La debilidad de China por la soja pone a ese país en desventaja en la guerra comercial con Trump

on todo y su poderío económico, China no ha podido resolver un problema crucial. La soja. No puede cultivar suficiente. Este problema podría reducir el impacto de una de las mayores armas que tiene el país en la guerra comercial con Estados Unidos. La semana pasada, Pekín comenzó a aplicar aranceles del 25% a la soja estadounidense como represalia por los derechos aduaneros que cobra el gobierno de Trump a los productos chinos. El año pasado, los productores de soja de Estados Unidos vendieron casi una tercera parte de su cosecha a China, la segunda mayor economía del mundo. En términos de su valor en dólares, el único producto de exportación de Estados Unidos a China que la supera en importancia son los aviones. De cualquier forma, los estados productores de soja, como Iowa e Illinois, quizá no sientan de inmediato los efectos de los aranceles. China le compra tanta soja a Estados Unidos (US$ 14.000 millones el año pasado) que sería imposible cambiar de proveedores de un día par

Fecha: 02-Aug-2018

Fuente: agroalimentando

 
China ha ejercido presión sobre sus campesinos para que aumenten la producción de este cultivo. Sin embargo, los números son intimidantes y los obstáculos, tremendos.
 
Basta preguntarle a Cao Xiumin. Desde hace dieciséis años, ha sembrado maíz y soja en un par de acres cerca de Xiaowusili, un pueblo de alrededor de 600 habitantes en el borde del noreste de China.
 
En general, no produce mucho más ahora que hace una década. Sus campos son pequeños y no cuentan con ningún sistema de irrigación. En su opinión, la nueva semilla promovida por el gobierno, que supuestamente rinde más, no es mucho mejor que las variedades antiguas.
 
“No veo ninguna diferencia”, afirmó Cao una sofocante tarde la semana pasada.
 
Los productos agrícolas podrían ser una gran debilidad para China si el conflicto comercial con Estados Unidos se convierte en un enfrentamiento más abierto.
 
Cao Xiumin chequea pesticidas para sus plantaciones de soja en Xiaowusili, China
Cao Xiumin chequea pesticidas para sus plantaciones de soja en Xiaowusili, China Gilles Sabrie – The New York Times
Los chinos cada vez más adinerados quieren tener más y mejor comida en sus platos. No obstante, las granjas del país en general son muy pequeñas y no cuentan con suficiente infraestructura para cubrir sus necesidades.
 
Casi el 90% de la soja que consumió China el año pasado, más de cien millones de toneladas en total, se produjo en el extranjero. En contraste, México, el segundo mayor importador del mundo, compró solo cinco millones de toneladas.
“Con todo lo que pasa entre Estados Unidos y China, la guerra comercial y todo eso, creo que sería mejor plantar soja que maíz”. Guo Qiang, campesino chino
Remplazar siquiera una fracción de esa cantidad por soja nacional podría ser una tarea tan compleja para China como dejar de utilizar microchips estadounidenses.
 
Esta primavera, después de la primera ocasión en que el gobierno chino propuso imponer aranceles a la soja estadounidense como una medida de represalia, comenzó a estudiar opciones para reducir los efectos que podría tener en 1.400 millones de estómagos.
 
Una mujer cosecha pepino en Xiaowusili, China, en días de una guerra comercial con Estados Unidos que podría perjudicar los productos agrícolas del país asiático
Una mujer cosecha pepino en Xiaowusili, China, en días de una guerra comercial con Estados Unidos que podría perjudicar los productos agrícolas del país asiático Gilles Sabrie – The New York Times
Con el propósito de tener disponible otro tipo de alimento para los animales, las autoridades aduaneras de China eliminaron requisitos de inspección aplicables a varios derivados agrícolas, como alimento a base de cacahuate, semilla de algodón y canola.
 
Los campesinos de la provincia de Heilongjiang, la principal productora de soja en China, también escucharon rumores acerca de que las autoridades habían dado órdenes de cultivar más soja, de inmediato.
 
Como incentivo para sembrar soja o cambiar la siembra de maíz a soja, el gobierno provincial ofreció subsidios generosos a los campesinos.
 
Un granjero revuelve maiz en Xiaowusili, China. Los productos de la granja pueden transformarse en una gran debilidad en la guerra comercial con Estados Unidos
Un granjero revuelve maiz en Xiaowusili, China. Los productos de la granja pueden transformarse en una gran debilidad en la guerra comercial con Estados Unidos Gilles Sabrie – The New York Times

 

En la aplicación de redes sociales WeChat rápidamente corrió la voz acerca de los subsidios. Sin perder tiempo, muchos granjeros devolvieron la semilla de maíz y el fertilizante que habían comprado, para sembrar soja en su lugar.
 
Con todo el apoyo del gobierno, Guo Qiang, un campesino de 35 años del pueblo de Dawusili, indicó que le encantaría sembrar solo soja en los 50 acres propiedad de su familia, nada de maíz. El problema es que la cooperativa a la que pertenece exige a sus miembros rotar los cultivos para mantener saludable la tierra.
 
“Si no fuera por estas políticas, obviamente sembraría más soja”, dijo Guo. “En especial con todo lo que pasa entre Estados Unidos y China, la guerra comercial y eso, creo que sería mejor la soja que el maíz”.
 
Cao Xiumin en su plantación de soja en Xiaowusili, China.
Cao Xiumin en su plantación de soja en Xiaowusili, China. Gilles Sabrie/The New York Times

 

Con todo, para lograr ser autosuficiente, China necesitaría destinar a la siembra de la soja una gran proporción de su tierra de cultivo, entre una cuarta y una tercera parte, según varios cálculos.
 
Los granjeros estadounidenses todavía podrían verse muy afectados a largo plazo si los aranceles de China provocan que Brasil y otros proveedores siembren más acres de soja, o si China financia cultivos fuera de sus fronteras. Muchos originarios de Heilongjiang ya sembraron soja al otro lado del río Amur en el Lejano Oriente ruso, donde la tierra es barata y abundante.
 
Para depender menos de la soja estadounidense, Pekín también podría intentar sembrar más soja en cada acre de tierra. Sin embargo, los campesinos de Heilongjiang reconocen que les falta mucho para ser tan productivos como los campesinos de Estados Unidos, donde la agricultura está más mecanizada y están familiarizados con la modificación genética.
90% de la soja que consumió China el año pasado, más de 100 millones de toneladas en total, se produjo en el extranjero
China permite la importación de cultivos modificados genéticamente, pero en Heilongjiang los granjeros tienen prohibido sembrarlos. Muchos habitantes tienen dudas acerca de la seguridad de esos productos, tanto para los seres humanos como para la tierra.
 
“No los utilizaría aunque el gobierno me lo permitiera”, aseveró Gai Yongfeng, líder de la cooperativa Jiaxing en Dawusili. “Son malos para el suelo. En cuanto los siembras, ya nada más crece en ese lugar. Eso dice todo el mundo”.