Mesa redonda «Bioseguridad en explotaciones de ganado vacuno de carne»

Siguiendo la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España con la organización de mesas redondas dedicadas a tratar asuntos de bioseguridad en explotaciones y granjas especializadas en las producciones animales, la sesión del pasado lunes día 29 de mayo de 2017 se dedicó al estudio monográfico de la «Bioseguridad en las granjas de ganado vacuno de carne».

Fecha: 02-Jun-2017

La mesa estuvo presidida por el Dr. Anadón Navarro y le acompañaba el Dr. Francisco Rojo Vázquez, vicepresidente de la RACVE. Tras las palabras de bienvenida el Dr. Miguel ángel Aparicio Tovar, académico de número y presidente de la sección 3ª, y coordinador de la mesa redonda presentó a los ponentes. El Dr. Aparicio realizó una completa introducción de la importancia de la bioseguridad en las explotaciones ganaderas incidiendo muy particularmente en las implicaciones económicas, legislativas y socio sanitarias. Para explicar el estado de la cuestión presentó a los ponentes con las siguientes palabras (ver documento PDF).
La primera en intervenir fue Dña. Matilde Moro representante de la Asociación Española de Productores de Vacuno de Carne (ASOPROVAC). Esta asociación empresarial es en la actualidad la organización profesional más representativa del sector productor de vacuno de carne español, agrupando un 70% de la producción del país y con más de 3.000 asociados en todo el territorio nacional. La Sra. Moro es una de las expertas en el diseño de asuntos de bioseguridad. En segundo lugar tomó la palabra D. Alberto A. Díez-Guerrier, miembro de MAEVA SERVET/VISAVET, experto en la implantación de la metodología de bioseguridad en explotaciones extensivas/semi-intensivas de ganado vacuno de carne.
La Sra. Moro expuso en su introducción qué es ASOPROVAC y qué es lo que hace esta organización. Indicó que sus principales líneas de acción son la PAC, el comercio exterior y OMC, el análisis de los mercados y sus previsiones de presente y futuro, el estudio de los cambios climáticos y medioambientales, todo lo relacionado con la alimentación animal y la biotecnología, la impartición de cursos de formación a los productores, la sanidad y el bienestar animal y todo el conjunto dentro de la comunicación y divulgación por medio de una revista bimestral, web, redes sociales y otros mass media. La ponente justificó el porqué de editar una guía de bioseguridad. Indicó que el concepto de bioseguridad está poco desarrollado en este sector lo que supone falta de información al productor para que ponga en práctica y en valor las medidas propuestas. Ello trae como consecuencia el incremento del riesgo de entradas de enfermedades, el desconocimiento de la situación sanitaria en algunas zonas de España y la de los países vecinos, la necesidad de hacer un uso más racional y prudente del arsenal farmacológico y antimicrobiano, lo que lleva todo el conjunto a poder competir en los mercados internacionales. A continuación enumeró y analizó los obstáculos que surgen para poner en práctica un plan de bioseguridad. Indicó que uno de los obstáculos era el de no tener claro el objetivo del plan y el desconocimiento de los problemas sanitarios de la explotación de la región. Todo ello trae como consecuencia la ausencia de datos y de registros de utilidad para la explotación, la falta de autorización para ponerlo en práctica en algunas zonas, sobre todo con ganado extensivo; la falta de cualificación y motivación del personal trabajador, la deficiente organización del sistema de producción lo que lleva, en palabras de la Sra. Matilde Moro a un “negacionismo o postureo” por parte de los actores del sector. Más adelante definió las características que debe poseer un plan de bioseguridad para que sea eficaz. Indicó que se debe sustentar sobre cuatro pilares:
Que el plan esté personalizado.
Que sea efectivo y dinámico.
Que sea responsabilidad de todos, y
Que esté protocolizado.
Y que se defina el papel que debe desempeñar el facultativo veterinario.
Continuó indicando y definiendo las medidas mínimas que debe integrar el plan de bioseguridad para terminar preguntándose si se cumplen al menos lo más mínimo y básico de un plan de bioseguridad. Señaló las líneas primordiales que debe tener un plan de esta naturaleza. El primer paso es el de analizar la explotación, el siguiente diseñar el plan y protocolizarlo, el otro el de formar correctamente al personal, el siguiente el de dar ejemplo y el último el de someterlo a revaluación. Como conclusiones extrajo las siguientes: Educar, Planificar y Registrar, y todo ello con una evaluación anual.
Acto seguido hizo uso de la palabra D. Alberto A. Díez-Guerrier. Abordó su ponencia sobre la bioseguridad en vacuno de carne desde otra perspectiva. Comenzó definiendo la bioseguridad como el conjunto de prácticas, medidas e infraestructuras destinadas a impedir la entrada y/o propagación de enfermedades en las explotaciones ganaderas. Abordó el inextricable camino de la legislación de la Comunidad Europea y de la particular de cada Estado. Señaló que existen guías de buenas prácticas y publicaciones sobre el vacuno de carne. En cuanto a la explotación intensiva remarcó que existe una mayor facilidad para aplicar las medidas de bioseguridad mediante el control del manejo alimentario, reproductivo y sanitario. También sobre la delimitación física de la explotación y el aislamiento del efectivo. Con respecto al ganado vacuno extensivo señaló varios problemas entre los que citó el concepto de la unidad epidemiológica referida a los pastos comunales; la base territorial, las instalaciones, la convivencia con otras especies, la escasa mentalidad de prevención, las zonas de sombra legislativa pensada más para el ganado en explotación intensiva que para extensiva por lo que se dan contradicciones legislativas, las deficientes prácticas de desinfecciones, encuestas epidemiológicas y a veces ausencia de registros, todo ello como consecuencia de la escasa rentabilidad y las bajas inversiones. Con respecto a las enfermedades hizo hincapié en las que son objeto de control oficial (PNVCE), la lista de la OIE (declaración oficial) y aquellas otras de interés económico-productivo, junto con las enfermedades infecciosas, parasitarias e emergentes. Señaló los principales riesgos señalados por la OIE referente a entrada de animales, semen, alimentos, agua, otros rebaños, fómites, estiércol y purines. Se detuvo en hacer varios considerandos referidos al movimiento pecuario, las curiosas explotaciones de tránsito utilizadas por los tratantes, la defectuosa trazabilidad, los diferentes registros, los tipos de explotaciones, la edad media de los ganaderos y muy especialmente la mentalidad de la “jeringa”, los diagnósticos, manejo, vacunas marcadas y otros tantos asuntos que ponen trabas a la cumplimentación de un plan de bioseguridad. Con respecto a las garantías sanitarias hablo de la calificación sanitaria T3B4, a la exigencia de pedir garantías sanitarias en origen, cuarentenas, diagnóstico correcto en destino y disponer de instalaciones adecuadas. Habló de los medios de transporte en los que raramente se exige desinfección, unas veces por falta de centros de desinfección y otras por disponer de certificados de dudosa validez. Propuso como medidas las prácticas correctas de desinfección y la limpieza y desinfección de la caja del camión. También la limitación del acceso a la explotación mediante la instalación de cargaderos, silos externos y extracción de cadáveres. Con respecto al personal se refirió a los facultativos veterinarios preguntándose el riesgo que este personal aporta y qué medidas de bioseguridad practicamos. También señaló el riesgo que aportan ganaderos, tratantes y otro personal, y sobre todo el manejo que se debe realizar dentro de la explotación, sin descuidar los estiércoles y purines. Finalizó el Sr. Díez-Guerier con las siguientes conclusiones:
Formación y mentalización.
Implementar programas sanitarios integrales.
Realizar controles administrativos de las nuevas explotaciones.
Realizar periódicas inspecciones.
Promover estímulos y subvenciones y
Meditar sobre la necesidad de las ADSG.
Al finalizar el Dr. Aparicio Tovar abrió un coloquio entre los asistentes.
Dña. Matilde Moro entregó a la Biblioteca de la RACVE un ejemplar de la «Guía práctica de bioseguridad en explotaciones de vacuno de carne», editado por el MAGRAMA, con la colaboración del IREC y cofinanciado por ASOPROVAC.