Puesto que no existen vacunas eficaces para el hombre, la prevención de la brucelosis humana se basa en su control efectivo en los reservorios animales (los rumiantes domésticos principalmente). Existen pruebas de diagnóstico de suficiente eficacia, que permiten una identificación inequívoca de los animales y personas infectados. Existen también antibióticos efectivos para el tratamiento de la brucelosis humana, pero son caros, requieren de aplicación prolongada y no siempre están accesibles en los países pobres. Por ello, la vacunación de los animales constituye la herramienta de profilaxis más eficaz, y merced a las buenas vacunas existentes (B19 para los bovinos y Rev 1 para ovinos y caprinos) asociadas a programas de erradicación (basados en la identificación de los animales infectados y su sacrificio inmediato), numerosos países ricos han logrado erradicarla.

Debido a la extensión e importancia de los sistemas de producción mixtos en España (FIGURA 1) y a la frecuente transmisión de la enfermedad desde los pequeños rumiantes al ganado bovino, resulta muy complicado compartimentalizar la enfermedad por especies.

FIGURA 1. La importante presencia en España de sistemas mixtos de producción de rumiantes dificulta la realización de campañas de erradicación individualizada por especies, y en numerosas ocasiones, debe abordarse de manera conjunta en bovino y pequeños rumiantes.

Pese a ello, trataremos de centrar nuestros comentarios esencialmente en lo relativo a la brucelosis bovina. En nuestro país, las primeras campañas de control de la brucelosis bovina se iniciaron tímidamente a mediados de los años setenta, pero los progresos obtenidos fueron casi nulos, alcanzándose cifras record de incidencia de brucelosis humana (las más altas del mundo)  a mediados de los años ochenta. Sin embargo, tras la entrada en vigor en 1990 de las directrices de la UE que obligaban a nuestro país a erradicar la enfermedad de los rumiantes domésticos, se produjo un lento pero efectivo progreso. Actualmente, tras casi 30 años de aplicación efectiva de dichas directrices y más de mil millones de euros invertidos en el proceso, aproximadamente el 99,95% de los rebaños bovinos (y también la mayoría de los ovinos y caprinos) españoles están declarados ya como oficialmente libres de la enfermedad. Tras haber sufrido en Aragón la prevalencia más elevada de todo el país en 1998 (año en el que el Ministerio de Agricultura ordenó la prohibición de la vacunación con carácter general en España),  el programa especial de control aplicado desde ese año en nuestra Comunidad Autónoma (basado en gran medida en la tecnología desarrollada en el CITA, pero también en la magnífica labor realizada por los Servicios Veterinarios regionales) dio sus frutos y la enfermedad fue erradicada en el año 2008 (FIGURA 2, línea roja), antes de que se lograse en el conjunto general del país (FIGURA 2, línea verde). Aunque ya con muy baja prevalencia, la enfermedad todavía continua presente en Cantabria, Extremadura y Castilla-León (FIGURA 2, línea azul).

FIGURA 2.  Evolución de la prevalencia colectiva (porcentaje de rebaños infectados) de la brucelosis bovina en España.

La consecución de la erradicación, además de su impacto positivo en la salud humana ha posibilitado y facilitado la exportación de animales vivos, contribuyendo de manera notable a los beneficios del sector productor de nuestra Comunidad.

De manera paralela, la erradicación de la enfermedad fue también lograda en el sector ovino y caprino regional (el último caso se produjo en el año 2011), estando ya considerada nuestra Comunidad Autónoma como oficialmente indemne de brucelosis. El progreso en la erradicación de la brucelosis animal ha sido también muy notable en el conjunto del Estado y, en lógica consecuencia, los casos de brucelosis humana han alcanzado los valores mínimos de los últimos 30 años (tan solo 65 casos declarados en 2016).

Autocontrol en animales vivos para minimizar la presencia de residuos de antibióticos en la cadena alimentaria

Rafael Pagán
Departamento de Producción Animal y Ciencia de los Alimentos
Facultad de Veterinaria-Universidad de Zaragoza
Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2)

La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera las antibiorresistencias como una de las principales amenazas de la salud a la que se enfrenta la humanidad en las próximas décadas. La generación de antibiorresistencias conlleva la pérdida de eficacia de los antibióticos, dejando de ser efectivos en el tratamiento de enfermedades comunes. Actualmente, las resistencias a antibióticos causan 25.000 muertes anuales en Europa, y pérdidas de 1.500 M€ como consecuencia de los costes médicos y la pérdida de productividad. Se estima que las antibiorresistencias son responsables de más de 700.000 muertos al año en el mundo, y que en 2050 se va a convertir en la causa más frecuente de muerte, por encima del cáncer.

Consumo de antibióticos para uso sistémico en Europa (2016) (expresado como dosis diaria definida por cada 1.000 habitantes y día) (ESAC-Net surveillance data. ECDC, European Center forDiseasePrevention and Control).

Distribución espacial de las ventas de productos antimicrobianos empleados en producción animal, en mg/PCU (unidad de corrección de la población que tiene en cuenta el número de animales, el peso y duración de tratamiento teórico), en 30 países europeos durante 2015 (ESVAC, EMA/184855/2017, Veterinary Medicines Division).

El sector veterinario es uno de los principales usuarios de estos medicamentos, y por ello, existen diversos programas a nivel europeo que pretenden mejorar su gestión y reducir su uso en los próximos años. Por otra parte, la legislación UE establece una serie de medidas de control que pretenden evitar que los antibióticos utilizados en medicina veterinaria puedan alcanzar la cadena alimentaria. En este sentido, establece que todos los operadores alimentarios y de piensos son responsables directos de la seguridad de los alimentos que producen o comercializan. El Reglamento UE 37/2010 relativo a sustancias famacológicamente activas y su clasificación establece los límites máximos de residuos que pueden estar presentes en los productos alimenticios de origen animal. El Real Decreto 1749/1998 (trasposición de la Directiva 96/23/CE) establece las medidas de control aplicables a determinadas sustancias y sus residuos en los animales vivos y sus productos, y se materializa en el Plan Nacional de Investigación de Residuos (PNIR) que anualmente fija los controles periódicos a realizar. Son planes "dirigidos" encaminados a detectar tratamientos ilegales, errores o accidentes, y para controlar el cumplimiento de los LMRs (límites máximos de residuos). Finalmente, el Reglamento 882/2004 establece cómo tienen que ser los controles oficiales de productos de origen animal para consumo humano.

Como resultado de toda esta actividad, la EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria) recoge anualmente los resultados de todos los planes nacionales de los estados miembros, indicando que el número de muestras de alimentos no conformes es considerablemente bajo (<0,5%). Sin embargo, algunos estudios científicos reportan niveles más elevados (5-7%) de estos residuos en varios alimentos, aduciendo la falta de sensibilidad de las técnicas empleadas, especialmente frente a las nuevas moléculas. Estos resultados aconsejan el desarrollo de nuevas técnicas analíticas, nuevos protocolos de actuación y el uso de autocontroles, como recomienda el Reto Social 2 de Horizonte 2020. En este sentido, cabe señalar que los métodos de detección de antibióticos actuales son laboriosos y requieren personal cualificado, por lo que se aconseja el diseño de métodos de autocontrol de fácil uso y resultado inmediato, que puedan ser empleados por los distintos agentes de la cadena alimentaria.

En el proyecto Interreg POCTEFA TESTACOS, coordinado por la Universidad de Zaragoza, y en el que participa la Universidad de La Rioja, el Laboratorio de Salud Pública de Vizcaya, la Universidad de Perpignan y el INRA (Francia), y dos Pymes especialistas en el desarrollo de nuevas herramientas analíticas (Zeulab (España) y BIosentec (Francia), se van a desarrollar nuevas herramientas para el control de residuos de antibióticos, sulfamidas y quinolonas, tanto en animal vivo como en carne comercializada, con objeto de apoyar al sector productor de la carne en su propósito de minimizar la presencia de residuos de antibióticos en carne. Para conseguir este objetivo general, el proyecto, que durará 3 años (2018-2020), plantea las siguientes actividades:

  • Crear un banco de muestras biológicas de referencia. Un banco pionero a nivel mundial en la disponibilidad de muestras cárnicas naturalmente contaminadas con antibióticos de referencia.
  • Desarrollar sistemas de autocontrol de antibióticos en animal vivo. La estrategia incluye el desarrollo de un test biológico de amplio espectro de detección de antibióticos y sulfamidas, y el desarrollo de un test específico de quinolonas. Este último grupo de medicamentos, de uso habitual a nivel veterinario, es el único grupo importante no detectado adecuadamente por los tests biológicos.
  • Diseñar un sistema analítico integrado de amplio espectro que ponga al alcance de toda la cadena alimentaria (de la granja a la mesa) un fácil autocontrol de estos residuos tanto en el animal vivo como en la carne comercializada.
  • Realizar un amplio estudio de la incidencia de la presencia de residuos antibióticos en carne de distintas especies para evaluar la situación actual en nuestra región.
  • Proponer nuevas medidas de control y gestión del problema al sector agroalimentario de la región.

La consecución de estos objetivos pretende contribuir a:

  • Diferenciar al sector primario e industrial de producción de carne de la región POCTEFA, incrementando los estándares de calidad de los alimentos que producen y, por tanto, su competitividad.
  • Incrementar la competitividad de las industrias biotecnológicas de la región capaces de desarrollar y fabricar sistemas analíticos que pongan al alcance de todos los operadores alimentarios (ganadero, matadero y distribución) el autocontrol de residuos de antibióticos.
  • Favorecer las políticas medioambientales en la reducción de residuos de antibióticos en aguas residuales y suelo mediante una mejora de las prácticas ganaderas.
  • Favorecer la sostenibilidad de nuestros recursos primarios e industriales.
  • Estar a la vanguardia científica potenciando los estudios y conocimientos de los grupos de investigación especializados en este campo.
  • Ayudar a una mejor gestión de la salud pública de la región.

El proyecto ha sido cofinanciado al 65% por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) a través del Programa Interreg V-A España-Francia-Andorra (POCTEFA 2014-2020).

Más información del proyecto POCTEFA-TESTACOS en www.ia2.unizar.es

Prescripción, dispensación y uso de medicamentos veterinarios

Luis Miguel Cebrián Yagüe
Gabinete Técnico Veterinario
cebrian@gtvzaragoza.com

La venta de medicamentos veterinarios en una comercial o farmacia solamente se puede realizar si el ganadero presenta una de las copias de la receta que le ha realizado previamente su veterinario. Como es lógico la prescripción de los medicamentos siempre es anterior a la dispensación de los mismos, y está prohibido lo que se ha dado en llamar la “receta inversa”: comprar los medicamentos y después realizar la prescripción y entregar la receta, o bien recibir los medicamentos junto con la receta firmada por un veterinario vinculado a la entidad dispensadora.

El veterinario clínico por sus conocimientos y dedicación es el único profesional que está autorizado a realizar la prescripción de medicamentos y esta actividad es incompatible con cualquier clase de intereses económicos directos derivados de la fabricación, elaboración, distribución, intermediación y comercialización de los medicamentos y productos sanitarios (RDL 1/2015).

Prescripción de medicamentos

La prescripción de medicamentos debe de estar fundamentada en una exploración y un diagnóstico realizado por un veterinario clínico, que además es el encargado de realizar el seguimiento del proceso y valorar la eficacia del tratamiento aplicado, considerándose siempre la prescripción como una parte del acto clínico; la prescripción también puede realizarse en base a un programa sanitario elaborado por el veterinario que conoce los aspectos sanitarios de la explotación y que realiza el seguimiento de los procesos.

Para la compra de medicamentos el veterinario clínico le proporcionará al ganadero dos copias de la receta que ellos deben presentar en la comercial. Una de las copias será sellada por el establecimiento dispensador y la deberán conservar durante 5 años y la otra copia quedará en posesión del dispensador. También el veterinario clínico que atiende las explotaciones y realiza los tratamientos puede hacer uso de los medicamentos de su botiquín veterinario, en cuyo caso deberá hacer entrega, para su consulta y archivo, de las recetas correspondiente a los medicamentos utilizados o cedidos por dicho veterinario.

Tenencia de medicamentos en la explotación

Los ganaderos pueden tener medicamentos en su explotación siempre que estén avalados por una receta veterinaria. Tendremos que tener en cuenta que la validez de estas recetas es de un mes y se puede alargar a tres meses en el caso de medicamentos que se empleen para tratar enfermedades crónicas o tratamientos periódicos que formen parte del programa sanitario de la explotación y que no sean antibióticos. Si no se han utilizado los medicamentos trascurrido este tiempo se debe solicitar al veterinario que realice otra receta con la fecha actual y en la que figurará la leyenda “receta no válida para dispensación”.

Los medicamentos son sustancias sensibles a las condiciones de temperatura, humedad, etc., por lo cual debemos cumplir las condiciones de almacenamiento que figuran en el prospecto. El mantener los medicamentos fuera de estas condiciones puede tener como consecuencia su falta de eficacia y provocar en los animales reacciones adversas graves.

La eliminación de los envases y los medicamentos caducados debe ser realizado por empresas autorizadas.

Uso de los medicamentos

El ganadero, para el uso de los medicamentos, debe de seguir las indicaciones que figuran en la receta: dosis, duración del tratamiento, vía de administración, etc. Por las repercusiones que tiene en la salud del consumidor debe tener sumo cuidado en cumplir los tiempos de espera en carne que figuran en la receta. El ganadero es el responsable de respetar estos tiempos de espera y la detección de residuos de medicamentos en los alimentos por encima de los límites autorizados pueden acarrearle consecuencias legales tan graves como la pena de cárcel y el cierre de la explotación.

El ganadero está obligado asimismo a llevar un registro de los tratamientos con al menos los datos siguientes: fecha de aplicación, identificación del medicamento veterinario, cantidad e identificación de los animales tratados.

Receta electrónica

Son muchos los registros y documentos relacionados con los medicamentos que tienen que cumplimentar y almacenar los veterinarios y ganaderos. Para llevar a cabo todas estas exigencias utilizando el formato papel se requiere emplear una gran cantidad de tiempo y espacio. Para intentar paliar estos inconvenientes se está trabajando en la implantación de sistemas de receta y registro de tratamientos electrónicos que harán más fácil cumplir con todas estas exigencias legales. El Consejo General de Colegios Veterinarios ha creado una Plataforma de Prescripción Veterinaria de Receta Electrónica (PRESCRIVET) que permite al veterinario recetar mediante firma electrónica desde su ordenador o móvil y al ganadero llevar al día su libro de tratamientos y conocer qué animales tiene que medicar o cuáles están en periodo de supresión.

Antes de adquirir o utilizar estos sistemas es recomendable consultar su validez con las autoridades veterinarias de su comunidad.

Uso de antibióticos

El problema de la resistencia de las bacterias a los antibióticos ha sido reconocido como uno de los desafíos más importantes a los que se va a enfrentar la humanidad en las próximas décadas (los antibióticos están perdiendo su efectividad). Este problema afecta tanto al ámbito médico como veterinario y son muchas las instituciones internacionales (OMS, OIE, FAO, etc.) y países, entre los que se encuentra España, que han elaborado planes para intentar atajar este problema que solo en la Unión Europea se cobra cada año 25.000 vidas. Dos medidas a las que se les da gran importancia en todos estos planes son la reducción del consumo y el buen uso de los antibióticos. En este marco del plan nacional de lucha contra las resistencias las autoridades sanitarias quieren saber la cantidad de antibióticos que se consume en cada explotación ganadera y quién los receta; a tal efecto el Ministerio de Agricultura está trabajando en la elaboración de una normativa que regule la trasmisión de esta información por parte de los veterinarios prescriptores.

Los ganaderos y veterinarios debemos tomar conciencia de que el tema de las resistencias, además de un problema de salud pública, lo estamos sufriendo también en nuestras explotaciones donde nos vemos obligados frecuentemente a cambiar de antibióticos por falta de eficacia de los que estábamos utilizando. Es muy importante para evitar la aparición de resistencias que cuando utilicemos antibióticos sigamos las recomendaciones del veterinario en cuanto a la indicación (solamente para enfermedades causadas por bacterias), dosis y duración del tratamiento. Es de esperar que en los próximos años veamos cómo crece la regulación del uso de antibióticos y aumente su control por parte de las autoridades.

La sanidad en el sector vacuno

Juan José Badiola Diez
Departamento de Patología Animal
Facultad de Veterinaria – Universidad de Zaragoza
Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2)

Los problemas sanitarios dificultan la producción en cualquier especie animal, por la disminución del rendimiento productivo y las muertes que provocan.  Tradicionalmente éstos se han abordado con las herramientas terapéuticas y profilácticas que fueron incorporándose para la prevención y la lucha frente a las enfermedades animales, lo que condujo finalmente a su control o erradicación.

No son menos relevantes las exigencias crecientes por razones de seguridad alimentaria impuestas por parte de las industrias y la distribución que requieren estándares sanitarios cada vez más elevados al sector productivo. A ello han contribuido las crisis alimentarias ocurridas en Europa que han sensibilizado a los consumidores, generando desconfianza hacia los productos de origen animal y en general hacia los procesos de transformación de los alimentos.

A estos hechos se han sumado otros,  como la compatibilidad medioambiental, que en algunas especies han tenido una importancia capital, y las demandas de una mejora del bienestar en la producción animal, que han supuesto un gran desafío para los sistemas convencionales de producción en las granjas de diversas especies y en cierta manera están generando un proceso de desintensificación respecto a los anteriores sistemas productivos animales.

Últimamente, ha cobrado una importancia creciente la constatación de que tras un uso reiterado de determinados antimicrobianos en la medicina veterinaria, y también en la humana, se han generado resistencias en los patógenos frente a los que se han usado, principalmente bacterias, que amenazan la disponibilidad de ese vital arsenal terapéutico.

Todo lo descrito es de aplicación al ganado vacuno, que es un sector de referencia en la producción animal europea e incluso mundial, por sus dos aptitudes fundamentales como son la producción de carne y leche.

El sector bovino sufrió una dura prueba al ser el epicentro de la más importante crisis alimentaria ocurrida en Europa, cual fue la provocada por la aparición de la Encefalopatía espongiforme bovina (EEB), una nueva enfermedad surgida en el Reino Unido, anteriormente desconocida, causada por un agente patógeno llamado prión, detectable como la proteína PrP patológica y que provoca una vacuolización cerebral, previamente descrito en la oveja, en la que causa el Scrapie o Enfermedad del prurigo lumbar.


Encefalopatía Espongiforme bovina.
Vacuolización del cerebro. B. ProteinaPrPintraneuronal

La alarma sanitaria surgió cuando las autoridades del Reino Unido confirmaron que la enfermedad bovina se había  transmitido a las personas a través de la alimentación, causando una enfermedad neurodegenerativa mortal, llamada Variante de la Enfermedad de Creutzfeldt Jacob, para la que no existen tratamientos conocidos. El problema, inicialmente británico, se extendió por el resto de los países de la UE.

Las autoridades de la Comisión Europea, tras un proceso de reflexión, establecieron un programa de control y erradicación con tres actuaciones básicas consistentes en la instauración de un plan de vigilancia para detectar los casos de EEB y la aplicación de las medidas a adoptar en las explotaciones bovinas afectadas,  la prohibición de uso de las harinas de carne y hueso para la alimentación animal y la prohibición de la utilización de los materiales de riesgo potencial para el consumo humano, es decir los tejidos con capacidad infectiva. Ese programa ha tenido unos resultados muy exitosos, pues en un tiempo relativamente corto, se ha logrado la virtual erradicación de una enfermedad de difícil abordaje como es la EEB.

Pero nuevas o renovadas enfermedades han vuelto constituir una amenaza para la especie bovina. Y entre ellas, dos antiguas conocidas como la fiebre aftosa o la tuberculosis. La primera, muy contagiosa y cuyas restrictivas medidas comerciales aplicadas tras su detección en un país causan cuantiosas pérdidas económicas, está a las puertas de la Península Ibérica, ya que está presente en varios países del Magreb, por lo que dada la intensidad de los intercambios de mercancías y de animales existentes en la actualidad, podría trasladarse a nuestro país en cualquier momento.

La segunda, la tuberculosis, ha azotado durante siglos a los bovinos y como es sabido,es transmisible a la especie humana. Tras la aplicación de un programa de vigilancia y control, que comenzó en España en la década de los sesenta, estaba ya en vías de erradicación en buena parte del territorio español. Este programa supuso elevadas pérdidas para las explotaciones bovinas, por los sacrificios obligatorios de los animales infectados y las restricciones comerciales impuestas a las granjas afectadas por la enfermedad.

Pero cuando la enfermedad estaba ya al borde de la desaparición, se constató que en algunas regiones, particularmente del sudoeste español, comenzó a registrarseun incremento progresivo del número de animales infectados. Tras un estudio epidemiológico detallado se concluyó que ese incremento era debido a la transmisión de la enfermedad desde la fauna silvestre, particularmente el jabalí y el ciervo, aunque también otras especies cercanas a este último. Una situación similar se produjo en el Reino Unido, pero siendo el tejón la especie transmisora al ganado vacuno. 

Prevalencia de la tuberculosis bovina en España en 2015.
Las zonas de color rojo son las de mayor prevalencia. MAPAMA.

A nadie escapa la dificultad que supone controlar una enfermedad infecciosa en animales de vida libre que inevitablemente interaccionan con los animales domésticos y para las que los planes de vigilancia y control convencionales utilizados hasta ahora para los animales domésticos no pueden aplicarse de idéntica manera. Por ello, nuevas estrategias de prevención y control están siendo puestas en marcha para tratar de reducir la tendencia progresiva de transmisión entre especies animales silvestres y domésticas que se espera ofrezcan resultados esperanzadores. Y esto es de gran importancia, porque lo mismo que ha ocurrido con la tuberculosis podría ocurrir con otras enfermedades infecciosas y parasitarias.