Vinos independientes, vinos de autor

Siete bodegas artesanales de kilómetro cero se han reunido en un proyecto pionero que quiere promover vinos de calidad que reúnen lo que llaman la triple A: agricultor, artesano y artista. Vignerons Independientes de Huesca es una iniciativa del empresario de Aínsa, Javier Buil.

Fecha: 08-Feb-2018

Tags: bodegas , vinos

Fuente: Pirineo digital

Después de varios meses de trabajo, de visitar bodegas y de catar vinos, “Vignerons Independientes de Huesca” ha seleccionado 7 bodegas de la provincia de Huesca para iniciar su andadura. Las elegidas son: Edra (Ayerbe), Familia Estrada Palacios (Bespén), Clavería Barrabés (La Almunia de San Juan), Sers (Cofita), Bodega Bal Minuta (Barbenuta), Alodia (Adahuesca) y El Vino del Desierto (Lanaja).  

La agrupación “Vignerons Independientes de Huesca” acaba de lanzar un proyecto pionero en nuestro país que seleccionará 30 vinos y 3 espumosos para las cartas de restaurantes y catálogos de tiendas. Esta iniciativa busca la diferenciación del producto y la vinculación del mismo al territorio, potenciando lo que en Italia denominaron la “Triple A” (agricultor-artesano-artista)

 “Vignerons Independientes de Huesca” defiende los vinos cultivados con humildad. Javier Buil los califica de “apasionantes”, resultado de un trabajo agrícola casi desaparecido. “Lo bueno e interesante de este proyecto pasa por la singularidad de las bodegas; por los diferentes paisajes en los que cultivan los viñedos, que varían desde los 450 hasta los 1.200 metros de altitud; y  por la variedad de terrenos que hacen de ellos unos vinos muy distintos y originales”.

“El paisaje y las personas se saborean en cada botella, en las producciones limitadas en las que se valora el amor a la tierra y el trabajo tradicional”, apunta Javier Buil. Gracias a estas bodegas se podrán degustar vinos criados en el Desierto de Monegros, en Lanaja, en tierras arenosas y de cascajo;  en el Prepirineo -Ayerbe, con terrenos limosos-; al pie de la Sierra de Guara -Bespén, con tradición vitivinícola y suelos arenosos-, o en el Pirineo aragonés –Barbenuta, con una de las viñas más altas de la Península Ibérica-.

Durante dos días, La Corona de Aínsa, situada en la Plaza Mayor, ha acogido a enólogos, sumilleres, metres, restauradores y blogueros para participar en el primer panel de cata de Sobrarbe, comarca en la que se acometerá este proyecto, como experiencia piloto y si funciona bien se extenderá a otros puntos de la provincia.

Aunque todavía no se conoce la evaluación de la cata, los expertos han calificado muy bien esta experiencia que apuesta por vinos criados por vitivinicultores de bodegas pequeñas, como ya existe en Francia o en Italia desde hace años. La diversidad de perfiles, la calidad y la autenticidad de estos vinos posibilitarán confeccionar un magnífico catálogo con una variada oferta que aprovecha los recursos del territorio. 

Si la restauración ha dado un paso importante hacia la cocina elaborada con productos Km0, ahora le toca al vino y eso es lo que pretenden llevar a cabo “Vignerons Independientes de Huesca”.