Informe de la FAO sobre el estado mundial de la agricultura y la alimentación

El Estado Mundial de la Agricultura y la Alimentación es la principal publicación anual de la FAO, la Organización de las naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, un informe que tiene como objetivo hacer llegar a una audiencia amplia evaluaciones de base científica equilibradas de cuestiones importantes pertenecientes al ámbito de la alimentación y la agricultura.

Fecha: 16-Oct-2019

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Cada edición del informe incluye un panorama exhaustivo, aunque fácilmente accesible, de un tema concreto de gran importancia para el desarrollo rural y agrícola y para la seguridad alimentaria mundial. Y la edición 2019 del Estado Mundial de la Agricultura y la Alimentación (SOFA, por sus siglas en inglés), publicada hoy mismo, tiene un enfoque específico en las pérdidas y el desperdicio de alimentos, y proporciona nuevas estimaciones de las pérdidas de alimentos a nivel mundial desde la cosecha hasta —aunque excluyéndolo— el nivel minorista.

El informe, destinado responsables políticos, también ofrece un análisis exhaustivo de los puntos críticos de pérdida en cadenas de suministro específicas y proporciona ejemplos de medidas apropiadas para una reducción efectiva.

Informe de la FAO
“Me reconforta ver que el mundo está prestando más atención al problema de la pérdida y el desperdicio de alimentos y pidiendo que se adopten medidas más decisivas para hacerle frente. La creciente sensibilización y el aumento de las peticiones de acción se fundamentan en las fuertes connotaciones morales negativas relacionadas con la pérdida y el desperdicio de alimentos. Estas se basan en parte en el hecho de que la pérdida de alimentos conlleva una presión innecesaria sobre el medio ambiente y sobre los recursos naturales que se han utilizado para producirlos en primer lugar. En esencia, significa que se han desperdiciado recursos de la tierra y el agua, se ha generado contaminación y se han emitido gases de efecto invernadero (GEI) sin ningún motivo. También suelo preguntarme cómo podemos permitir que se tiren alimentos cuando más de 820 millones de personas siguen pasando hambre en el mundo cada día”, explica en su prologo a este informe el director general de la FAO, Qu Dongyu.

Y es que, según este reciente informe, la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos se considera una buena manera de reducir los costos de producción y aumentar la eficiencia del sistema alimentario, mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición y contribuir a la sostenibilidad del medio ambiente. Y esta creciente atención a la pérdida y el desperdicio de alimentos que se refiere Qu Dongyu, se refleja también en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en los que la meta 12.3 requiere “de aquí a 2030, reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita mundial en la venta al por menor y a nivel de los consumidores y reducir la pérdida de alimentos en las cadenas de producción y suministro, incluidas las pérdidas posteriores a la cosecha”.

El informe proporciona, igualmente, las nuevas estimaciones del porcentaje de alimentos perdidos en el mundo desde la producción hasta la venta al por menor, y constata la gran diversidad de estimaciones de la pérdida que existen, incluso para los mismos productos y para las mismas etapas de la cadena de suministro.

Para determinar medidas apropiadas —concluye el SOFA 2019— es fundamental detectar inequívocamente y comprender los puntos críticos de cadenas de suministro concretas en los que se produce la pérdida de alimentos, y en los que hay un amplio margen para reducir dicha pérdida). El informe contiene algunos principios básicos para las intervenciones basadas en los objetivos que se desea lograr mediante la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos, ya sea mejorar la eficiencia económica, la seguridad alimentaria y la nutrición o la sostenibilidad ambiental.