Turismo gastronómico en España: realidad o reto / Carmina Fandos

Fecha: 11-Nov-2019

Carmina Fandos
Departamento de Dirección de Marketing e Investigación de Mercados
Facultad de Economía y Empresa - Universidad de Zaragoza
Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2)
cfandos@unizar.es

España es líder en el sector turístico a nivel internacional y también es considerado como un destino líder en turismo gastronómico. Este tipo de turismo se ha convertido en un elemento clave en la economía española. Entre el gasto total realizado por los turistas internacionales en nuestro país en 2017 (80.664 millones de €), el 15.5% corresponde a la contribución de la gastronomía (12.509 millones de €), según el informe preparado por KPMG (2019). España lidera la lista de los diez mejores restaurantes del mundo con tres restaurantes, es el quinto país con más estrellas Michelín en el mundo con 174 en total, y es un país líder en la elaboración de productos agroalimentarios de calidad, ocupando el tercer lugar de la UE en productos con Denominación de Origen Protegida (192 en 2019) por detrás de Italia y Francia. La valoración de la cocina nacional está en el nivel más alto según los turistas que visitan España, entre los cuales el 76,2% ha realizado un viaje para disfrutar de la cocina española; destacando que para el 62.4% de los encuestados, esta motivación influyó significativamente en su elección de destino (Estudio Dinamiza Asesores, 2019).

Por todos estos motivos, el turismo gastronómico es uno de los segmentos emergentes más importantes del sector turístico. El viaje, la producción, la degustación y la cultura se consolidan en una modalidad de viaje en auge, que se identifica como una importante tendencia del mercado. Según la OMT, la oferta cultural, la naturaleza y la gastronomía, como aspectos intrínsecamente relacionados, son en ese orden de importancia, las principales razones que llevan a los turistas a visitar un destino.

 

Al abordar dicho binomio: turismo + gastronomía, hay que tener presente que el lugar que puede ocupar la gastronomía en la actividad turística puede tener una importancia variable:

 En primer lugar, la gastronomía puede ser entendida como el motivo o experiencia principal de la actividad turística. Esta modalidad es todavía minoritaria, pero está atrayendo a un tipo de turismo muy selecto que realiza un elevado volumen de gasto en productos de muy alta calidad. Además, hay que destacar que este modelo de turismo se encuentra en una fase de claro crecimiento.

En segundo lugar, la gastronomía puede considerarse como una experiencia o motivación de viaje secundaria, es decir, como un complemento relevante que aporta un valor añadido significativo al viaje. Esta motivación de viaje como un complemento a otros aspectos está mucho más extendida entre los turistas que la anterior.

Finalmente, la tercera situación es aquella en la que se considera a la gastronomía como una parte de la rutina, es decir, como un hábito diario que tiene una relevancia mucho más limitada que en las dos situaciones anteriores.

Por otro lado, este turismo alimentario connota formas distintas para diferentes personas. Para algunas personas, son los restaurantes con estrellas Michelin, para otros, está asociado a los modernos food-trucks, mientras que, para otros, significa granjas, eventos, fiestas o ferias alimentarias. Cada una de estas connotaciones es parte de lo que llamamos "turismo de alimentos", pero nuestra industria es mucho más grande que eso. De hecho, la investigación muestra que hoy en día el 93% de los viajeros buscan experiencias únicas y memorables de alimentos y bebidas (Food Travel Monitor, 2016).

De hecho, estas experiencias están basadas en la seducción de los turistas, que lo que desean es disfrutar de unas actividades que les supongan la consecución de una serie de emociones únicas a través de la gastronomía. Desde recolectar las aceitunas y conocer las diferentes variedades de cultivo en una fiesta de la vendimia, visitar la almazara, realizar una cata de aceite o participar en un show-cooking o en una masterclass con el AOVE como alimento protagonista. Todas estas actividades permiten al turista participar en la cocreación de sus experiencias y que estas se conviertan en memorables, es decir, que perduren en su memoria a lo largo del tiempo porque han sido plenamente satisfactorias.

 

De todo esto se desprende que España cuenta con un punto de partida muy ventajoso para liderar a nivel internacional el desarrollo de esta nueva vertiente turística y ponerse a la vanguardia de este proceso si es capaz de combinar adecuadamente el binomio turismo y gastronomía. Esta creciente tendencia del turismo gastronómico debería ser bien aprovechada por la economía española ya que nuestro país posee los tres pilares básicos de los que hemos estado hablando, que pueden permitir garantizar un claro liderazgo en la materia. Pero sobre todo lo que debe servir este turismo gastronómico es para que el desarrollo rural de nuestros pueblos en España sea una realidad y no un reto. Este turismo puede permitir que las culturas culinarias tradicionales de las áreas rurales se conserven y que se desarrolle una fusión perfecta e indisoluble entre la cocina y gastronomía con el territorio.

Teniendo en cuenta que la gastronomía puede atraer a nuevos clientes a negocios y nuevos visitantes a destinos más que cualquier otro producto o atracción, el desafío para los empresarios del sector, las autoridades competentes y la comunidad es mantener a España como líder internacional en gastronomía y turismo, pero haciendo un especial énfasis en las zonas rurales.

Referencias:

Dinamiza asesores (2019): http://dinamizaasesores.es/turismo/turismo gastronomico/lanzamos-el-iii-estudio-de-demanda-de-turismo-gastronomico-en-espana-estudio-2019/
Food Travel Monitor (2016): https://www.worldfoodtravel.org/cpages/what-is-food-tourism
KPMG (2019): https://www.hosteltur.com/127283_el-turismo-gastronomico-incrementa-su-aportacion-a-la-economia-espanola.html