Rotaciones de cultivo en arroz ¿son posibles? ¿sirven para manejar infestaciones de Echinochloa? / Gabriel Pardo

Fecha: 31-Jan-2020

Gabriel Pardo
Unidad de Sanidad Vegetal
   Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA)
Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2)
gpardos@aragon.es

Tradicionalmente en Aragón y en otras muchas zonas el arroz se siembra en monocultivo. Las parcelas están diseñadas para tal fin y además sus suelos suelen estar mal estructurados, tener exceso de sodio o ser salinos, cuando no, las tres cosas a la vez. En estas condiciones, a excepción del arroz, hay pocas opciones de cultivo. El arroz está perfectamente adaptado a la inundación y, en este ambiente, se mitigan los problemas de suelo mencionados. ¿Crecerá entonces el arroz solo en este escenario tan particular?, claro que no, siempre hay especies no deseadas que también se adaptan y que actúan como malas hierbas compitiendo fuertemente con él. Estamos en una situación de monocultivo, “mono-labores”, “mono-escardas”, incluso “mono-herbicida” (hay pocos autorizados en cultivo de arroz y además la mayoría de estos vulnerables a la aparición de resistencias). Los que entiendan un poco de agronomía ya barruntarán que aparecerán problemas, más pronto que tarde. Aunque el arroz es infestado por malas hierbas dicotiledóneas (Ammannia spp. o Bergia capensis), la gran mayoría son monocotiledóneas (como heterantera o junquillo) y dentro de estas, todavía más frecuentes son las gramíneas: arroz salvaje, Leptochloa spp. etc. Pero en Aragón y resto de España las más abundantes y problemáticas son las gramíneas del género Echinochloa spp. que causan importantes pérdidas de cosecha. Estas malas hierbas ocasionan un incremento de los costes en herbicidas, con tres o más tratamientos por campaña para tratar de controlarlas. Además, muchas veces estos tratamientos no resultan eficaces, produciéndose un gasto sin evitar la competencia, por lo que se resiente doblemente la rentabilidad de la explotación.

 

Foto 1. Planta de Echinochloa spp. en festuca. Seguramente dejará caer semillas al suelo antes que se siegue la festuca, lo que prolongará la infestación

Como tampoco parece claro que vayan a aparecer nuevos herbicidas “salvadores” que controlen las Echinochloas en el arroz, para resolver o mitigar el problema, seguramente habrá que volver al origen principal del problema, el monocultivo. A pesar de lo dicho al principio, al menos en algunas áreas de dos zonas arroceras de españolas, Extremadura y Aragón, los suelos no son tan problemáticos y hay posibilidad de practicar rotaciones y romper esa secuencia negativa. ¿podrá en ese caso el agricultor “librarse” más fácilmente de las Echinochloas?.  

Echinochloa spp. son un grupo de especies, algunas adaptadas perfectamente a la inundación, otras no la soportan y otras tienen características intermedias. Si pasamos de condiciones de inundación a no inundación, al menos eliminaremos aquellas especies que la requieren. La viabilidad de su banco de semillas puede ser relativamente amplia, 6-8 años, por lo que suponiendo que se consiga evitar la entrada de nuevas semillas, habría que esperar un periodo largo para la total erradicación en parcela.

Como se ha comentado, en muchas zonas el arroz se siembra en monocultivo. A pesar de ello, se tuvo la oportunidad de prospectar durante tres años parcelas que habían dejado de cultivar arroz después de muchos años, debido a un período de sequía y en los que se habían sembrado festuca, raigrás o cereal. En ellos se observa que se produce una disminución paulatina de la abundancia de Echinochloa spp. del primer al tercer año tras dejar de cultivar arroz. No obstante, sigue apareciendo, por lo que seguramente tres años no sería tiempo suficiente para instalar de nuevo arroz. Además, también se ha observado que cuando se rota el arroz, es fundamental garantizar un buen asentamiento de los cultivos forrajeros de siega en el primer año de instalación, por lo que habría que ir a dosis de siembra de festuca o raigrás relativamente altas. En este sentido, tener la parcela bien alisada resulta fundamental, para, por un lado, realizar una siembra homogénea que procure una emergencia del cultivo rápida y sin claros y por otro lado para realizar la siega correctamente, antes de que Echinochloa genere semillas y sin que queden hijuelos sin segar. Se ha observado que Echinochloa tiende a tomar un porte postrado y parte de sus hijuelos esquivan el corte consiguiendo espigar y generar nuevas semillas, prolongando la infestación. En el caso de sembrar cereal (la cebada es el cereal más tolerante a la salinidad), durante el periodo de cultivo de éste no habrá problemas con las Echinochloas, pues son de ciclos biológicos diferentes, pero durante todo el verano el agricultor si deberá estar vigilante y controlar los individuos que emerjan, pues aun con poca lluvia esta especie es capaz de germinar, desarrollarse y arrojar semillas al suelo, con lo cual se perdería en parte, o totalmente, la posibilidad de reducir el banco de semillas.

Foto 2. Campo en el que se sembró arroz, pero que a final del verano está totalmente infestado por Echinochloa spp. La cosecha, en caso de realizarse, será prácticamente nula.

En resumen, y como cabía esperar la rotación es positiva para controlar las malas hierbas, también Echinochloa, pero, además, hay que hacerla bien. En un cultivo forrajero, el agricultor debe estar atento y hacer las siegas en el momento oportuno para eliminar aquellas plantas de esta mala hierba que vayan emergiendo, o mediante laboreos, pastoreos o herbicidas, en el caso del rastrojo de cereal, en el periodo estival antes de que produzcan semillas. Somos conscientes de la limitación de aplicar las rotaciones en el cultivo de arroz, pues no hay muchas especies que sean mínimamente tolerantes a la salinidad y suelos degradados, a parte de las aquí mencionadas. No obstante, en los casos más severos de alta infestación, falta de control con herbicidas y sin rotación viable, el agricultor debe valorar la posibilidad de realizar un barbecho hasta reducir el banco de semillas y no empeñarse en cultivar arroz con un método de control que ya no funciona.