Olona se compromete en Montanuy a compensar los sobrecostes económicos producidos por la presencia del lobo y el oso

El consejero se ha reunido con miembros del Ayuntamiento y ganaderos de la zona para analizar la situación y las líneas de actuación frente a la presencia del plantígrado

Fecha: 02-Aug-2018

Fuente: Aragón Hoy

El consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, Joaquín Olona, se ha desplazado este miércoles hasta la localidad oscense de Montanuy, en la Comarca de la Ribagorza, para reunirse con su alcaldesa, Esther Cereza, los concejales del Ayuntamiento, y los ganaderos afectados por el último ataque de oso ocurrido a finales del pasado mes de junio en el Valle de Castanesa. El objetivo del encuentro ha sido analizar la situación y las líneas de actuación frente a la presencia del plantígrado.

Durante el encuentro, Olona ha admitido que la simple presencia del oso o del lobo genera unos sobrecostes económicos que hay que compensar, y ha adquirido el compromiso de hacerlo. “No estamos hablando de pagar unos animales muertos, estamos hablando de pagar unos sobrecostes, sabiendo que hay algunos que son impagables. Y también de financiar al 100% medidas de producción como vallados eléctricos o adquisición de mastines”, ha dicho Olona. El consejero ha querido comenzar la reunión anunciando la publicación en el BOA, este mismo lunes, de la orden por la que se establecen las bases reguladoras, en base de mínimos, de las subvenciones para la adaptación de la ganadería extensiva a los retos medioambientales y a los desafíos socioterritoriales. La convocatoria se publicará en las próximas semanas.

Olona ha querido dejar claro que no promueve la reintroducción de osos ni de lobos, pero tampoco la eliminación de estos animales que “inevitablemente” están llegando. “Mi planteamiento es que la presencia de estos animales no puede ser a costa de los ganaderos, tienen que tener una ayuda que ellos cuestionan, critican y consideran que es insuficiente”, ha explicado. “Lo que debemos de hacer es habilitar unas ayudas que sean razonables, generosas y que no pasen por la continua puesta en duda de si el daño es del oso o del lobo. La simple presencia de estos animales ya motiva la concesión la ayuda”, ha dicho Olona.

La convocatoria de subvenciones se publicará en las próximas semanas

Las bases de la convocatoria establecen medidas que promuevan el mantenimiento de la ganadería extensiva, en especial, en aquellas zonas con riesgo de sufrir ataques de oso y de lobo sobre el ganado.

Las subvenciones estarán dirigidas a los titulares de explotaciones ganaderas extensivas de ganado menor (ovino y caprino) en las zonas de presencia de grandes carnívoros (oso y lobo) en Aragón. Así, estarán destinadas a paliar sobrecostes derivados de las situaciones de riesgo provocadas por la presencia de estas especies y a la adopción de medidas de autoprotección.

Estas subvenciones tienen como objeto de la inversión por los titulares de las explotaciones ganaderas extensivas de ganado menor en sus instalaciones para la mejora de las condiciones de seguridad del ganado, así como para adopción de técnicas de manejo que contribuyan a reducir el nivel de daños ocasionados por el oso pardo y el lobo.

Entre las medidas de seguridad adoptables, las bases tienen en cuenta las siguientes:

  • Los vallados fijos o portátiles para el ganado, estos último siempre que vayan acompañados de sistema de pastor eléctrico.
  • Los pastores eléctricos.
  • La adquisición de perros de raza mastín en cualquiera de sus variantes (montaña de los pirineos, mastín del Pirineo, mastín español), puros o procedentes de cruces acreditados.

Las subvenciones podrán llegar hasta el 100% del coste de actuación, con un máximo de 6.000 euros por titular y año en su conjunto. 

Además, cono incentivo para promover el mantenimiento de la actividad ganadera extensiva en estas zonas de riesgo, se establece también una ayuda por explotación. El importe de esta ayuda será de hasta 6 euros por cabeza, con un límite máximo subvencionable de 2.000 cabezas de más de una año de vida por explotación, y un límite mínimo de 100 cabezas.