I+D+i, una de las claves para sector porcino de capa blanca

Algunas técnicas han permitido reducir el colesterol, aumentar la calidad de los aminoácidos o enriquecer con minerales y vitaminas, ofreciendo una gran variedad de productos de la carne de cerdo de capa blanca.

Fecha: 28-Jul-2017

Fuente: Agro CLM

En los últimos años, el sector porcino de capa blanca ha realizado una apuesta firme por la investigación, desarrollo e innovación, que le ha permitido reforzar aún más la calidad nutricional de sus productos.  Gracias a ello, han empleado múltiples técnicas con las que se ha conseguido la reducción del colesterol, el aumento de la calidad de los aminoácidos o el enriquecimiento con minerales y vitaminas, ofreciendo así una gran variedad de productos de la carne de cerdo que se adaptan perfectamente a las necesidades de los diferentes grupos poblacionales.

La carne de cerdo de capa blanca es un alimento perfecto para incluir en una dieta variada y equilibrada, ya que aporta múltiples cualidades nutricionales. No obstante, la utilización de técnicas dirigidas a mejorar aún más la calidad de los productos de la carne de cerdo se ha convertido en una de las señas del sector.

Entre las técnicas empleadas, cabe destacar la incorporación de ácidos grasos encapsulados a la carne, mejorando su perfil lipídico, es decir, reduciendo la cantidad de ácidos grasos saturados y aumentando los insaturados.

Como ejemplo de ello, un estudio realizado conjuntamente por el Teagasc Food Research Centre en Dublín, la Universidad de Cork y el Nanovex Biotechnologies, situado en el parque tecnológico de Asturias, ha puesto en práctica este procedimiento y ha demostrado que la incorporación de ácidos grasos omega-3 mediante ultrasonidos mejora el perfil de la carne de cerdo.

Este estudio, que ha sido publicado en la prestigiosa revista científica Meat Science Journal, ha demostrado que el contenido de ácidos grasos omega 3 ha aumentado y que este era más notable según se iba incrementando la duración del tratamiento con ultrasonidos.  Asimismo, tras el tratamiento se mantuvo constante el índice aterogénico, que define la capacidad potencial de las grasas para producir agresiones en el endotelio de los vasos sanguíneos, mientras que el índice trombogénico, que mide la capacidad potencial de un alimento para producir trombosis, se modificó de forma beneficiosa.