Valores ambientales y de bienestar animal como apoyo a la ganadería extensiva ovina / Luis Vicente Monteagudo
Fecha: 04-Oct-2019
Tags: ovino , ganadería , sostenibilidad
Luis Vicente Monteagudo
Departamento de Anatomía, Embriología y Genética Animal
Facultad de Veterinaria - Universidad de Zaragoza
Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2)
No hace falta explicar aquí la crisis que la ganadería ovina sufre en España, y más concretamente en Aragón. Baste señalar la constante caída de la cabaña, los precios de la producción congelados desde hace muchos años y el incremento constante de los costes, que están llevando a un muy escaso relevo generacional entre nuestros ganaderos de ovino de carne: según un estudio realizado en Navarra en el año 2010, la mitad superaban los 50 años de edad, y un 30%, los 60 años.
Parece urgente sostener e incrementar la demanda de carne de cordero. Diferentes sondeos indican que en España son los consumidores de mayor edad quienes preferentemente adquieren este tipo de producto: a la larga, por ley de vida, la demanda seguirá reduciéndose paulatinamente si no se incorporan al consumo las personas jóvenes.
La calidad nutritiva y organoléptica de productos tradicionales como el Ternasco de Aragón o el Lechal Tensino está fuera de toda duda, tal como evidencian trabajos como los realizados por la Universidad de Zaragoza. Es cierto que se trata de un producto que deja un mayor porcentaje de residuos y cuyo precio es algo superior al de las carnes de producción intensiva (pollo y cerdo, esencialmente); pero hay argumentos para convencer de las bondades de la carne ovina al segmento de población más informado y preocupado por cuestiones ambientales y de bienestar animal, y debemos esgrimirlos con mayor frecuencia:
1-Las ovejas de cría se mantienen generalmente en régimen extensivo o semi-extensivo.
Realizan salidas cotidianas a pastar, muy adecuadas para el mantenimiento del bienestar animal. Hay estudios científicos que demuestran que el consumidor prefiere precisamente consumir la carne de animales cuyas madres se mantengan en este régimen. Es más, en el caso de los ganados trashumantes, se alcanza el equilibrio entre el crecimiento y el desgaste de las pezuñas, siendo innecesario el recorte de las pezuñas, y minimizando el stress que sufren estos animales en los que las cojeras son mucho menos frecuentes. Precisamente estos cuadros de cojera se cuentan entre los que más desasosiego generan entre las personas encuestadas acerca del posible dolor y la falta de comodidad de los animales.
El ganado ovino es esencial en la vida del mundo rural.
Conforma el paisaje y mantiene el equilibrio ecológico.
Fotografía de María de los Ángeles Ramo
2-El pastoreo es una de las herramientas determinantes en el mantenimiento del equilibrio ecológico.
Los pequeños rumiantes domésticos cumplen un papel (poco difundido) en la dispersión de semillas, que ha llegado a cuantificarse en seguimientos científicos recientes y que es básico para el mantenimiento de la cubierta vegetal y de su biodiversidad.
Pero toda la ciudadanía es consciente, del incremento de los incendios forestales en España. La caída del pastoreo contribuye a la acumulación de una gran cantidad de material combustible: el equilibrio entre el crecimiento de la vegetación y su consumo por la ganadería (y otras actividades), que se mantenía desde el Neolítico, está roto en muchas zonas. Basta con la concurrencia de otras circunstancias (altas temperaturas, sequedad, terrenos con altas pendientes, viento o peor aún, la intencionalidad) para que suframos catástrofes que, por cotidianas, ya casi no nos llaman la atención. Los impuestos de toda la ciudadanía costean los gastos de la extinción de incendios y la reparación de los daños a infraestructuras, la retirada mecánica de vegetación en tareas preventivas e incluso la contratación de rebaños para que limpien de hierba (comiéndosela) puntos críticos como los cortafuegos: en toda España son numerosos los ejemplos de rebaños de “cabras bomberas”, “ovejas bomberas”, “asnos bomberos” etc., que constituyen todo un ejército de “bomberos de cuatro patas”. Hasta hace no muchos años no hacía falta subvencionar esta actividad: la ganadería la ejercía de forma gratuita. Su abandono está trayendo estas consecuencias.
El ganado ovino controla la proliferación de materia vegetal seca y contribuye a prevenir los incendios.
Foto de María de los Ángeles Ramo
En resumen, la ganadería ovina extensiva correctamente gestionada es en sí misma un activo de interés social, del que se beneficia indirectamente toda la población, aunque no se dedique a la actividad ganadera.
3-El ganado ovino, al menos en nuestro entorno del Sur de Europa se cría muy cerca de sus potenciales consumidores.
Ello reduce considerablemente la huella de carbono asociada a su cría y transporte. No es posible detener la globalización de los mercados, que incluso puede garantizar el suministro de alimentos para toda la población en circunstancias adversas. Pero también es indudable que el calentamiento global es un desafío a escala mundial. Las tendencias actuales señalan la conveniencia de reducir los vuelos turísticos, en aras de una menor contaminación. Así las cosas, ¿es justificable cruzar el planeta transportando en barco (y hasta en avión) toneladas de carne congelada o refrigerada, entre un país productor y sus antípodas?. El país receptor, además, va reduciendo su propia producción ganadera a un ritmo muy acelerado, con los daños ecológicos arriba mencionados.
Antes que las medidas arancelarias, somos los propios consumidores los que podemos modelar la situación. Por el momento, no todas las familias están en condiciones de pagar un mayor precio para adquirir productos que mantengan las tres condiciones anteriores. Sin embrago, el uso de marcas diferenciadas, bien controladas y con la correcta publicidad, puede ayudar en esta tarea. Debe garantizarse en todo caso la trazabilidad de los productos, señalándose su origen clara y visiblemente, sin posibilidad de confusiones: la decisión final será de los compradores, pero hay que aportarles los datos precisos para que la tomen conscientemente.
Las Denominaciones de Origen e Indicaciones Geográficas Protegidas son para ello herramientas esenciales. A la definición oficial en la Unión Europea de una Indicación Geográfica Protegida (producto originario de un lugar determinado, que posee una cualidad determinada, una reputación u otra característica que pueda esencialmente atribuirse a su origen geográfico), debe añadirse la información sobre los valores ambientales y de bienestar animal mantenidos en la cadena de producción y distribución del producto.