La Comisión Europea alerta de la necesidad de lluvia de los cereales en el Sur de Europa

Aunque todavía se trata de estimaciones de producción, el boletín MARS de la Comisión Europea alerta de la necesidad de agua que tienen los cereales en el sur de Europa.

Fecha: 25-Mar-2019

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En esta etapa temprana de la temporada, afirma el citado informe, los pronósticos prevalecientes se basan en valores históricos o promedio.

Para el conjunto de Europa se estima, por lo que al trigo blando se refiere un rendimiento medio de 6.000 kilogramos por hectárea, lo que equivale a un incremento del 7,4% en relación a la cosecha previa y del 1,7% en relación al promedio del último quinquenio. Por lo que se refiere al trigo duro, la media se situaría en las 3.500 kilogramos por hectárea, una merma del 0,8% en relación a 2018 y un crecimiento del 1,5% en comparación con la media de los últimos cinco años.

Por lo que se refiere a la cebada, el promedio, en el conjunto de la UE, sería de 6.000 kilogramos por hectárea, elevándose un 8,4% frente a 2018 y del 2,4% si se tienen en cuenta la media de los últimos cinco años.

ESPAÑA

En cuanto a España, el boletín de MARS sitúa el rendimiento medio para el trigo blando en las 3.370 kilogramos por hectárea, lo que supone una merma del 15% en referencia a 2018 pero un 4,7% más alto que el promedio de los últimos cinco años. En una línea similar se mueven el trigo duro y la cebada con 2.750 y 2.470 kg/ha lo que supone mermas del 22 y el 16% en comparación con el año anterior mientras que superan a la media de los últimos cinco años del 2,1 y del 7,1%

CLIMATOLOGÍA

Desde febrero, toda Europa ha experimentado condiciones climatológicas más suaves de lo habitual, con las anomalías de temperatura más fuertes observadas en los Países Bálticos, el este de Polonia, Bielorrusia y Ucrania occidental.

En las regiones central, occidental y sudoeste de la región mediterránea se experimentan déficits característicos de lluvias. Estos déficits de precipitación comenzaron el año pasado. Se han registrado niveles bajos en los embalses durante varios meses en Portugal, España e Italia.