UPA recomienda a los productores de almendra que no vendan sin precio para evitar especulaciones “porque hay demanda”

UPA Andalucía ha lanzado un mensaje de serenidad para evitar toda precipitación en la comercialización de la almendra por parte del sector productor, sobre todo a la vista de los datos del último aforo de cosecha de almendra que se estimó en 16.525 toneladas para la presente campaña 2017-2018, frente a las 10.500 del ejercicio anterior, es decir un 57% más.

Fecha: 21-Sep-2017

Se trata de un incremento significativo que responde fundamentalmente a la actualización de la superficie en producción, obtenida de los datos oficiales aportados por la Consejería de Agricultura, así como a la entrada en producción de nuevas plantaciones. En consecuencia, el número de hectáreas de cultivo ha crecido hasta situarse en 145.693 en Andalucía. Tras la actualización de datos, la almendra andaluza supondrá por lo tanto en torno a un 30% de las 57.753 toneladas previstas a nivel nacional.

UPA Andalucía aconseja a los productores “que no vendan su almendra sin precio para no contribuir a esta psicosis precipitada que se está generando” e insiste en “que la almendra es un producto no perecedero, y el agricultor por lo tanto tiene la capacidad de almacenarlo y venderlo en el momento más oportuno cuando los precios de comercialización sean justos y razonables”.

UPA Andalucía teme que “en España se someta al sector almendrero al peligroso juego de la especulación, propiciada principalmente por dos motivos: Por un lado, están empezando a entrar en producción los almendros de superficie intensiva cultivados a lo largo de toda la geografía española, y por otro, Estados Unidos vuelve a producir tras superar los agricultores californianos un periodo de sequía, y tras el arranque y nueva plantación de almendros de más de 25 años que han sido sustituidos por árboles jóvenes”.

Estas cuestiones están generando una gran inquietud en el sector productor, lo que hace que algunos “se aprovechen de esta situación de incertidumbre pues la realidad es que la demanda actual de almendra sigue siendo muy superior que la cantidad que producimos”, a lo que hay que añadir que “se están abriendo nuevos mercados, especialmente en el continente asiático en países como India, China, Corea, Indonesia o Vietnam, lo que supone también un aumento de la demanda”, afirman desde UPA Andalucía.

La organización agraria señala que “la demanda de almendra en el mundo ha registrado un incremento medio anual en los últimos años del 5% y se espera que países como India y China multipliquen por 15 su consumo interno. Y en España, mientras nuestra producción la pasada campaña 2016/2017 fue de 45.866 toneladas, nuestro país importó de California, sólo en el primer semestre de este año, cerca de 64.000 toneladas de almendra en grano, por lo que se puede decir que somos, a día de hoy, un país deficitario”. La industria española procesa anualmente en torno a 130.000 toneladas, almendras que provienen de California principalmente y que son de inferior calidad organoléptica a las nacionales.

Ante la situación de caída de los precios que atraviesa la almendra y el comportamiento que se está produciendo en el funcionamiento del mercado de compra-venta de este fruto seco, los volúmenes de producción, tanto en España como en California (principal productor mundial), los precios existentes en el mercado para la producción de entrega inmediata y la época del año en la que nos encontramos, “no justifican la existencia del bajo número de operaciones comerciales, ni los bajos precios que se ofrecen a los productores. La especulación a la que se está sometiendo el sector está desencadenando que se cierren operaciones por debajo incluso de los 5 euros por kilo de almendra en grano, cuando la realidad es que se debería de estar pagando a precios medios de la campaña pasada de en torno a los 7 euros el kilo de pepita”.

Los productores entienden que se está produciendo un “anormal” funcionamiento del mercado que puede tener su origen en decisiones colectivas adoptadas por determinados operadores que podrían ser contrarias a la competencia y el libre mercado.

Para propiciar que el mercado actúe según sus propias reglas, en función de la oferta y la demanda, la organización agraria solicita la intervención de las Administraciones Públicas.