El sector puede ser uno de los más innovadores, cualquier nueva tecnología que exista en otro sector la tenemos aplicada a la agricultura. Piensa en el avance que fue labrar con machos a ir en tractor, o las cosechadoras. Ahora, nuevas tecnologías se consideran las que han surgido, mejorado o perfeccionado después de la Segunda Guerra Mundial (aunque cualquier innovación se puede considerar nueva tecnología), sobre todo biotecnología, nuevos materiales y tecnologías de la información.

Para el cereal tienes muchas opciones:

Maquinaria de última generación con Inteligencia Artificial: Tractores, cosechadoras, drones…
Autoguiado para mejorar la eficiencia del trabajo, evitar solapes y evitar compactación.
Técnicas de laboreo como la Siembra directa para mejorar el estado del suelo.
Semillas que se adaptan a las peculiaridades climáticas.
Regadíos totalmente automatizados.
Energías renovables y almacenamiento de energía en forma de agua.
Mapeo de campos para posterior siembra y dosificación de insumos dependiendo del tipo de suelo.
Big Data: aplicaciones donde almacenas datos para poder tomar decisiones con el máximo de información posible.
Internet de las Cosas: Sensores de temperatura, humedad, en la maquinaria para generar datos.
Posibilidad de instalar un pequeño obrador para transformación de tus productos y ganarle valor añadido.
Redes sociales para posicionar tus productos y/o interactuar con otros profesionales.

Este es un pequeño ejemplo ya que hay una infinidad de soluciones que puedes aplicar, pero siempre has de evaluar el coste/beneficio que te genera. Para cada explotación, según su orientación servirán unas tecnologías u otras. ¡Cuidado con aplicar nuevas tecnologías porque “es lo que se lleva”, nunca hay que perder de vista la rentabilidad!

Marcos Garcés Lizama