La diversificación con lavanda, azafrán y avena ayudará a recuperar la rentabilidad de los olivares

El proyecto Diverfarming, centrado en evaluar la diversificación de cultivos y el uso racional de los recursos, prosigue en sus avances en los distintos campos experimentales a lo largo del territorio europeo. En España, el olivar de Torredelcampo ha sido protagonista de diversos ensayos para evaluar los beneficios de la diversificación. En abril de 2019, se plantó lavandín ente las hileras de olivos, un caso del cual se extrajeron conclusiones positivas en materia de sostenibilidad y erosión del suelo. 

Fecha: 03-Feb-2020

Fuente: Oleo revista

Actualmente existen 25 terrenos experimentales en 6 países europeos donde se ensayan sistemas diversificados tratando de alcanzar el más adecuado para cada cultivo, región, y clima. En España, el olviar de Torredelcampo lo gestiona el equipo investigador del Departamento de Química Agrícola y Edafología de la Universidad de Córdoba, liderado por Luis Parras y acompañado de Beatriz Lozano y Manuel González del grupo SUMAS Research. El de Torredelcampo es un caso de estudio con unas características muy concretas, puesto que se trata un olivar tradicional con problemas de cárcavas y pérdida de suelo. Se han ensayado distintas estrategias para recuperar el terreno y la rentabilidad de dicho olivar, en busca de soluciones extrapolables. La del lavandín fue fructífera, pero además se han sondeado con éxito otros dos cultivos para emplear en la estrategia de diversificación: azafrán, y una mezcla de arveja y avena. Además de los beneficios mencionados en materia agronómica, la comercialización del azafrán como producto ‘gourmet’, de la arveja y avena como alimentación para ganado y de la lavanda como base para aceites esenciales y cosmética, permite a los agricultores que diversifiquen su olivar contar con una segunda renta y tener asegurada al menos una de las cosechas.

Para solventar la alta erosión de estos terrenos y la baja cantidad de materia orgánica de los suelos desnudos se apuesta por técnicas de manejo como la inclusión de cubiertas vegetales entre las calles del olivar, el no laboreo y la incorporación de restos de poda. De esta manera, a la par que se busca recuperar la fertilidad del suelo y, por tanto, su productividad, también se reducen los costes derivados del uso excesivo de fertilizantes o plaguicidas.