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María Martín

24/09/15

Frutas más grandes y resistentes gracias a cristales de hormona vegetal

La Agencia Iberoamericana para la Difusión de la Ciencia y la Tecnología (Agencia ID/DICYT), informó que el doctor en ciencias en biotecnología Eleazar Máximo Escamilla Silva, desarrolló un bioproceso para la producción de fitohormonas (hormonas vegetales) que es 60% más económico que el material que se usa en la actualidad.

En detalle, el proyecto consiste en la producción de diversas giberelinas, entre ellas la más activa conocida como ácido giberélico, una hormona de crecimiento que se agrega a los cultivos.

Esta hormona ayuda a que plantas y frutos aumenten su tamaño, así como su actividad antioxidante y se tornen más resistentes y jugosas.

El experto explicó que la giberelina no es tóxica debido a que es una hormona del crecimiento presente en las plantas y está encargada de promover el progreso de los frutos, por ello la necesidad de crear un método de producción y aplicarlo a diversos cultivos que no cuentan con las características apropiadas para tener un óptimo desarrollo.

De este modo, la innovación consiste en producir cristales de giberelina a partir del proceso de fermentación con el hongo Gibberella-fujikuroi que crece y se desarrolla dentro de un cultivo, el cual secreta fitohormonas de forma líquida.

Posteriormente se elimina el hongo y se separa el líquido que contiene la giberelina para convertirla en cristales. Luego se diluye en agua y se esparce en los cultivos, en un proceso de producción que tarda unos 20 días.

El doctor en biotecnología comentó que actualmente se busca regular las condiciones del pH de la giberelina para obtenerla de forma líquida sin necesidad de convertirla en cristales y evitar que se degrade al estar en el agua más de siete días.

Según lo informado, el nuevo bioproceso demuestra una gran efectividad en cultivos de fresas, limón y uva, donde se obtienen frutos más grandes, coloridos, fuertes y con mayor floración. En el caso de la industria cervecera, se reduce a tres días el proceso de elaboración de malta, que sin la geberelina tarda siete. Además, con las fitohormonas aumenta el grosor y altura de la caña de azúcar.

El proyecto -que se ha desarrollado durante 13 años- se encuentra en proceso de registro de patente para poder ser comercializado en México y cuenta con apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el Instituto Nacional Tecnológico de México.