Etiquetado sobre bienestar animal, ¿cómo se plantea en la Unión Europea?

La creciente inquietud por el bienestar animal ha disparado la preocupación sobre cómo se producen los alimentos. De hecho, para dar respuesta a esta demanda por parte de la ciudadanía, el Parlamento Europeo está trabajando sobre las certificaciones para desarrollar los sistemas de etiquetado para los productos cárnicos o lácteos basados en el bienestar de los animales.

Fecha: 24-Jan-2020

Fuente: Ainia

Estas cuestiones se han planteado en los últimos meses en el Parlamento Europeo. Se constata la preocupación social por el bienestar animal y cómo dar a conocer al consumidor las condiciones de cría y sacrificio de los animales destinados al consumo. La UE debe dar respuesta a estas inquietudes sociales, es una realidad que hay consumidores dispuestos a pagar más por productos respetuosos con el bienestar de los animales.

Las autoridades competentes han de sopesar si esta cuestión queda en manos de sistemas o regímenes voluntarios, lo que puede provocar que los consumidores no pueden distinguir claramente entre los distintos productos cárnicos y lácteos del mercado sobre la base de las normas relativas al bienestar o, por el contrario, se plantean medidas legislativas para transmitir esa información a través del etiquetado.

La opción legislativa, en principio, puede resultar más objetiva para los operadores (un sistema de etiquetado puede resultar más justo para los productores, ya que impediría el uso de etiquetas diferentes y engañosas que pueden ocultar o comportar normas en materia de bienestar de los animales distintas y menos estrictas) y también facilitar una información más clara a los consumidores.

Con independencia de la opción que se escoja, en cualquiera de los dos casos se podrá mejorar la situación en materia de bienestar de los animales y elevar los estándares de producción de los alimentos de origen animal para dar una adecuada respuesta a los consumidores de la UE. En estas situaciones se entremezclan los aspectos legislativos y sociales, es necesario que la UE valore la política a seguir en este campo.

Desde el punto de vista legislativo la situación se ha trabajado desde hace bastantes años y en este momento la única referencia legislativa asociada a las condiciones de los animales productores de alimentos existe en relación con la producción de huevos. En ese caso concreto el sistema ha regulado (Directiva 74/1999) las condiciones de las gallinas ponedoras a través de distintos métodos de producción (jaulas, corrales, establos, etc.), algo que hasta la fecha no se ha regulado para otros animales productores de alimentos.

A pesar del interés social por el momento la Comisión Europea no se ha planteado ampliar la legislación para informar sobre bienestar animal, aunque esto no quiere decir que se desatiendan las demandas sociales. La UE valora herramientas alternativas que permitan facilitar una información clara y concreta a los consumidores de alimentos sobre cómo se producen, y que además permita que las industrias concienciadas ante estos temas puedan evidenciar los esfuerzos que realizan para la producción de alimentos en la que el bienestar animal es un factor relevante.

El empleo de protocolos voluntarios se plantea como una herramienta alternativa por parte de la UE para informar sobre las cuestiones vinculadas con el bienestar animal. Estos sistemas alternativos han sido objeto de estudio en iniciativas de la UE como es el caso de ‘Welfare Quality’ y ‘Animal Welfare Indicators’ (AWIN). Se trata de asegurar de forma sistemática las buenas prácticas en bienestar animal y que además los consumidores puedan conocer que aquellos productos amparados bajo estos protocolos voluntarios las están cumpliendo.

Crece el compromiso social en temas del bienestar del animal

Estamos ante una cuestión que se ha estudiado con anterioridad, en concreto la Comisión lo valoró a través del informe ‘Options for animal welfare labelling and the establishment of a European Network of Reference Centres for the protection and welfare of animals’ en el que se analizaron opciones para el etiquetado de bienestar animal. Se valoró cómo facilitar a los consumidores la identificación y elección de productos más sensibles con el bienestar y, por lo tanto, dar un incentivo económico a los productores para mejorar el bienestar de los animales.

La Comisión es consciente de la sensibilidad social por el bienestar de los animales y por saber qué trato reciben en las instalaciones ganaderas, y sigue de cerca la evolución de los sistemas nacionales de etiquetado del bienestar de los animales. Además, hay que tener en cuenta que, en la estrategia para el bienestar animal de la UE, uno de los objetivos era «proporcionar la información adecuada a los consumidores y al público» y sopesando los resultados de la evaluación se tomarán medidas en este ámbito.

Desde nuestro punto de vista, consideramos muy positivas estas iniciativas entorno al bienestar animal y su comunicación al consumidor. No obstante, surgen algunas cuestiones que deberán responderse a lo largo del proceso de desarrollo de estas políticas. Las inquietudes que nos genera son:

  • ¿Se implantarán estos sistemas en el corto plazo?
  • ¿Pueden suponer obstáculos a la libre circulación de mercancías en la Unión Europea?
  • ¿Cómo trasladar estas iniciativas al consumidor de forma efectiva?

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