El principio de acuerdo, según informa el Observatorio Español del Mercado del Vino (OeMv), ha sido establecido entre el Comité Européen des Entreprises Vins (CEEV) y la Wine and Spirit Trade Association (WSTA), y parte de reconocer un contexto en el que “el Reino Unido es el segundo mayor importador de vino del mundo por volumen y por valor —4.400 millones de euros al año— y un mercado significativo para los vinos de la Unión Europea, dos mercados que durante siglos han mantenido una relación especial que, de cara a la futura relación comercial bilateral, se debe hacer todo lo posible por mantener”.

En este sentido, detalla que aproximadamente el 25 % de las exportaciones de vino de la UE-27 tienen como destino el mercado británico, lo que representa unos 2.800 millones de euros cada año, un mercado que también es visto como un escaparate para el resto del mundo, con una fuerte competencia entre los «productores de vino del Nuevo Mundo» (Australia, Chile, Sudáfrica…).

Pero las importaciones de vino también son vitales para la economía británica: el sector del vino y sus relacionados indirectamente también tienen claros impactos en términos de empleo, incluyendo a los ciudadanos de la UE que trabajan en el Reino Unido para la industria del vino de la UE. Por consiguiente, explica el acuerdo, “garantizar la fluidez de los flujos comerciales y las relaciones comerciales del vino es de vital importancia tanto para la UE como para el Reino Unido”.

Acuerdo UE – Reino Unido sobre el mercado del vino

Para ello, la organización europea del vino, el Comité Européen des Entreprises Vins (CEEV) ha identificado una serie de elementos como aspectos clave para garantizar un futuro entorno comercial sin problemas:

• Aranceles cero para los productos de vino y vino aromatizado procedentes del Reino Unido y la UE
• Equiparación de ambas normativas
• Procedimientos de aduanas
• Derechos de propiedad intelectual
• Irlanda y la frontera de Irlanda del Norte
• Puntos relativos a las disposiciones de gobernanza