Los beneficios de la caza / Begoña Asenjo

Fecha: 24-Jan-2020

Begoña Asenjo
Departamento de Ciencias Agroforestales
 Escuela de Ingeniería de la Industria Forestal, Agronómica y de la Bioingeniería - Universidad de Valladolid
Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2)
mariabegona.asenjo@uva.es

Últimamente, cada vez se hace oír más el colectivo integrado por los detractores de la actividad cinegética. Pero, me pregunto yo si se han detenido a pensar, por un momento, en el papel que ejerce esta actividad y los beneficios que aporta.

En primer lugar, la caza es importante para conservación de nuestros Espacios Naturales, porque contribuye a la conservación de nuestros ecosistemas y al mantenimiento de la biodiversidad.

Importante son los beneficios socioeconómicos que reporta. La actividad cinegética en España mueve un importante montante económico y es generadora de una cifra nada despreciable de puestos de trabajo tanto directos como indirectos, en áreas rurales, geográficamente deprimidas, lo cual contribuye en gran medida a la fijación de la población en el medio rural, una de las principales preocupaciones de los territorios cada vez más despoblados que encontramos en España, ahora que está tan de moda “la España vaciada”.

Además, la caza es una herramienta de gestión, pues contribuye al mantenimiento del equilibrio de las poblaciones cinegéticas y de sus hábitats. El papel del cazador es clave a la hora de controlar las enfermedades de la fauna cinegética, que sin su presencia, sería necesaria la actuación de agentes medioambientales, teniendo que soportar la Administración cuantiosos gastos de mano de obra, que de esta forma el colectivo de cazadores lo lleva a cabo de forma lúdica y sin ninguna contraprestación.

En relación con el hábitat, la gestión cinegética permite el mantenimiento del mismo, ya que de otra forma, no se conservarían caminos, ni sendas y se transformaría en una densa masa forestal, situación nefasta a la hora de prevenir y extinguir los incendios forestales.

Permite o favorece la convivencia de la fauna con otras actividades como la ganadería extensiva o la agricultura. Sirva como ejemplo los problemas ocasionados por especies como el lobo y la ganadería extensiva o el elevado número de especies cinegéticas que originan daños en los cultivos, con las consiguientes pérdidas económicas que origina a ganaderos y agricultores.

Cultivo de maíz afectado por los jabalíes. Autor: L.T.

La caza también sirve como medida de profilaxis sanitaria de enfermedades que afectan a la ganadería. Recientemente, las autoridades de algunos países europeos han recurrido al colectivo de cazadores para frenar la diseminación del virus de la Peste Porcina Africana (PPA) debido al papel que ejerce el jabalí en la transmisión de esta enfermedad. En nuestro país, en regiones como Cataluña, la amenaza es todavía mayor que en el resto del país por su ubicación próxima a la frontera y el riesgo de que puedan llegar jabalíes infectados del resto de Europa. A esto hay que sumar el hecho de que la densidad de población actual de jabalíes nunca ha sido tan elevada. La llegada de la PPA supondría una catástrofe para un sector económico tan importante en España como es el porcino.

Por último, y aunque no menos importante, es el papel que ejerce la caza en el control de los accidentes de tráfico ocasionados por la irrupción de especies cinegéticas en la calzada. Si en provincias del norte de España como Soria, Burgos, Lugo, etc, el problema es grave, ni que decir tiene la dimensión que alcanzaría si no se frenara el crecimiento desorbitado de determinadas especies cinegéticas gracias a la acción de la caza.

Atropello de un  corzo. Autor: Valentin Guisande  

Por tanto, párense a pensar en las consecuencias que tendría el cese de la actividad cinegética en España para las propias especies cinegéticas, para otras especies silvestres y domésticas, para los hábitats, para la agricultura, para los accidentes…