La cría de cordero, un pilar clave para la supervivencia del mundo rural.

La cría de cordero y el mundo rural están íntimamente unidos. Al igual que un árbol está unido a la tierra donde crece y mientras el árbol recibe los nutrientes de la rica tierra, los campos se ven fecundados gracias a sus semillas estación tras estación. Así es la relación que pastores y ovejas tienen con el mundo rural. Es una unión para la supervivencia, para la fortaleza y para el futuro sostenible de ambos.

Fecha: 14-Jul-2017

Fuente: Canal Cordero

La carne de cordero sabe a pueblo, a entorno rural, a campos verdes y a aire libre. Si esa carne que tanto nos gusta es sabrosa, jugosa y tierna, es por su origen. En la carne de cordero características geográficas  y los hombres unen fuerzas para que  ésta sea el ingrediente  protagonista en todo tipo de guisos. Desde los más tradicionales hasta las delicatesen de  alta cocina, tan de moda hoy en día. En nuestras casas, los nuevos cortes de cordero están permitiendo que podamos disfrutar de sus cualidades de manera sencilla y prácticamente a diario. Pero todo ello sólo es posible gracias al mundo rural, a las personas que viven allí y al trabajo duro enfocado a la cría de cordero.

Si queremos ser objetivos, preguntémonos qué cualidades caracterizan la calidad de la carne de cordero. En la lista aparecerían aspectos tan importantes como los sistemas de producción y alimentación.  Lo cierto es que las cualidades que tiene que tener un lugar para que la cría de cordero sea perfecta de cara a su calidad y sabor, sólo pueden darse en un sitio. En el mundo rural.

El entorno rural es el único que permite el ecosistema pastoril extensivo. Sólo en los pueblos, ovejas y corderos, cuidados por los pastores, pueden recorren cientos de kilómetros en buscas del pasto más fresco y los bocados más tiernos, de la dehesa montañosa al llano y vuelta con el cambio de estación. Pero aún hay algo más importante, sólo en los horarios dilatados del entorno campestre, personas y animales cuentan con el tiempo necesario para realizar esta tarea sin prisas, con mimo, como debe hacerse.

Un privilegio que es devuelto con creces en un beneficio recíproco. Ovejas y corderos son capaces de aprovechar eficazmente los recursos naturales del medio rural y eso fortalece su forma de vida.

El mundo rural, el ecosistema de los pastores.

Ovejas y corderos han ocupado un lugar preponderante en la tradición y cultura de muchos pueblos a lo largo de la historia. Su importancia hoy en días no es menor, más bien al contrario. La supervivencia del entorno rural depende, en muchos casos, de la ganadería extensiva  que se desarrolla en los pueblos.

El mundo rural se enfrenta a grandes retos de futuro que ha de superar; entre ellos la creciente despoblación,  la conservación del medio ambiente, la adopción de la innovación como un concepto propio que aporte valor al día a día, etc.  Para todo ello la ganadería extensiva en general, y la cría de ganado ovino en particular es un pilar fundamental, no sólo para la supervivencia, sino también para un proyecto de futuro sostenible.

Lo cierto es que todos estos aspectos están íntimamente conectados.  El sector rural necesita gente joven dispuesta a trabajar, pero además deben estar  preparados. La innovación no se limita a los sectores de las telecomunicaciones, la informática o el entorno digital. Muy al contrario, está cada vez más cerca  de las zonas rurales y también está suponiendo grandes avances en la cría de corderos. La ganadería ovina, como muchas otras, se está reinventando y adaptando para mejorar la calidad de las carnes que ofrecen. Investigación científica y nuevas tecnologías llegan al campo para quedarse, modernizando sustancialmente el entorno rural y facilitando la vida a estos trabajadores. Sin embargo, el cordero de campo sigue saliendo de sus rediles diariamente hacia paisajes y prados diferentes donde pastar.

Como comentamos en el post Ovejas y pastores, la clave de la riqueza de los ecosistemas pastoriles, la cría de cordero es una actividad económica sostenible que  con su día a día salvaguarda la biodiversidad del entorno rural. La naturaleza de la Península Ibérica tiene un vínculo inquebrantable con la ganadería ovina. Y es que ésta preserva la supervivencia de razas autóctonas. Ovejas y corderos que en su ir y venir por los campos y dehesas contribuyen a la proliferación de otras especies animales y el cuidado del entorno vegetal.

No podemos olvidar la importancia de la cría de cordero en la cultura rural. Durante siglos esta actividad económica ha marcado la vida de los pueblos y ha dejado su impronta en, fiestas, canciones, artes y modos de vida.