Entre ellos, el del cultivo del champiñón, cuyo cultivo depende de la paja para la elaboración de compost, por lo que esta subida de precios complicando seriamente el mantenimiento de la producción del sector.

La sequía complica el cultivo del champiñón

“Como la paja se siga destinando a generación de energías renovables vamos hacia un desabastecimiento, con el consiguiente problema para ganaderos y productores como los del sector del champiñón”, comenta Elías Olmeda, presidente de la cooperativa albaceteña Champinter —una de las principales productoras nacionales de champiñón— explicando que en España la paja se emplea, además de como alimento de la cabaña ganadera y para la producción de champiñón, para la generación de biomasa con destino a energías renovables.

Elías Olmeda apunta, además, que muchos de los proyectos de energías renovables son subvencionados por las distintas administraciones, por lo que su acceso a la paja resulta más viable que para productores de champiñón o ganaderos, por lo que “como esta situación prosiga, al final la paja no va a llegar ni al ganadero ni a los productores de champiñón, o lo va a hacer a precios inviables”.

En ese sentido, el presidente de esta cooperativa asegura que en Europa ya hay países que han dejado de producir champiñón por falta de compost, debido a varias circunstancias como sequía, guerra en Ucrania, precios de combustibles y energía, principalmente gas, que está motivando que se destine más subproductos como la paja a la generación de energías renovables. Además, añade, los países de Oriente Medio han incrementado la compra de paja para alimentar a sus animales.