Los cultivos de regadío demandarán hasta un 20% más de agua debido al cambio climático

Los cultivos de regadío pueden llegar a incrementar entre un 10% y un 20% anual su consumo de agua como consecuencia del impacto del cambio climático en su rendimiento natural. La afirmación es de Andrés del Campo, presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore).

Fecha: 01-Dec-2017

Fuente: Domar-agrinews

El cambio climático tiene un impacto sobre el rendimiento natural de los cultivos de regadío que puede suponer un crecimiento del consumo de agua entre un 10% y un 20% anual. La advertencia la realizó en Valencia el presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore), Andrés del Campo, en el mercado de Efiagua.

La feria, centrada en los regadíos y el cambio climático, puso de manifiesto cómo el aumento de las temperaturas máximas y la disminución generalizada de las lluvias están provocando que los cultivos intensifiquen su ciclo vegetativo, ya que el calor y la falta de agua aceleran su proceso de producción. En 2017 las precipitaciones en España han caído un 24,3% menos y la temperatura ha subido de media 1,4 grados.

Como el reposo invernal no se produce, los cultivos están continuamente en activo, aumentando considerablemente su demanda de agua; una realidad que obliga a poner en marcha un plan de medidas estructurales que permita a los agricultores actuar con anticipación ante el impacto negativo de la sequía tanto en el plano económico como medioambiental.

Del Campo llamó la atención sobre la necesidad de avanzar en la ejecución sostenible de obras de regulación (embalses, trasvases intercuencas…) que permitan aumentar al menos en un 25% la capacidad de las reservas superficiales de agua para poder hacer frente a este aumento de la demanda.

Medidas para garantizar la disponibilidad de agua

El presidente de Fenacore crítico a los sectores ecologistas que piden restricciones de agua al regadío como medida para paliar la sequía, ya que, a su juicio, están poniendo trabas a una actividad intensiva que produce hasta seis veces más que el secano. “En un contexto donde el cambio climático trae consigo fenómenos cada vez más extremos, es necesario realizar embalses y trasvases intercuencas e intracuencas, siempre que sea sostenible y una vez superados los condicionantes económicos, sociales y medioambientales. Así se puede tener agua garantizada en los periodos de sequía, a la vez que se evitan los daños que producen las lluvias torrenciales”, señaló.

La Federación apuesta por flexibilizar la cesión temporal de derechos del uso del agua entre cuencas y por potenciar el uso temporal de pozos y aguas subterráneas en épocas de sequía, realizando recargas artificiales de acuíferos en los años húmedos para que existan recursos en los años de falta de lluvias. Así se podrá hacer un uso alternativo de aguas superficiales y subterráneas.

El directivo indicó que otra de las claves es avanzar en la modernización de regadíos, teniendo en cuenta que ahora el objetivo es alcanzar una doble eficiencia: energía y agua. Afirmó que cuanto más se avance en este sentido, menos agua se utilizará.

En las últimas décadas, la modernización ha permitido que la demanda de agua para uso agrario caiga del 80% hasta el 63%, situándose por debajo de los 15.000 hectómetros cúbicos anuales. En paralelo, hace falta seguir invirtiendo en biotecnología para poder desarrollar cultivos con menos necesidades de agua y mayor tolerancia a las plagas, concluyen desde Fenacore.