El sector de la fruta de hueso, preocupado por el descenso en el consumo

Los datos correspondientes a las últimas campañas muestran una clara reducción del consumo en la llamada fruta de hueso —nectarina, melocotón, albaricoque, paraguaya, ciruela…—, de la que España es, precisamente, una importante potencia productora para toda Europa.

Fecha: 22-Mar-2019

En este sentido, tres de las principales organizaciones representativas de los productores de fruta de hueso a nivel nacional —COAG, ASAJA y UPA— han expresado su preocupación por esta tendencia a la reducción del consumo y hacen un llamamiento a todos los operadores para que se impliquen y participen en el lanzamiento de una campaña de promoción del consumo de fruta de hueso en España.

Otro de los puntos en las que todo el sector parece coincidir es en la creación de una Interprofesional Española de Fruta de Hueso que, además, sería la herramienta idónea para articular esta campaña: “El instrumento que mejor se adapta al lanzamiento de la campaña de promoción que necesita el sector es la Organización Interprofesional Agroalimentaria”, señalan los representantes de estas tres organizaciones agrarias.

Por ello, han instado al sector a concentrar sus esfuerzos en la constitución de la Interprofesional Española de Fruta de Hueso, cuyo único objetivo sería la coordinación de esta campaña de promoción y su financiación a través de una extensión de norma que suponga “un esfuerzo asumible para todas las partes y que permita el desarrollo de una campaña lo suficientemente ambiciosa como para ir sentando bases sólidas para revertir la tendencia de descenso del consumo de fruta de hueso”.

Promoción urgente de la fruta de hueso

De este modo, y tras varias reuniones y consultas realizadas al Ministerio de Agricultura, desde el sector creen que “ha llegado el momento de pasar a la acción”, y apuestan por una campaña de ámbito nacional, para permitir repartir sus costes y beneficios entre todas las regiones productoras y “evitar la dispersión de esfuerzos”.

Su propuesta es que la campaña sea financiada mediante contribuciones de todos los eslabones de la cadena —productores y comercio— en base a los kilos producidos y comercializados y optando a los apoyos para la promoción agroalimentaria de la Unión Europea. “Las decisiones deben ser tomadas de forma colegiada entre los representantes de la producción y de la comercialización”, declaran los impulsores de esta iniciativa, que apuestan por una campaña sostenida en el tiempo y una estrategia plurianual, que tenga efectos sobre el consumo a medio y largo plazo.