La Comisión Europea ha publicado un documento titulado Orientaciones sobre el uso como piensos de alimentos que ya no están destinados al consumo humano como parte de un plan de acción para reducir el desperdicio de alimentos en el marco de la Comunicación sobre la economía circular.

Una de las iniciativas pretende, sin competir con el abastecimiento de los bancos de alimentos, valorizar los nutrientes de los alimentos que, por razones comerciales o debido a problemas de fabricación o a determinados defectos, ya no están destinados al consumo humano, a través de su utilización segura para la alimentación animal, sin poner en peligro la salud animal y pública.  Así pues, el uso como piensos de dichos alimentos evita que estos materiales se composten, se transformen en biogás o se eliminen mediante incineración o descarga en vertederos.

La distinción entre alimentos, subproductos animales, piensos y residuos tiene implicaciones evidentes respecto del marco legislativo que rige los distintos tipos de productos afectados.

Disponibles en todos los idiomas de la UE, estas directrices deberían ayudar a las autoridades nacionales y locales competentes, así como a los operadores de la cadena alimentaria, a aplicar la legislación pertinente de la Unión. Por lo tanto, se mejora la claridad jurídica y se presentan ejemplos de mejores prácticas que están en conformidad con el marco normativo actual de la Unión, al tiempo que se previene una carga administrativa innecesaria.

Las Directrices de la UE fueron desarrolladas por la Comisión en estrecha colaboración con las autoridades de alimentos, piensos, sanidad animal y medioambientales de los Estados miembros y los miembros de la Plataforma de la UE sobre pérdidas de alimentos y residuos alimentarios y otras partes interesadas.