El nuevo rol de la Agricultura en el siglo XXI

La Agricultura constituye un sector estratégico que en España genera más de 749.000 empleos directos y 25.300 M€ de ingresos. Es la primera conclusión de un amplio informe que identifica retos y oportunidades de futuro, a partir de una radiografía de la situación actual. Rentabilidad, sostenibilidad, respeto por el medio ambiente y seguridad para productor y consumidor se articulan como ejes de futuro.

Fecha: 27-Mar-2019

Tags: agricultura

Fuente: Interempresas

Un año después de que la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (Aepla) encargara el trabajo a la consultora PwC España ve la luz el informe que señala las claves para construir un sector agrícola sostenible económica, social y medioambientalmente. Lo hace a partir de un análisis de la situación actual, centrándose en la producción agrícola, sin incluir ganadería (agraria), aceite de oliva y mosto (industria agroalimentaria).

El objetivo del trabajo es identificar los retos y oportunidades a los que se enfrentará la agricultura española y reflexionar sobre la mejor estrategia a seguir. Los actores participantes en el informe y también los presentes el 21 de marzo en el acto de presentación celebrado en la sede del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), en Madrid, coinciden en el papel central que jugará la Agricultura en las próximas décadas, asumiendo un nuevo rol que responda al cambio demográfico y al envejecimiento de la población, que motivarán un aumento estimado del 70% en la demanda de alimentos hasta 2050. Y debe hacerlo en un contexto en el que el relevo generacional de los agricultores no está garantizado. Solo en la próxima década, 6 de cada 10 agricultores/as entrarán en edad de jubilación.
Aunque el informe reconoce que las megatendencias globales van a transformar el mundo y generarán amenazas, rechaza el desánimo y las sitúa como ventanas de oportunidad abiertas para el sector agrícola español. Así, alude a cambios en los poderes económicos mundiales, que implicarán la aparición de nuevos competidores, pero al mismo tiempo traerán nuevos escenarios en mercados emergentes.

También señala los grandes avances tecnológicos, que supondrán una disrupción en lo que se produce y en cómo se produce; el proceso acelerado de urbanización y el consiguiente cambio en los estilos de vida, que implicará cambios en las preferencias y los hábitos alimentarios y el cambio climático y la escasez de recursos, que afectarán a la disponibilidad de recursos y a la forma de producir.
En definitiva, se trata de un exhaustivo trabajo encuadrado en la estrategia de Aepla de “promover una agricultura moderna”, como indicó su presidente, Adonay Obando. “Para ello, necesitamos un conductor trasversal que una a todos los actores”, prosiguió. El propósito de la asociación es definir una “ruta estratégica para reposicionar a los fitosanitarios y la percepción que hay de ellos, para que se comprendan que son productos necesarios para la producción y que son como las medicinas para las plantas”.

A este proceso de transformación, Aepla quiere contribuir desde tres pilares estratégicos: impulsando cambios en la percepción del uso de la tecnología en la agricultura, estableciendo alianzas estratégicas a largo plazo con los interesados, con impacto político —Obando citó al MAPA— y con igualdad de condiciones en el marco normativo.
Radiografía del sector agrícola español
La agricultura constituye un sector estratégico, que aporta un gran valor económico, social, territorial y medioambiental. En 2017, el sector agrario empleó solo de forma directa a más de 749.000 personas (incluida ganadería), generando una producción vegetal de más de 25.300 M€ en ingresos, lo que supone un crecimiento anual compuesto del 1,6% desde el año 2000.

España es el primer Estado de la UE productor de frutas y hortalizas y el sexto a nivel mundial. Produce a nivel global el 44% del aceite de oliva y el 24% de las aceitunas de mesa. Es líder en superficie dedicada a viñedo y tercero en volumen de producción (14% del total), superado por Italia y Francia.

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Las exportaciones agrícolas alcanzan los 17.430 M€, un 6,2% de las exportaciones totales españolas. Es el sexto sector más exportador y contribuyó a mejorar la balanza comercial en 6.555 M€. España está entre los principales exportadores en productos agrícolas, con un 2,4% de la cuota mundial. Destacan las frutas (50%), las hortalizas (36%), las plantas industriales (3%) y los cereales (2%). Por productos, las naranjas, los pimientos, los tomates o las clementinas, entre otros.

Principales productos exportados en España (2017)
Producto Valor (M€)
Naranjas 1.158
Pimientos 1.010
Tomates 1.009
Clementinas 835
Melocotones 796
Limones 747
Fresas 587
Pepinos y pepinillos 571
Almendras 531
Coles y brécoles 393
Fuente: DataComex, datos procedentes de Eurostat.

Principales productos importados en España (2017)
Producto Valor (M€)
Maíz 1.210
Trigo 949
Café sin tostar 602
Almendras 463
Café tostado 253
Cebada 202
Patatas 189
Judías 157
Tomates 120
Nueces de nogal 105
Fuente: DataComex, datos procedentes de Eurostat.

El informe advierte de que la contribución de los sectores a la economía se suele medir a través de la proporción que representa su Valor Añadido Bruto (VAB) sobre el PIB del país. El VAB es la diferencia entre el valor de la producción y los consumos intermedios utilizados para alcanzar esa producción. En el periodo 2000-2017, el VAB agrario (que incluye agricultura y ganadería) pasó de 22.814 M€ a 28.779 M€, lo que representa un crecimiento anual compuesto del 1,4%.

Contribución directa del VAB agrario al PIB total de la economía (2017)
País % VAB agrario / PIB del país
España 2,7%
Alemania 1,9%
Italia 1,9%
Países Bajos 1,9%
Francia 1,5%
Reinio Unido 0,6%
UE 28 1,4%

En términos de empleo, el número de trabajadores del sector agrario ha pasado de algo más de 882.000 en 2000 a 749.700 en 2017, cifra superior a la de países como Francia o Alemania. En términos relativos, el empleo del sector representaba el 5,3% de la ocupación del país en 2000 y el 4,0% en 2017.

Ampliando el campo de acción llegamos a lo que se conoce como sector agroalimentario, donde entran en juego otras actividades, como la industria de transformación de alimentos, o la de insumos para proveer al campo de las herramientas necesarias para la producción. De este modo, como indica PwC, la cadena de valor del sector agroalimentario abarca las capacidades y procesos a lo largo del ciclo de vida desde el campo hasta la mesa de alimentos, bebidas, textiles y materias primas. Incluye tanto el sector agrario, compuesto por la agricultura y la ganadería, como la industria transformadora agroalimentaria y las actividades intrínsecamente ligadas a ellas en los ámbitos industriales, de servicios, transporte, almacenamiento y distribución.