En ese sentido, las industrias transformadoras de leche de oveja han trasladado a los representantes de los productores que, a pesar de que el actual estado de alarma puede ser considerado como una ‘causa de fuerza mayor’, por el momento no piensan esgrimir ese argumento para invalidar los contratos de suministro que se han firmado de forma mayoritaria entre las grandes industrias queseras y los ganaderos en Castilla y León, comunidad autónoma que prácticamente acapara casi dos terceras partes de la producción nacional.

El repunte del consumo durante las últimas semanas de los productos de alimentación ha intensificado la demanda de leche de oveja para la elaboración de queso. De todos modos, nadie se atreve a pronosticar en el sector lo que puede ocurrir en el futuro si se prolonga el estado de alarma.