Los participantes en la jornada ponen de manifiesto que el calentamiento global está provocando ya un aumento de la adversidad meteorológica en el litoral mediterráneo.

El secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, ha inaugurado hoy en Valencia la jornada Fenómenos Meteorológicos Extremos en el Mediterráneo, asegurando que “estamos obligados a sustentar la acción de gobierno sobre la base de la evidencia científica” del cambio climático, que nos conduce a “una nueva forma de entender la acción en el conjunto de políticas de cualquier territorio o país”.  

En este sentido, Morán se refirió a que los daños producidos por los cada vez más recurrentes fenómenos meteorológicos extremos “serán mayores cuanto más irresponsable sea la acción política”, y puso como ejemplo “la irresponsabilidad de seguir alentando la ocupación del litoral, mientras observamos cómo los temporales se comen playas, paseos marítimos y edificios”. 

El objetivo de esta jornada, organizada por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y en la que han participado numerosos expertos, es poner de manifiesto que el calentamiento global generado por el aumento en la concentración atmosférica de los gases de efecto invernadero está teniendo un especial impacto en el Mediterráneo, lo cual podría estar provocando ya un aumento de la adversidad meteorológica que sufre todo el litoral mediterráneo.

En el Mediterráneo el calentamiento supera con mucho el promedio mundial, ya que desde la década de 1980 la temperatura ha aumentado 1,4 grados centígrados, mientras que la temperatura media global es 1°C superior a la de la era preindustrial.

LLUVIAS TORRENCIALES

Según los datos de AEMET, el aumento de la temperatura del agua superficial del mar observado en las últimas décadas, muy ligado al calentamiento global, puede estar provocando una intensificación de los fenómenos meteorológicos relacionados con las lluvias torrenciales en los últimos años.

Además, y aunque pueda parecer paradójico, la región mediterránea en su conjunto es una zona de alta vulnerabilidad por el incremento de las temperaturas y la reducción de las precipitaciones. Ambos efectos pueden dar lugar a una menor disponibilidad de agua con el consiguiente impacto en los ecosistemas y en sectores productivos como la agricultura, el turismo, la silvicultura, etc.

En este sentido, el secretario de Estado de Medio Ambiente, ha afirmado que “es necesario adaptar el resto de políticas (agraria, energética, turística, sanitaria, hidrológica, industrial, territorial, etc.) a la nueva realidad climática” e “incorporar la seguridad ambiental a la nueva gobernanza”.

Por su parte, desde la Agencia Estatal de Meteorología se está trabajando en reforzar y modernizar las infraestructuras meteorológicas que mejoren la vigilancia para detectar con la suficiente antelación y acierto los fenómenos extremos de ámbito local y rápida evolución. Además, se trabaja en la revisión del Plan Meteoalerta para mejorar los protocolos de comunicación con las autoridades de Protección Civil autonómicas y locales, optimizando la cadena de transmisión de los avisos de fenómenos extremos y revisando zonificaciones, umbrales y áreas críticas en coordinación con los órganos competentes de las administraciones autonómicas.